Presente
Juliet se sobresaltó al ver a Roman en el umbral de la puerta. Paola había logrado ocultarse, Juliet la sentía cerca y ciertamente esperaba que Roman no pudiera hacer lo mismo. Se giró para mirar a Clarissa, nada la despertaba.
-Michael la dejó durmiendo, no despertará hasta que él llegue.
-¿A qué te refieres con trío?
-¿La gran Juliet no lo sabe?
Juliet puso los ojos en blanco. Se acercó más a su hermana.
-He estado viajando, un vampiro tomó algo de mi propiedad y vengo a recuperarlo
-Si hablas de la niña dormida en cama de mi señor, temo decirte que ha dejado de ser tu responsabilidad...la profecía ha cambiado y ahora no solo te enfrentas al poder de un vampiro
Juliet sintió a Paola moverse, sabía lo que haría. La guardiana siempre había sido inteligente y sumamente inventiva. Aunque a veces sus planes eran caóticos siempre tenían un buen resultado. Sin que Roman se lo esperara Paola atacó. El delgado vampiro se desplomó a los pies de Juliet. Paola se hizo visible de inmediato.
-Así deberían de estar siempre los hombres, a nuestros pies
-Paola, toma a Clarissa, debo ir a solucionar esto del mentado trío y la profecía cambiada
Paola bufó, pero tomó a Clarissa en brazos. Como cuando la había sostenido de bebé, la niña se pegó un poco más al regazo de Paola.
-¿Por qué siento que no volveré a verte Juliet?
Juliet se giró a punto de salir por la puerta.
-Claro que me volverás a ver Paola, jamás dejaré sola a mi hermana ni a ti...
Juliet salió de la habitación, no sin antes dejarlas protegidas bajo un hechizo repelente. Paola debió hacerse invisible, una vez más. Salió de la guarida de Michael sin ningún problema pero con el mismo sentimiento de que perdería a la que había sido, no solo su maestra y jefa, sino su mejor amiga ya que le había proporcionado a la que sentía su verdadera hermana.