La Elegida (en Edición)

Capitulo 82

POV. Alexander Vincent

Sus manos acariciando mi cuerpo.

Su sonrisa tan traviesa a escasos centímetros de mis labios.

Su lengua jugando sobre mi cuello..

Su perfume impregnado en mi ser.

Es que absolutamente todo en ella era perfecto, la manera que su mano se unía junto a la mia, creando una pequeña pieza.

Como la habitación se llenaba de pequeños gemidos provenientes de nuestras bocas.

Como le bese y desbese cada extremidad de su voluminosa anatomía.

Como en susurros llegó al clímax, cerrando sus ojos y murmurando mi nombre entre mi cuello. Su respiración alterada causaba que mi piel se erizara.

Su corazón a la par del mio, formando una dulce sinfonía.

Dos amantes a la luz de la Luna, esperando el momento indicado para amarse de verdad..

-Príncipe- murmuró una voz a mi lado, causando que frunciera mi ceño.

¿Por que ella?

Una corta pregunta con grandes significados.

Y aquélla respuesta era sencilla.

Por que con su sonrisa volvía loco a cada uno de mis demonios.

Por que con cada uno de sus suspiros devolvía el color a mi vida.

Por que con su voz creaba la sinfonía más bella de todas.

Por que ella era tan diferente al resto que temia que alguna vez fuera un sueño.

Por que era ella y esta era la respuesta a todo.

Por que ella creaba en mi millones de sentimientos jamás reconocidos.

Por que al verla mi corazón latía sin piedad, queriendo correr a su lado.

Por que al sentir su mirada sobre mi, podía sentir que mi mundo se paralizaba ante sus ojos.

Por que sus besos devolvian la vida que habia perdido.

Por que hay miles de por que, y pasaría la vida hablando de ello.

Y es que a veces era tan sorprendente lo que una persona podía ocasionar en ti. En tu corazón.

Por que ella era el fuego que derretia las cortezas de mi corazón..

Mi pecho vibraba con nerviosismo a causa de todo lo que estaba sintiendo en tan poco tiempo, era acojonante que mi interior se revolucionara al observarla llegar..

Pero aquéllo era jodido, realmente jodido.

-¿Que sucede?- respondí observando al joven que se encontraba a tan sólo unos pasos de mi, inclinando levemente su cuerpo en señal de saludo.

-Tenemos serios problemas- comentó, captando mi atención- La família Harrison ha vuelto, el clan de los lobos quiere hacer verlo inmediatamente, una guerra se avecina, Príncipe Alexander y debemos de actuar rápido antes que sea demasido tarde.

-Quiero que me comuniques con Christopher Camberleck inmediatamente- ordene mientras caminaba hacia el menor- ¿Quién se encuentra detrás de todo esto?

-Tylor Warrer- respondió con temor.

-¡¿Qué?!- alce mi voz- ¡¿Cómo ha podido infiltrarse entre nosotros!?

-Aún no podemos saber nada, Alexander- respondió- Pero lo que si sabemos es que ha venido a por alguien- expresó causando un pequeño vacío en mi interior.

-¿A quién quiere?- pregunté respirando exaltado.

-Quiere a la princesa Alice Camberleck- respondió crispando mi antencion.

Mi cuerpo por completo temblo ante sus palabras, no podia dar crédito a lo que acababa de escuchar.

-¿Qué?- replique en shock.

*****
POV. Alice Camberleck.

Las estrellas pasan toda su vida sobre el cielo, iluminandonos como si tratasen de protegernos, de guiarnos hacía el camino correcto.

Brillan hasta que su vida se gasta, apagandose contra su voluntan; para ceder su lugar a una nueva estrella y esta resplandecera aún más que la anterior.

Como si fuera una cadena, algunas nacen para ceder el lugar de las que se han ido, creando nuevas historias, un nuevo brillo resplandeciente sobre cada uno de nosotros. 

Siendo cuidados por una galaxia repleta de constelaciones, repleta de vida propia, vidas jamás exploradas, jamás descubiertas.

Así era la vida, vives tu vida un determinado tiempo para luego ceder tu lugar a otra persona, a otro ser humano. Nacemos para cumplir nuestro tiempo en la tierra, crecemos, aprendemos y luchamos por lo que queremos; luego de cumplir nuestro momento nuestra luz comienza a fallar, entonces ahí comienzan los problemas. Las enfermedades atacan nuestro sistema, nos volvemos débiles y nuestro cuerpo no actúa con las fuerzas necesarias para seguir luchando; es entonces que ahí ocurre todo. Nuestra luz se apaga cediendo una nueva vida, una nueva revolución..

El pequeño sendero que se hallaba a tan solo unos metros de mi comenzaba a nublarse ante mi mirada. Confundida cierro mis parpados por un segundo para luego abrirlos rápidamente y comprender que algo me estaba sucediendo.

El aire se transformaba más pesado creando una pequeña carga sobre mis hombros, mi protectora se encontraba a unos pasos de mi lado, observando con admiración las medianas farolas que adornaban las grandes columnas de madera; dejando ver un precioso camino iluminado, el lago paseaba bajo este con total tranquilidad. El sonido de los pajaros inundaba mis sentidos, se sentia realmente bien aquél panorama, me sentía en casa.

Sin embargo, no todo podría estar bien. Mi ojos se volvieron a cerrar abruptamente ejerciendo presión al sentir mi cuerpo temblar bajo pequeñas descargas eléctricas.




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