Cada estrella portaba al menos un deseo y entonces comprendió al fin, la importancia de las estrellas y que no estaba viendo un cielo repleto de ellas, sino un cielo alumbrado de esperanza.
Aquella noche, la sonrisa no abandonó el rostro de su madre y su padre vio desde la ventana del hospital por primera vez un cielo lleno de estrellas.
Al día siguiente, cuando Zara corrió a visitarlo. El rostro de su padre estaba iluminado... Iluminado por la esperanza que ella le había dado esa noche que le regalo un cielo iluminado de estrellas.
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Editado: 15.11.2019