La Heredera

Capítulo 2.

Dos días antes de mi cumpleaños fue cuando me mudé a California, en casa de mis primos, en un barrio llamado Newport. Me recogieron mis primos Ryan y Mariah. Era la primera vez que les veía en persona, porque aunque nos separasen tantos kilómetros, manteníamos siempre el contacto. Les conocía de alguna que otra navidad que vinieron a México con sus padres.

El barrio era tal cuál me lo imaginaba. Mansiones. Coches de lujo. Fiestas de ricos. Gente pija. Un ambiente que realmente ya se me hacía conocido ya que siempre he estado rodeada de dinero. Pero seamos honestos, la gente rica y pija no tiene la misma personalidad que una familia rica y mafiosa.

Llegamos a una casa, más bien una mansión, porque era enorme. Era una mansión de tres plantas, sencilla y muy familiar.

— Esta será tu habitación Farah, tienes mantas y sábanas limpias en el armario. Ves deshaciendo las maletas y te esperamos abajo para merendar —Dijo Ryan, mi primo mayor.

Una vez deshechas las maletas, decidí ducharme y ponerme algo más cómodo. Cuando estaba apunto de bajar para merendar mi teléfono sonó.

— ¡Hola mi pequeña! ¿Cómo fue el viaje? ¿Todo bien?.

Era mi padre. Mucho tardaba en llamarme.

— ¡Sí papá! Todo genial, estoy algo cansada así que comeré algo e iré a dormir.

— Perfecto cielo, descansa todo lo que necesites, hablamos mañana. Te amo.

— Te amo papá.

Si, los mafiosos tienen sentimientos. Es gracioso escuchar al jefe de la mafia más grande de Méjico decirle "te amo" a alguien.

Bajé a merendar con mis primos y estuvimos poniéndonos al día de nuestras cosas, no me preguntaban nada del tema de papá porque ya sabían lo que había, y la muerte de mi tía nos dejó huella a todos, así que nos pusimos al día con nuestros males de amores y nos reímos mucho. Era algo que realmente necesitaba.

— Mañana iremos a comer al puerto, para celebrar que has venido, así te hacemos un pequeño tour por Newport. -Dijo Ryan-

Una vez acabé de merendar me despedí de ellos y me fui a mi habitación, allí me puse a pensar en todo lo que me iba a venir de ahora en adelante.

Me quedaban dos meses para empezar el instituto. ¿Sabéis qué significa eso? Efectivamente. Gente nueva. Profesores nuevos. Amigos nuevos. Y sobre todo, caerle bien a la gente. Ya habrá tiempo para esos dolores de cabeza, aún me quedan dos meses y voy a aprovecharlos al máximo. 

En dos días era mi cumpleaños y tengo la esperanza de que mis primos me organicen algo. Tampoco debería esperar mucho, ya que ya no estoy en casa de mi padre, que cada vez que era mi cumpleaños, lo celebrábamos a lo grande, parecía una boda de tanta gente que había, y lo sorprendente era que no conocía ni a la mitad.

Antes de irme a dormir, miré la foto que tengo con mi padre y le dije:

— Todo estará bien papá. Te lo prometo.



#10630 en Novela romántica
#5826 en Otros
#1033 en Acción

En el texto hay: mafia, adolescente, amor

Editado: 10.05.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.