La extraña muerte de Levi Richards

Capítulo 6. Lou Bedek.

El caso de Vania Salazar alimentó lo que el día en curso no pudo a la prensa, donde una vez más los balazos apuntaban directamente a Serenity y a la mala praxis en el departamento de inteligencia.

La muerte de James S., mas errores policiacos.

La tarde de ayer en la avenida Ébano, un sitio subrepticio metropolitano expedito y espada en la venta de drogas, prostitución, lavado de dinero y extorsión fue escenario de lo que colma el terror en las calles de Terión. En el número cinco del corredor destinado a la prostitución se fraguó la batalla entre Amanda Banks y James S., la primera propietaria del centro de prostitución aludido y el segundo un hombre pasional, quien procuró la bienaventura de las mujeres en su reclusión.
El jefe de inteligencia, Antonio Bedek, junto al vocero del caso Lou Bedek, Matthew Edel, anunciaron que los hechos son aislados y no guardan relación con el caso de las mujeres desaparecidas; Bedek desestimó las preguntas realizadas por los reporteros al ser cuestionado por la desaparición de una décima víctima, pues solo fueron presentadas nueve de ellas a la prensa.
¿Se tratará de una distracción la muerte y la batahola fraguada en el número cinco de la avenida Ébano para encubrir la desaparición de otra mujer?

Mei no rindió declaración, pero fue capaz de vislumbrar la sombra que plagió a Sanna Salazar, elucubrando la posibilidad de que se tratase de aquel que hubiese secuestrado a anteriores chicas en Serenity. Las disquisiciones se devanaban sobre el hecho de las relaciones guardadas entre las víctimas, todas mujeres en edades tempranas, y era aquella la que rompía el patrón. Una mujer de avanzada edad entenebrecida en el negocio de la prostitución.
Mei debía de departir luengo con Lou, quien no había abandonado la buhardilla, encontrándose con la mirada de Helena Zwai apenas a unos metros de la escena, con aquel aire nefelibato, pero con la plena convicción de que aquella observaba sus movimientos, Mei decidió acuciar sus pasos hasta la casa de los Richards. El aire ominoso en ella despertaba desde la incursión a aquel funeral.
Otro diario había dado nuevos enfoques a la noticia.

El incendio en la avenida Ébano.

El departamento de inteligencia ha columbrado la posibilidad de un ajuste de cuentas en el caso, deslindando completamente la posibilidad de la intromisión de Lou Bedek.
Las víctimas hablaron para la prensa, expresando en desfogados llantos el agradecimiento al fallecido James S. por su bizarría durante los actos acaecidos en la fachada del número cinco.
Una de ellas, Vania Salazar atribuye el siniestro a su plagio, después de reconciliarse entre lágrimas y sollozos con su padre el empresario Hugo Salazar, quien aceptó haber encauzado las investigaciones al caso Levi-Bedek, entorpeciendo las investigaciones llevando a Matthew Edel y Antonio Bedek a Milén mientras se fraguaban las vicisitudes ya narradas antaño.

Serenity cierra nuevamente sus puertas.

La academia Serenity, afamada por haber sido principal en la cobertura del caso Levi Richards, viendo su extraña muerte ha cerrado nuevamente actividades, debido a que Antonio Bedek, jefe del departamento de inteligencia ha ocupado el auditorio como sala de interrogatorios para tomar declaraciones de las plagiadas, quienes ya fueron consignadas al departamento de higiene y salud pública, reportándolas estables y fuera de riesgo. Amanda Banks, propietaria del número cinco de la avenida Ébano ya fue encarcelada por los delitos de trata de personas, homicidio agravado y resistencia al arresto, tras un sucinto juicio a puerta cerrada en el despacho del director Matthew Edel.
El jefe de policía Jones no ha rendido declaraciones a la prensa sobre lo tratado con Banks, pero la academia continuará con el cese de actividades hasta la próxima semana.

