Capítulo 32

—Ya basta Amelía — dijo John al escuchar a su esposa despreciar a su hija — T/n es nuestra hija, ¡Por Dios!...

—Ella perdió ese derecho al irse. Decidió una vida llena de miserias antes que quedarse con nosotros...

—Mi vida no está llena de miserias mamá, si me hubiera quedado, jamás hubiera podido hacer nada...

— ¿Lograste algo? — la interrumpió — Ahora vuelves siendo madre soltera T/n, desperdiciase los únicos trabajos que tendrías y te fuiste de mantenida con tu amiga...

—Ella no me mantenía — le dijo T/n levantando la voz— desde el primer instante que puse un pie en New York, yo trabajé mamá. Me maté trabajando para lograr lo que siempre quise.

Amelía la miró enojada.

— ¿Y qué era lo que querías? ¿Ser una triste pintora sin futuro? — dijo con sarcasmo Amelía — entiende que esa carrera nunca te va a llevar a nada.

—Te equivocas mamá — dijo Jason harto de la forma de hablar de su madre — lo siento T/n, pero les diré la verdad — le dijo a T/n, la cual lo observó con miedo.

Él sabe que T/n jamás se atreverá a restregarles en sus caras sus logros.

— ¿De qué hablas hijo? — preguntó John observando las caras de su esposa e hijos.

—Que estas muy equivocada. Quiero decirte que te he desobedecido mamá, yo he mantenido el contacto con T/n todos estos años.

— ¿Qué? — Dijo Amelía mirando con incredulidad a su hijo predilecto.

—No debiste Jason — intervino Sam — si mamá lo prohibió, fue por nuestro bien.

— ¡Por Dios! Sam, ¡escúchate! T/n es tu hermana. No solo porque mamá lo dice debes de darle la espalda a tu sangre.

—Ella nos la dio a nosotros primero — dijo Amelía —recuérdalo Jason.

—No mamá, ella simplemente quería más de lo que nosotros estábamos dispuestos a darle.

—Le dieron todo Jason — dijo Sam defendiendo a sus padres — las mismas oportunidades que tú y yo tuvimos las tuvo ella...

—No — la vos de John dejo a todos en silencio — eso no es cierto Sam — dijo con pesar — con tu madre decidimos que lo mejor era que T/n no fuera a la universidad, sus notas eran muy bajas y no... No pensamos... que...

—Fuera necesario — Terminó T/n por su padre — ese fue el motivo por el que me fui.

Ella sentía que de un momento a otro lloraría.

—Eso no es cierto, fue por sus bajas notas y el hecho de que en ese momento no teníamos el dinero necesario — aseguró Amelía tratando de defenderse.

— ¡Ya basta Amelía! — levantó la voz John — deja de mentir, que si existía las posibilidades en ese momento — se giró hacia T/n y tomó su mano — hija, perdónanos, en el momento no pensamos que tus deseos de ir a la Universidad fueran tan grandes.

—Eso ya no importa papá — dijo T/n limpiando una lágrima traicionera de su mejilla.

—Claro que importa — declaró Jason molesto al ver a su hermana devaluar la situación — diles que has hecho estos años T/n.

Ella le lanzó una mirada molesta a su hermano. Ella no les quería decir nada.

—Y no me mires así, sabes que tengo razón – reclamó Jason, se giró para enfrentar a los demás — al poco tiempo que T/n llegó a New York consiguió un importante trabajo en una empresa de publicidad — dijo dejando a su familia anonadada — a ellos no les importó su falta de estudio sino su talento.

— ¿Qué? — jadeo Amelía, ella no lo podía creer; eso no podía ser cierto.

—Lo que escuchas mamá — Jason saco su billetera y tomó unas tarjetas de presentación que tomó de la oficina de su hermana — tengan, para que crean.

PUBLICITY HARRISON.

T/n Evans
Supervisora de diseño
y
publicidad.

T/n al ver lo que les entregó deseó matar a su hermano, era decisión de ella decirles sobre su vida o no.

— ¿Por qué haces esto Jason? — le dijo T/n enojada.

— ¡Porque estoy harto de que no te des tu lugar! — levantó su voz — Te fuiste del pueblo y lograste triunfar, es hora que tu familia se entere del talento que tienes y que ellos menos preciaron.

La mesa quedó sumida en un silencio profundo, nadie creía lo que acababa de suceder.

Amelía leía una y otra vez la tarjeta que tenía en sus manos. Su hija es ¿Diseñadora?

— ¿Esto es cierto? — preguntó John hacia T/n, la cual tenía cara de querer correr lejos de toda esta situación.

—Contesta — volvió a decir al ver a su hija quedarse callada.

—Eso no tiene importancia...

—Para mí sí la tiene — la interrumpió John — solo response si... o no.

T/n se arrepentía de haber ido a ese almuerzo. Estaba segura que a estas alturas el pueblo entero ya estaba al día de sus problemas familiares.

—Si papá — dijo únicamente.

¡Por Dios!

Si antes se sentía mal, ahora se sentía la peor porquería del universo. Su hija le pidió una oportunidad y él se la negó ¡Dios! ¿Por qué fue tan idiota?

—Alto, ¿Esta no es la misma empresa donde tu trabajas? — preguntó Sam a Jason.

Sam se sentía tan enojada. ¿Cómo es posible que la inútil de su hermana tuviera trabajo y ella no?

—Si Sam — contestó Jason — fue T/n la que me ayudó a entrar.

Jason estuvo tentado a decirle que su hermana era prácticamente la dueña de la empresa, pero eso T/n jamás se lo perdonaría.

Sam sentía la envidia carcomerla, ¿cómo era esto posible?, T/n jamás ha hecho nada bueno.

—Al menos puedes darle de comer a la niña — dijo Amelía con sarcasmo; ella jamás dejaría su orgullo y reconocería el sentimiento de admiración que siente por su hija.

T/n sintió la cólera tan común en ella y levantándose de la mesa se enfrentó a su madre.

—Claro que le puedo dar de comer a mi hija mamá, no soy una muerta de hambre como ustedes piensan —Dijo esto último observando a su familia — soy lo suficientemente independiente para tener una hija sola, y ten por seguro que jamás les llamaría para pedirles dinero...

—Bueno — la interrumpió su mamá parándose y enfrentándola — al menos sé que no eres la buena para nada que yo pensé.