*5 Años Antes*
Todo esto comenzó cuando cumplí mis 18 años.
Caminaba por las calles de Kinsale, un pequeño pueblo bastante pintoresco de Irlanda un día después de mi cumpleaños con mi mejor amiga Bree Collins.
Hablábamos de la obra escolar en la que yo sería protagonista haciendo el papel de la icónica Julieta Capuleto en “Romeo y Julieta”.
Como era mi último año escolar decidí hacer algo que me gustara antes de irme así que me uní al club de teatro de la escuela apenas empezó el año y tuve la suerte de que me asignaran el papel principal.
–Es increíble que la primera obra en la que audicionas ganes el papel protagónico –dijo Bree emocionada–. ¿Sabes lo difícil que es para otras personas?
–Supongo que es… suerte de principiante –le respondí esbozando una sonrisa de orgullo y algo egoísta.
–Suertuda –respondió Bree dándome un leve empujón con su hombro–. No lo vayas a arruinar.
–Claro que no –dije haciéndome la indignada–, me prepare mucho para esto ¡No pienso arruinarlo!
Bree le dio una mirada a su reloj y sus ojos se abrieron como platos.
–¡Ya tienes que irte! Los actores tienen que estar como dos horas antes de la obra y tú vas una hora tarde –Me advirtió Bree.
Bree era una persona bastante puntual y responsable a la hora de asistir a algún evento importante.
Yo, por otro lado, era todo lo contrario. Despreocupada y algo despistada. Aunque esta era una ocasión diferente, muy diferente.
–¡Tienes razón! Me había olvidado por completo –dije maldiciendo en mi mente–. ¿Estarás ahí?
–¡No me lo perdería por nada del mundo! –dijo esbozando una sonrisa.
Me di vuelta y comencé a correr hacia la escuela.
. . .
Apenas llegue al teatro de la escuela (el cual estaba vacío a excepción del reparto en ese momento) me puse el vestuario de Julieta y me puse a repasar mis líneas para no equivocarme al momento de actuar.
Había llegado tarde para el ensayo general, por supuesto, pero mi profesor de teatro no me llamo la atención, simplemente dijo que estaba feliz de que hubiera llegado.
El tiempo se fue rápido y en menos de lo que pude imaginar todo el teatro estaba rebozado de gente. Estaba emocionada por todo lo que estaba pasando. Estaba haciendo algo que me enorgullecía mucho.
Todos corrían de aquí para allá repasando líneas, arreglando vestuarios y chequeando escenografía. La ansiedad y los nervios se sentían en el aire.
Aunque el sentimiento de emoción fue súbitamente reemplazado por el sentimiento de angustia asfixiante.
Fue extraño, hace un segundo estaba emocionada y al otro angustiada. Sentí un nudo en la garganta. Supuse que serían los nervios de la obra para la que cada vez faltaba menos así que solo ignore la horrible sensación y me centre en mis líneas.
Sentí que alguien me toco el hombro y me di vuelta sobresaltada, pero me relaje al ver que no era nada más ni nada menos que mi co-estrella Finn Walsh.
–Hola Dev –dijo alegre–. ¿Lista para romperte una pierna?
Se notaba que estaba tan emocionado como los demás.
–Sí, algo… –le respondí un tanto insegura y con la voz temblorosa.
–Pareces algo nerviosa, ¿te sientes bien? –me pregunto, mirándome con los ojos entrecerrados.
–¡Si! –le respondí rápidamente tratando de ocular mis sentimientos con una sonrisa exagerada–. Estoy perfecta.
Finn iba a decir algo más pero en ese momento llego nuestro profesor de teatro gritando que ya era hora de salir a escena. Un grupo de personas llego empujando a Finn a su lugar designado y yo solo reí ante la situación y me posicione rápidamente en mi lugar designado.
El telón del escenario se abrió y sentí que todos los miedos que me atormentaban se desvanecían lentamente.
Me entristeció el no ver a Bree en el público, supuse que habría tenido algún problema familiar y no pudo venir así que simplemente lo deje pasar y me concentre en hacerlo bien.
La obra transcurrió bastante bien hasta la escena del balcón cuando comencé a sentir esa misma angustia mezclada con desesperación y miedo. Mi corazón comenzó a latir a una velocidad increíble. También recuerdo haber escuchado voces susurrando dentro de mí cabeza y sentía que esta explotaría por el dolor punzante que apareció de repente.
Y grite, con dolor y desesperación tan fuerte como me fue posible tratando de liberarme de todo dolor.
En el momento no me di cuenta de lo fuerte que grite, la verdad no recuerdo mucho del momento. Lo único que logro rescatar es que después de gritar todo se volvió negro.
. . .
Desperté en un hospital, confundida y aturdida.
Las maquinas del hospital piteando tan fuerte en mi oído que me producía dolor de cabeza.
Al lado mío estaba mama sentada en una silla revisando su celular.
Me moví un poco en la cama haciendo que crujiera y mi mama levanto la vista de su celular al instante. Cuando noto que estaba despierta se acercó casi corriendo a mi cama