Muchas veces tenemos a las mejores personas a nuestra disposición, apoyándonos, alimentándonos, motivándolos a ser día a día mejores personas.
Muchas de esas veces, solemos dejar de lado a esas personas, lastimarlas, ignorarlas, no ser lo que ellas merecen.
Y cuando nos damos cuenta de nuestro error, te das cuenta de lo egoísta y estúpida que fuiste, simplemente por no querer ver nada más que ti misma.
Pero será demasiado tarde, tus errores ya estarán cometidos y las consecuencias te darán ese golpe de realidad que necesitas para madurar.
Por eso he decidido contarte esto, para aprendas de mí error y valores a quienes te rodean.
Esta es la historia de cómo tuve al amor de mi vida, cómo la destruí y perdí.
Vale la pena que la conozcas, date cuenta que estás mal y madura, aprende, crece.