Ayla
Hasta aquí se acabo mi paciencia para esto.
Flashback
Después del mini campamento que hicimos, regresamos a la casa y vi una carta en frente de la puerta.
Al abrirla supe que era de mi hermana, me decía que fuera a verla a la casa de nuestra tía Berenice; estaba muy feliz, pero sabía que si iba, me iba a ir de la patada por mi "abuela" .
Ella me odia desde que nací, y me lo ha dicho en la cara la muy cínica. Me dice que si yo no hubiera nacido mi padre no se hubiera ido de la manada; a veces siento que tenía razón, pero recordaba que mi papá me decía que se sentía bien al no estar en su manada, porque me tenía.
Fin del flashback
A este paso, acabaré por no ir a visitar a mi hermana, pero si no voy me sentiré fatal y me diré que soy una mala hermana y bla, bla, bla.
—Ayla, ¿Estás bien? —me mira Amaya.
—Sí Ami, ¿por? —la miro.
—Es que te veías muy pensativa y preocupada —esta ves habló Tania.
Suspiré, sabía que no podía evadir el tema cuando se trataba de ellas.
—Lo que pasa es que mi hermana me envío una carta diciendo que la fuera a visitar —hice una pausa.
—Eso es súper —dijo Sydney.
—Lo sé —solté un gran suspiro de preocupación.
—Entonces...¿Por qué estás así? —me preguntó Evangeline.
Les expliqué la razón de porqué estoy así, la verdad es que detesto a mi abuela porque nuestra relación abuela-nieta nunca funcionó, adora más a Sarahí, y no es que la odie por eso; al contrario, estoy feliz de que ellas se lleven bien y no pase lo que yo estoy pasando. A nadie le deseo eso.
Amaya
Cuando Ayla nos contó todo eso, me sentí muy mal.
¿Cómo una abuela puede detestar a su nieta? Eso ni yo lo sé; ella nos contó que quería ir al día siguiente para terminar con esto, pero a la vez no quería ir porque no quería llevarnos y viéramos sus problemas, pero tampoco nos quería dejar solas en la casa, porque ella no era capaz de hacer eso.
—Ya se que haremos —dije con una idea en mente!
—¿Qué? —me miró Sydney.
—Que una de sus amigas nos cuiden mientras ella va a visitar a su hermana —le respondí.
—Y para que no vaya sola que la acompañe alguien —comentó Tania.
—¡Si! Y yo se quién puede ir con ella —habló Evangeline.
—¿Quién? —la miré curiosa.
—Su amigo Nico —me sonrió.
—Así se ven más que amigos —dijo Sydney.
—Pensé que era la única en opinar eso —comentó mi hermana.
De ahí nos pusimos de acuerdo para llevar a cabo el plan.
Le insistimos a Ayla que nos llevara a ver a sus amigos y accedió. Una vez que llegamos a su departamento nos abrió Percy.
—Hola niñas —dijo con mucho entusiasmo.
—Hola Percy —dijimos las cuatro al unísono.
—Hola sesos de alga —saluda Ayla.
Pasamos y todos estaban ahí, incluso Nico.
Paso un tiempo corto y decidimos llevar a cabo el plan.
—Ayla, quiero un jugo de zanahoria con vetabel —dijo Sydney, digamos que tiene gustos raros.
—Claro, voy a ir a comprarlo, porque no hay aquí —dijo agarrando su monedero.
—Te acompaño enana —dijo Jason mientras se levantaba del sillón.
—En un momento regresamos —dicho esto se fueron.
—Oigan, ¿podemos decirles algo? —ellos me miraron.
—Claro —me contestó Annabeth.
—Es sobre Ayla... —dijo Sydney.
—¿Qué tiene? —dijo Nico con un pequeño tono de preocupación que al parecer nadie notó.
—Verán... —empezamos a explicarles lo que nos contó Ayla y lo que le pasaba.
—¿Entonces nos ayudarán? —preguntó mi hermana con la esperanza de que aceptaran.
—Claro que si pequeñas —dijo Hazel—. No voy a dejar a mi cuñadita sola —me guiña el ojo.
—¡Hazel! —exclamó un Nico avergonzado a lo cual muchos sueltan una pequeña risa.
—Aparte...Nico —habló Evangeline.
—¿Si? —preguntó.
—Quiero hablar contigo —respondió ella.
—Claro —seguido de esto se fueron a hablar a un cuarto.
Evangeline
—Aparte...Nico —dije con un poco de pena.
—¿Si? —me preguntó.
—Quiero hablar contigo —le respondí.
—Claro —ambos nos dirigimos a un cuarto para que le pudiera decir sobre Ayla.
—¿Qué sucede? —me preguntó de una manera amable. Bien dicen que no juzgues a un libro por su portada.
—¿Puedo pedirte un favor?
—Claro —me respondió?
—Es sobre Ayla —solté un suspiro.
—¿Qué tiene? —me miró preocupado.
Se ve que la quiere mucho, sus ojos y sus acciones lo dicen todo.
—Ves lo que comentamos hace un momento —hice una pequeña pausa—. Quiero que acompañes a Ayla cuando vaya a ver a su hermana.
Iba a decir algo pero lo interrumpí.
—Si preguntas el porqué tú, es porque tú la conoces mejor. Ustedes tienen una conexión o un lazo. Sabes que si llega a pasar algo, tú sabrás como arreglarlo, si llega a sentirse triste, tú sabrás cómo consolarla y cómo sacarle una sonrisa.
El solo me dijo. —No te preocupes, la voy a acompañar —me revolvió el cabello y salió de ahí.
Al día siguiente...
Ayla
—¿Están seguras de esto? —les pregunté, pues ya me habían comentado lo que hicieron ayer cuando fui por el jugo.
—Sí Ayla —me dijo Tania.
En eso tocan la puerta, la abro y veo que son mis amigos.
—Chicos —dije sorprendida—. Pensé que solo iba a venir una de las chicas
—Pues pensaste mal enana —dijo Leo a lo cuál me reí.
—Tranquila, estarán bien las niñas. ¿Verdad? —pregunta Annie viendo a las niñas.
—Sí —dijeron al unísono.
—Bueno, gracias chicos —les dediqué una sonrisa.
Al salir escucho que Nico me grita, le dije que pensaba que se iba a quedar con los chicos, pero él me dijo que no quería que fuera sola a visitar a mi hermana y me acompañó a lo cual acepté.