Dicen que soy su reina, que hoy me coronarán, pero... No me siento como tal. Hay un alboroto enorme en toda la academia, estudiantes entran, salen, corren, traen adornos, luces, cargan sillas y mesas. Esto parece una feria y no un colegio.
Todos se han paralizado en función del evento. Una joven de pelo negro y lacio por la cintura entra sonriendo a mi habitación acompañada de Andrea.
—Kolie, te presento a Gaby, Gabriela Bolnista. Nuestra diseñadora, ella es la encargada de prepararte para este día —anuncia Andrea dándome un beso en la mejilla.
—Hola —saludo y la chica nueva me sonríe alegremente.
—Un placer conocerla, su majestad —dice y hace una reverencia.
Tiene un enorme cuaderno y un lápiz en una mano, una cinta métrica en la otra.
—No es necesario ser tan formal —digo apenada.
No estoy adaptada a ese trato.
—¿Puedo...? —pregunta. Entiendo que quiere mis medidas, ya que levanta la cinta métrica.
Comienza a hacer su trabajo y apunta todos los números en su cuaderno. Yo solo espero a que termine, aburrida y sin ganas. Luego comienza a dibujar, diseñando lo que sería el vestido, yo solo veo líneas, pero imagino que esté creando algo.
—¿Qué te ocurre? No veo la emoción característica de tus ojos —pregunta preocupada Andrea.
—Es difícil mantenerse feliz luego de tanta adversidad.
—Ahora todo está bien —intenta mejorar mi ánimo que es un asco desde que vi a Joseph en modo "bebé".
—No, no lo está. Yo no estoy bien. He hecho daño sin poder controlarlo, también descubrí cosas, que aunque imaginaba, son difíciles de procesar.
—Tranquila, no estás sola.
—Lo sé, gracias —la abrazo mientras Gaby continua su diseño. Tarda unos diez minutos y muestra el resultado.
—Marie trae las muestras de telas para que selecciones —dice, su mirada es dulce y tranquila.
En ese instante la aludida entra como flecha a la habitación, cargada de retazos blancos. ¡Blancos! Exclama mi subconsciente. Me quedo estática, ¿me van a coronar vestida de blanco? Alzó una ceja.
—Mira que telas más hermosas —dice la rubia alegre.
—¿Por qué blanco?
—¡¿No te contaron?! —Andrea coloca sus pálidas manos en sus mejillas y abre la boca asombrada.
—Si piensan que me voy a casar están equivocados.
—Ay, no Kol, no es eso —Andrea hace un ademán con su mano.
—En Lyuvov el blanco simboliza pureza, como en muchos lugares imagino —explica Marie—. Las reinas son coronadas de blanco para mostrar su transparencia, la limpieza de su espíritu y su alma. Como muestra de que el corazón de la reina está libre de oscuridad.
Arquee una ceja "pureza", "alma sin oscuridad", ¿seguras de que hablan de mí? Le hice daño a Josh, de alguna forma junto a Armin destruí a Dard, estoy llena de odio y rencor, me cuesta dar un simple perdón, ¿seguras de que soy pura?
—Fue una dura guerra que dieron tu padre y Víctor, pero el consejo de la ciudad aprobó que como Armin te coronen sin casarte —expresó Andrea.
—¿Víctor ayudo? —pregunté extrañada. Mi primera impresión de ese chico no pudo ser más errónea.
—Sí, mucho —sonrió y probó en mi piel dos telas diferentes.
Una es brillante y fina, la otra es más gruesa y acolchonada.
—Me gusta esta —señala Gabriela la fina y brillante.
—A mi igual —añade Marie.
—Estoy de acuerdo, ¿Kolie? —llama mi atención Andrea para dar el toque definitivo.
—Prefiero un vestido rojo —suelto de golpe y las tres me miran atónitas.
—Kol...
—Nada —la interrumpo—, quiero que sea rojo. Alégrense de que no lo pido negro.
—Esto va a traer problemas —susurra Marie.
—Kol, amiga, es la tradición.
—No me interesa, no me siento pura y sin oscuridad dentro de mí. Me siento furiosa y enojada conmigo misma, siento que como el fuego mi pecho quema.
—Puedo hacerlo rojo —interviene Gaby—, pero debes usar una flor blanca en el pelo.
Las chicas la miran con cara de "¿Qué estás diciendo?", pero esta nueva invitada me empieza a agradar. Le lanzo una mirada de complicidad y ella solo sonríe.
(...)
El traje está ceñido a mi cuerpo, tiene un escote en forma de v en la espalda y un cinturón que desprende una falda con capas sueltas. En su lado izquierdo se complementa con una cola que superando el largo inferior. Simplemente hermoso, el rojo sangre brilla ante mis ojos. La tela es fina, delicada, perfecta. Se ajusta a mi cuerpo maravillosamente, esta chica hace arte pura.
—Gracias, Gaby —digo mirándome al espejo.
Kate me ha maquillado, algo simple y natural. Trabajó mis ojos verdes con sombras marrones, con mi atuendo resaltan como ojos de gato en la noche. Mis labios, los pintó de un rojo intenso y mis pómulos fueron matizados con un rosa claro.
Mi cabello rizado cae en ondas hasta mis hombros. Gabriela colocó en el lado derecho como adorno la flor que tiene una silueta dorada y algunos brillos en el centro. Los pétalos están orientados en varios sentidos y parece una rosa blanca abierta.
—Luces perfecta —dijo alisando la cola del vestido.
Suspiro y curvé mis labios en la mejor sonrisa que pude. Salimos juntas de mi habitación, en el recibidor esperan algunos de mis conocidos. Mi padre abrió la boca como tonto y mamá se la cerró con la mano, ella me mira con ternura. No hemos hablado luego de que se disculpó, aún estoy enojada por su actitud y las cosas que ha hecho todos estos años.
Kely usa un vestido azul cielo, su pelo castaño hasta la cintura cae suelto como una cascada en su espalda. Me sonríe y corre hacia mí para abrazarme.
—Mi hermana es la más hermosa del planeta —dice y sus ojos azules brillan como estrellas.
—Kol, hija, estás preciosa —papá me extiende su brazo y comenzamos a caminar.
Armin está dándole un biberón Josh, un poco apartada, viste de morado. Supongo que ese es su color favorito y que el vestido se lo diseño Gabriela porque es muy moderno.