Mei se encumbró por la escarpada pendiente, encontrando en medio del camino a un silente Lou, quien, taciturno y famélico, acompañó a traspiés y coqueto a la chica hasta la buhardilla, que conservaba la diáfana organización a la que la había sometido Lou para, según palabras suyas “dar el lampo”.

—Lou — comenzó Mei, entre sonrisas lascivas y caricias que contrastaban a la atmósfera enrarecida por el miedo y lo aciago cernida en Terión —. Antes de tratar lo que sé que no ignoras quisiera hablar sobre Helena Zwai. No puedo discernir o afirmar que ella siempre fuese del modo que es ahora; tampoco soy capaz de especificar lo que de ella me incomoda, pero ciertamente algo en ella despierta ignominia, ¿no te parece?
—Mei, querida, Helena ha estado aquí un par de veces — Lou parecía desgarbado, a pesar de mantener pulcras sus vestiduras y perfumada la cerviz, aquel respiraba lasitud, cansancio, consunción y hambruna, a pesar de que David Richards afirmara que Lou era alimentado como un hijo, tomando ellos como pago la ayuda para el esclarecimiento del caso de su hijo —. Ella justamente como refieres tiene el aire soñador del nefelibato, pero te puedo asegurar que nada ominoso se adivina sobre ella. Ella y yo hemos logrado disuadir hasta obtener verdad en las bocas de ciertas mujeres, y la disparidad nos persigue, pues cada vez que hablamos con una de ellas esta desaparece en las mismas condiciones extrañas que las chicas y las plagiadas por Levi, pero he estado investigando un poco, y he encontrado algunos escritos de Levi, finales alternativos que él mismo ha dedicado en cuentos infantiles.
» En la escena del crimen encontró mi padre algunos de ellos, y se encuentran como evidencia a poder ser aunada a algún hecho. Es claro para mí, y espero no herir tu sensibilidad, que Levi hacía todo esto por ti. Lo que no logro adivinar es el por qué lo hacía, y últimamente han ocurrido extrañezas en esta buhardilla, que espero poder asimilar con mi locura, no tratándose así de un fantasma. El acervo de Levi parece infinito, pero mucho de ello es solo desperdicio, las notas de un Levi cuerdo, apasionado de la astronomía, la arqueología, la química y la botánica. ¿Imaginas a Levi tratando los últimos dos temas?, también podemos repasar el asunto de Gardner, quien fue un alquimista y químico moderno, responsable de la clausura de los pozos de aguas residuales de Terión. Solo he hallado un par de cuentos extraños, pues cuando encuentro algo similar suelo perder el conocimiento, cosa que auno a la consunción de mi empresa. Pero tampoco soy capaz de rememorar mis comidas, solo por el señor Richards sé que hoy hubo carne con papas, de no ser así no sabría afirmar cuál fue la vianda del día.
» Me he encontrado en sueños en un sitio frío, alumbrado por flores luminiscentes, mismas que se encauzan a los estudios botánicos de Levi, quien parece alguien más al escribir sobre química y botánica del que lo hacía sobre astronomía y arqueología. En los sueños camino sin un rumbo consciente, hasta que en la lejanía una sombra se aproxima sollozando, soy capaz de pronunciar apenas entre susurros palabras inconexas que son acalladas por una voz espectral; esto es recurrente cada vez que una mujer desaparece, y el número ya no me concierne ni soy consciente de él, pero parece que detiene su marcha ahora que se acerca a las diez plagiadas. En uno de los cuentos: “La mujer de cristal” Levi escribió tu nombre y una referencia al Grimorio Teratológico, un libro que no he podido hallar en la biblioteca, y que ha encendido la alarma en mis interlocutores cuando es referido.
» Fui a Milén a encontrar respuestas, y un buen hombre me habló sobre él. Al parecer es un acervo histórico de Taured, el pueblo que dominaba los valles y las cornisas de las montañas antes de que los colonos se expandiesen. Creo que hemos de hallar el Grimorio Teratológico para poder encontrar la solución al caso de Levi. Y la única referencia es esta, pero no soy capaz de discernir su naturaleza.
El hombre de mil años.




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