Capítulo III: Los recuerdos duelen

Rubius llegó corriendo a su casa, nunca se acordaba que en las noches su terreno eran el infierno en vivo, al entrar en su hogar se encontró a Juan Carlos hurgando en el bote de basura.

-No busques en el bote, ya te he dicho que tu comida está en tu plato- lo regaño mientras recogía lo del piso, el pequeño cerdo se le acercó para poder oler su rostro, pegando su nariz fría y suave a su cachete, esto hizo que el castaño le diera cosquillas-¡jajaja ya Juan Carlos, no hagas eso!

Cuando por fin se pudo quitar a su mascota de encima de su pecho, se levantó del piso y se encaminó a su refrigerador para sacar algo de comer, al observar que ya no le quedaba comida suficiente se resignó a tomar una manzana y subir a su habitación, el castaño se tumbó en su cama boca arriba y le dio una mordida a su manzana, mientras se la comía poco a poco no dejaba de pensar en lo sucedido en casa de Vegetta, se volteo para quedar boca abajo y mirar por la ventana.

-Soy un idiota, no debí de irme de ese modo- se quejo de sí mismo, el chico suspiro y se levantó de su cama para quedar enfrente de su ventana, la cual daba al enorme lago- pero... no le quiero dar falsas esperanzas a Vegetta.

“No quiero que me vuelvan a romper el corazón”

-Es mejor que me duerma de una vez, mañana es el ultimo dia antes del gran viaje y tengo que terminar con mi granja de limones 4K - dijo Rubius caminando hacia su cama.

   *-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-

Eran casi las seis de la mañana cuando un estruendoso golpeteo alertó Alexby, el chico abrió sus ojos lentamente, no era de madrugar y menos cuando una noche anterior la había pasado fatal, se levantó de su cama y con la cara de cansancio abrió la puerta, parado frente a él se encontraba a un sonriente y energético chico.

-Joder Fargan,¿Por que rayos vienes a molestar a estas horas tío?- se quejó Alex recargándose en el marco de la puerta para descansar un poco.

El más alto se rió por la acción que hizo su amigo, sabía que el fuerte de Alexby no era levantarse tan temprano, se le acercó y lo atrajo hacia él para que el más chico se le recargara en el pecho mientras le acariciaba el cabello y con la otra mano lo sujetaba de la cintura.

-Vamos Alex, yo se que es molesto levantarse tan temprano pero recuerda que me pediste ayudarte a buscar fósiles y tenemos que aprovechar lo más que se pueda del día, así que ve y alístate en lo que preparo el desayuno- dijo Fargan mientras se separaba un poco de Alexby para poder ver su rostro, le agradaba tener al menor en sus brazos, sentía una paz y un agradable calor cuando estaba tan cerca.

-Está bien- dijo Alexby mientras bostezaba.

Farga entró a la cocina y se propuso a preparar el desayuno para los dos, tanto tiempo que pasaba con su amigo en su casa que ya se sabía de memoria donde se encontraba todo los utensilios, cuando termino de cocinar se percató que lo observaban.

-Enserio Fargan, la próxima vez recuérdame no abrirte la puerta- le dijo Alexby tomando asienta.

-Pero si te encanta que te haga desayuno ¿O me dirás que no es verdad?- le pregunto mientras se le quedaba viendo con una mirada coqueta .

-Mejor empieza a comer que tenemos mucho que picar hoy- dijo Alexby un poco enrojecido por la mirada de Fargan.

Después de estar cuatro horas picando y buscando fósiles sin poder encontrar muchos, los chicos ya estaban exhaustos y a doloridos por lo que decidieron tener un corto descanso, se tumbaron en el piso y sacaron unas patatas que Alexby trajo.

-¿Siempre comes tus patatas?- Fargan se le quedó mirando a la bolsa de patatas que Alexby sacó de su mochila.

-Si, es lo mas rico que puedas comer, más cuando son patatitas de mis cultivos- presumió Alexby sosteniendo una de sus patatas y dándole una mordida.

-¿Tu crees que Vegetta nos esté ocultando algo?- pregunto Fargan sin dejar de comer.

-¿Por qué lo preguntas?¿Tu crees que si?- Alexby también tenia esa duda, la explicación que dio Vegetta el dia que se juntaron sobre el viaje los dejo algo inquietos.

-Siento que no confía en nosotros por alguna razón, que a estas alturas eso estaría de más- contestó Fargan a la pregunta del menor.

-Es mejor no dudar de él, tiene muchas cosas en la cabeza- dijo Alex terminando de comer y guardando las cosas en su mochila- bueno, es mejor que sigamos, aún nos queda bastante que picar.

En cuanto Alexby se levantó del piso para seguir adelante y camino, sintió un pequeño temblor en su cabeza que empezó a avanzar por todo su cuerpo, se le nublo la vista y sus piernas se sentían de gelatina, el chico no aguantó más su peso y el dolor por lo cual terminó cayendo en los brazos del chico búho, este lo alcanzó agarrar y lo sostuvo por la espalda para poder inclinarlo, se esperó unos segundos hasta que el más chico se sintiera mejor.

-Alex… creo que les tenemos que decirles a los chicos lo que te esta pasando- le dijo Fargan mientras le ayudaba a levantarse.