Presente
Paola protegió mediante hechizos a su amiga, no, a su hermana Clarissa. Ella no había despertado desde que la sacara de la guarida de Michael y eso le parecía muy sospechoso. Pero en ese momento lo que le preocupaba era Juliet, el rey demonio y el vampiro tenían una historia con la bruja. Paola no sabía exactamente cual era su relación pero eso tampoco necesitaba saberlo en ese instante, lo que quería era correr de regreso a donde se encontraba esa jefa tan misteriosa que tenía.
Así que sin pesarlo mucho, dejó a Clarissa y salió en busca de la necia de Juliet.
En la entrada de la guarida se encontró con el cazador que estaba muy pálido.
-¿Qué haces en la guarida de un vampiro cazador y a punto de desmayarte?
-Ellos...
-¿Qué?
Ethan comenzó a tener arcadas y Paola se apartó a tiempo antes de que la cubriera con su vómito.
-El cazador no tiene buen estómago, ¿eh?
-Acabaron con la bruja-murmuró él-de la peor manera, yo jamás habría sido tan...grotesco...
Dijo volviendo a sucumbir a las arcadas. Paola no pudo escuchar más. Las lágrimas llenaron sus ojos de inmediato y entró corriendo a buscar a su jefa o lo que quedara de ella. De pronto una voz la detuvo.
-Mi guardiana-le dijeron al oído
Paola no reconoció la voz pero al girarse pudo ver que era el guardia que Juliet había derribado.
-Vampiro
-Bruja
-Dime donde está mi jefa
El guardia frunció el ceño.
-No se de que me hablas
-Dime donde esta Michael y el rey demonio
-Salieron, creo que tenían que encargarse de algunas cosas
-¿Algo como de desaparecer un muerto?
El guardia entendió de inmediato y cerró los ojos.
-Salieron a entregar un cuerpo-dijo en voz baja
-¿El de mi jefa?
El guardia se encogió de hombros con pesar.
-Lo siento guardiana, sólo sé que se trataba de una bruja
Paola asintió y entonces decidió marcharse y cumplir con la última misión que le había encomendado Juliet.
Cuidaría de Clarissa con su vida.