La hermandad de Delrich - Máleran 2 | libro 2.

Parte 14: Madre y agua.

Tiempo:

1:52 pm, 12 de julio de 1432.

Lugar:

Océano de Taff.

 

Makkia cerró sus ojos y colocó sus manos en su cabeza, separó sus dedos tal y como Elaisa y luego Luxon le habían logrado explicar, inhaló y exhaló dos veces el ruido de las olas y una pequeña bandada de gaviotas dejaron de hacer ruido, inhaló y exhaló por tercera vez y los quejidos por parte de Zacarias por no pescar nada también desaparecieron de su audición. Delante de ella tenía un pequeña planta en una maceta, Makkia le había puesto el nombre de Udilunfica, una pequeña aura de color verde se materalizo frente a su vista totalmente negra. Se concentró un poco más y pudo ver que los tallos de la planta se iban haciendo un poco más grandes milímetros por milímetros, tallos más diminutos se iban extendiendo y al final de ellos se abrían en diferentes direcciones y se volvían diminutas hojas, hasta una de las hojas había logrado dar un fruto o un vegetal, la Alidaria no tenía muchas ideas acerca de las plantas.

De repente el sonido de unas piedras golpeando contra el mástil o el barco se hicieron presentes en su oído, (Al menos ese fue el primer sonido que imagino) al abrir uno de sus ojos color negro y pudo ver enfrente de ella el tablero de Di Ho Ku, lo volvió a cerrar y nuevamente intentó concentrarse y frente a ella se apareció un aura de color blanca que rodeaba la silueta de un muchacho, el mismo sonido se hizo presente de vuelta y Makkia suspiró. Abrió sus ojos y allí estaba Amvaquar con el tablero de Di Ho Ku y lo que la Alidaria había escuchado como piedras en realidad era las fichas del juego que se movía dentro de la caja que formaba el tablero.

—Bien, seré tu maestra —dijo Makkia de mala gana al interrumpir su entrenamiento—. No creas que no seré roga contigo.

—Ruda —corrigió Amvaquar mientras se sentaba frente a la Alidaria y el mástil del barco. Abrió el juego de mesa y comenzó a colocar a todos los guardias en sus posiciones. 

—No, no. —negó Makkia con su cabeza—. Estás haciendo las cosas mal, primero deben ir los reyes. Luego los Alidarios y por último los guardias.

—¿Por qué? ¿Cuál es la diferencia?

Makkia se encogió de hombros.

—No lo sé, pregúntale a quién lo invitó.

—Inventó —volvió a corregir Amvaquar.

Makkia bufó con su rostro serio. 

—A propósito, ¿Sabes quién lo inventó? —contestó Makkia haciendo énfasis en la palabra “invento” para demostrarle a Amvaquar que realmente le salía aquella palabra.

—No tengo idea —expresó Amvaquar—, haber Alidaria… ¿Podrías iluminarme en el camino de la sabiduría y contarme qué aprendiste con tus veinte maestros?

—En realidad eran tres y fue Digfor Hovaba Kuosi, cerca del año mil cien. ¿Por cierto sabes qué fruto es este? —preguntó Makkia alzando la pequeña Udilunfica. Amvaquar terminó de acomodar su última pieza y miró la planta en cuestión.

—Es una verdura, tengo entendido que solamente crece en el Sector cuatro. Sé que se hace una bola de color blanca con manchas negras cuando madura totalmente. ¿Podrías comenzar la explicación del juego? Estoy algo ansioso. —declaró el pescador golpeando su dedo pulgar repetidas veces contra el pequeño tablero. 

—No me había dado cuenta —contestó Makkia arqueando una ceja—. Bien, las reglas son simples, ganará el que saque a los seis… seis… —Makkia llevó su dedo a la barbilla buscando la palabra dentro de su cabeza.

—¿Reyes? —preguntó Amvaquar.

—Exactamente, reyes. Los guardias pueden moverse todos los turnos, pero un circulito —expresó la Alidaria. 

—Querrás decir cuadradito —corrigió el chico. 

—Dá igual —contestó Makkia revolviendo sus ojos y bufando.

—Que no da igual, que yo estoy viendo cuadrados. A menos que seas figurcónica —dijo con una sonrisa el pescador. 

—¿Qué es eso? Esa palabra es inventada —se adelantó a añadir.

—Son las personas que confunden las formas. 

—Eso no existe, no existe tal condición —aseguró la Alidaria.

—Qué sí, yo conocí a alguien así de dónde vengo.

—Sigo sin creerte Amva —el chico se ruborizó por aquel diminutivo soltado por Makkia. Será mejor que ignore el color de esas mejillas, solamente hará que me ponga roja yo también y no necesito un momento incómodo, pensó la chica. Ella lo ignoró y aclaró su garganta— ¿Dónde estaba? Ah sí, por los turnos de los guardias —se dijo a sí misma. —Entonces… Los guardias pueden moverse todos los turnos pero solo un lugar. Los Alidarios —Makkia señaló la segunda fila de fichas con forma de personitas pequeñas.

—Ósea tú. 

Makkia revolvió sus ojos nuevamente. 

—¿No te cansas de ser tan gracioso con las mujeres? —preguntó Makkia, con su rostro serio.

—¿Eso es sarcasmo? —la chica no le contestó y en lugar de eso se limitó a aplaudir lentamente.

—Los Alidarios pueden moverse dos lugares pero sólo una vez cada tres turnos. Los reyes pueden moverse tres lugares, cada cinco turnos, excepto cuando ya te quedan tres reyes, en ese caso puedes mover hasta dier veces.



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En el texto hay: poderes, poderes y fantasia, trauma infancia

Editado: 28.10.2022

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