La fuerza de un enamorado 3

Vamos a superarlo juntos

Ya había pasado un mes desde que iniciaron las clases y el mes de febrero estaba empezando. Pero, una vez que ya había terminado el repaso y las materias que ahora llevaban les estaban impartiendo lo que estaba programado por los maestros, Lui y se encontraba en un pequeño aprieto. Ninguno de los dos podía llegar a concentrarse en todos los cursos y lograr superar a quienes estaban por encima de ellos. En este momento, por más que lo intentaban, el estar estudiando por su cuenta no era suficiente como para poder comprender tan fácilmente cada uno de los temas y, como resultado de esto, terminaban con más dudas que respuestas.

Esta problemática de verse quedar atrás de quienes estaban por delante de ellos les hacía sentir que estaban perdiendo y que si esto continúa así es muy probable que no puedan ganar la competencia que 'tienen entre ellos dos. El ver este sólo mes que había pasado y poniéndose a pensar en lo que podría significar en el futuro, no lograban ver que llegarían más que decepcionar al otro. El ser rivales en este momento y terminar siendo superado por otro, era algo que estaba haciendo que Elva tratara de encontrar alguna forma de poder salir de este bucle que se había formado de la nada.

En el caso de Lui, no podía dejar de pensar que si Elva se llegaba a enterar de que no le iba tan bien como era durante primaria, terminaría perdiendo ante las expectativas que ella misma le impuso y si esto continuaba así, no tendría lo necesario para poder declarársele a ella, mucho menos podría pensar en llegar a ganar y obtener una oportunidad para que esto pasara.

Es por tal razón que, mientras salían los dos de estudiar, en esta ocasión decidieron pasar por el parque y sentarse por un momento y pensar con calma lo que harían para luego regresar a sus casas un poco más fresco. Pero, mientras los dos caminaban y dejaban escapar un pequeño suspiro, se detuvieron enfrente del kiosco y, desde diferentes lados de este, decidieron subir por las gradas de este y ver desde lo alto de este.

Mientras subían las gradas del kiosco, con un suspiro, ambos dijeron "Ahora que debo de hacer si llego a ver a Lui (Elva)" y, justamente en ese momento, al escuchar sus nombres, levantaron la mirada para verse uno enfrente del otro. Los nervios se apoderaron de ambos, esto seguido de la vergüenza al ser que el otro escucho lo que estaban diciendo. Pero, a pesar de esta vergüenza y nervios que sentían en estos momentos, el querer escaparse y huir del lugar no era algo que se podían permitir en este momento. Sabiendo que si hacían eso y se iban, el otro terminaría pensando mal y podría malinterpretar la situación, así como su propia imagen podría ser afectada por los demás estudiantes que pasaban y de esta forma también haciendo quedar mal al otro.

Con un profundo suspiro, los dos se acercaron y, mientras sentían como los nervios les invadían en todo el cuerpo, con un poco de vergüenza Lui dijo – e... este... Hola – Elva, mirando un poco nerviosa y avergonzada, respondió tartamudeando un poco – Hola. ¿C... cómo estás? – Lui, intentando hacerse el fuerte ante el desborde de sus sentimientos al ver la reacción tímida de Elva, algo que no había vista hasta ahora de forma tan clara.

Elva, alguien que demostró ser muy fuerte e imponente cuando se propone algo y no se deja llevar tan fácilmente por las cosas. Elva, que era alguien que no dejaba que los demás notaran el cambio de sus emociones tan fácilmente, estaba nuevamente mostrando este lado a Lui y él también la acompañaba.

Mientras los dos se vieron en silencio por unos pocos segundos, regresaron a la realidad al escuchar las risas de otros estudiantes que pasaban cerca. Esto, que no les hacía sentir en lo más mínimo tranquilos y más bien les provocaba una incertidumbre de lo que deberían de hacer a partir de este momento. Pero, una vez más, intentando recuperar todo sus sentidos, fue que Elva dijo enérgicamente – quien lo diría, encontrarnos durante estos días y no estar más que en un lugar como este tras haber pasado muy poco tiempo desde que iniciamos las clases. Aunque, para ser sincera, no me imagine que nuestro encuentro sería antes de lo esperado. Bueno, debería de ser dentro de unos tres años – y sonrió – Lui, viendo como temblaba un poco las manos de Elva, entendió que ella estaba tratando de arreglar la atmosfera para que no siguiera siendo tan incómoda, por lo que no podía quedarse de la misma manera.

Lui, sin dejar más tiempo para poder pensar algo, rápidamente se acercó a Elva y, tomándola de la mano, le dijo – ven conmigo – y la llevo sin pensar en nada más. Elva, que iba siendo llevada por Lui quien se abría paso entre varios estudiantes que pasaban por el lugar, no podía dejar de sentir como el todo a su alrededor se volvía completamente algo innecesario y ya no importaba tanto los demás.

Lui, mientras cruzaban la calle, miró un poco más adelante para poder encontrar a aquel vendedor que siempre se mantenía su venta a esta hora cerca al complejo deportivo. Y, una vez que lo había llegado a localizar, entonces pensó – creo que todavía podemos llegar antes de que se junten varias personas a comprar con él. Estoy seguro que le gustará a Elva – pero, mientras trataba de encontrar la forma de llevar a Elva hacia aquel lugar, tuvo que esperar un momento para poder cruzar mientras los vehículos que estaban pasando y no les dejaba cruzar al otro lado. Es por ello que, aunque esto no fuera demasiado tiempo lo que tardaban en pasar, Lui sentía que era muy largo el tiempo y que no podía esperar mucho tiempo de lo contrario no lograrían llegar a comprar o tardarían demasiado en poder comprar. Pero, mientras él se veía un poco inquieto e impaciente por poder cruzar, Elva lo miraba y, dejando escapar una pequeña carcajada, pensaba – no puedo creer que esté así de desesperado por cruzar. No sé lo que en realidad esté intentando hacer, pero estoy segura que lo que sea que es, de seguro debe de ser algo divertido el poder verlo así de frustrado – dio un pequeño sus piro y luego susurro – creo que me estaba preocupando por nada – Lui, que apenas logro escuchar lo que dijo, respondió inmediatamente – ¿dijiste algo? – Elva – no, sólo me daba curiosidad hacia el lugar donde me llevas – Lui – no te preocupes, verás que te ha de gustar. No puedes quedar decepcionada por eso – Elva – está bien, no puedo esperar por poder ver esto que te tiene tan inquieto – Lui, al ver que ya les era posible el poder cruzar, dijo – ¡Vamos! – y cruzaron los dos hacia el otro lado.



#21944 en Novela romántica

En el texto hay: momentos

Editado: 04.10.2021

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