La historia corta de Layla West

P R O L O G O

Hoy es el mejor día de mi vida, bueno... en parte. Mis padres se van a vivir con mis abuelos a New York. Aun no se él porque. Solo me han explicado que es por trabajo. Pero tengo un mal presentimiento de todo esto.

Estoy en mi habitación, hoy me llegaron mis nuevos libros, y les estoy dango unas hojeadas.

—Se puede pasar—alzo la cabeza y veo a mi hermano. Una excelente persona. Bueno lo dicen sus notas y lo bueno que es en los deportes.

—Si pasa—él se acerca y se sienta al filo de mi cama. Estudia en la universidad de Boston, yo quiero estudiar ahí, cuando termine el colegio—dime ¿sucede algo?

El me mira y sonríe, me hace un ademen para que me siente alado de él. Dejo los libros, y me siento a su lado. Me pasa un brazo por mis hombros, y pega su cabeza con la mía.

—Te vengo a felicitar por tu beca, ¿Es tu primer año en preparatoria?—asiento— Perfecto, quiero que también consigas una beca para que entres a la Universidad de Boston, para poderte vigilarte y que nadie te moleste.

Sonrió, mi hermano es muy sobreprotector conmigo. Nunca he tenido novio, bueno... yo no he querido. Prefiero primero cumplir mis metas y capaz después le pueda dar un puestito.

—Layla, ven un momento—escucho a papá.

—Mi papá te está llamando—me levanto de la cama—Layla—giro la cabeza—Te quiero mucho—sonrío y el también.

—Yo igual hermano, ¡Voy pa!—digo saliendo de mi habitación.

Bajo las escaleras y lo veo en medio de la sala con las maletas listas, él me sonríe, está feliz porque conseguí la beca en unos de los colegio más prestigioso de Boston.

—Ven, te quiero dar algo muy importante—me acerco y me hace una seña para que me sienta alado de él—te quiero dar esto—saca una caja café de una de las maleta.

Lo miro y después a la caja, me la entrega. La voy abrir pero me detiene.

—No la abras, lo harás cuando sea necesario—sonrió y asiento—Quiero que lo guardes en un lugar seguro, solo te digo algo. Hay una casa en Miami y es tuya—me da un beso en la frente y se pone de pie. ¿Una casa en Miami? Y ¿Es mía? Y ¿Por qué quiere que lo guarde en un lugar seguro? Algo aquí no me cuadra, mi hermano sabrá de ella.

Subo a mi habitación y mi hermano no está, capaz este en el suyo. Cierro la puerta, voy a mi armario. Hace un año me di cuenta que había una tapa falsa en mi armario, antes era de mi madre pero me lo obsequio. Cuando lo revise, me encontré con ella. Me sorprendí mucho, ¿Para qué mi madre tendría esto? Aleje los pensamientos de mi mente. Ahora ya tengo una excusa para usarlo.

Saco la tapa falsa y guardo el cofre, quisiera saber ¿Qué hay adentro? ¡NO! Solo para una emergencia. Cierro el armario.

Me acuesto en la cama, mi cabeza me da vuelta de pensar ¿Qué contiene esa caja?

— ¡Layla, Carl! ¡Bajen, ya nos vamos!—escucho a mi mamá, su voz es apagada y tristes. Algo muy diferente en ella.

No quiero que se vaya, quiero que se quede conmigo, no sé cuál es el motivo.

Me paro de la cama y salgo de mi habitación, bajo las escaleras y veo a mi tía, ¿Qué demonios hace ella aquí? no me gusta para nada, hace unos meses nos enteremos que era... una prostituta—palabra fuerte—pero ella dice que ya no está en esa vida. ¿No tengo que juzgarla? Perdón, pero ella lo hace porque quiere, mis abuelo le dan todo, no le falta nada y para que este en ese mundo es porque... mejor dejo de pensar en eso

Me acerco a mis padres, mi madre tienes los ojos rojos. Ha llorado mucho, sé que nos tiene que dejar, le he preguntado miles de veces y dicen que es por trabajo... pero no me lo creo. Si fuera así nos llevarían con ellos y comenzaríamos de nuevo ¿No es así?

— Hijos, Claudia se va a quedar con ustedes— ¿Qué? ¿Pero habíamos dicho, que mi hermano nos cuidaría? Voy a protestar, pero me detiene mi papá— Layla, no te voy a dejar con tu hermano, él estudia casi todo el día, y aun tienes quince años.

Me quedo callada, todo lo que dice es real, pero tener a una persona que no te cae muy bien, viviendo en tu casa. Me fastidia.

— Bueno hija, si no hay más que protestar, nos tenemos que ir. Sabes que conducir hasta New York es cansado— esa es una de mis grande pregunta ¿Por qué no se van en avión? Su repuesta fue, no tenían suficientes para el vuelo. Otra gran mentira, aquí hay gato encerrado.

Mi madre se acerca y me da un gran abrazo, se lo devuelvo. Me un beso en la frente.

— Te amo Layla, no lo olvides... Te voy a querer siempre— esas palabras llegaron hasta el fondo el corazón, me rueda una lagrima por la mejilla. Ella me la limpia— No llores mi amor, no sirven de nada llorar... vamos hablar todo los días por Skype y te juro, que en poco tiempo estarás con nosotros, ¿SI?— asiento y me da un beso en la cabeza— te prometo llamar cuando llegue a la casa de tus abuelos.

Se va donde mi hermano, mi padre viene hacia mí con su gran sonrisa.

—Campeona, te voy a extrañar— lloro, siempre estuve unida a mi padre, él es mi héroe— no mi amor no llores, ya veras, que en poco tiempo estaremos unidos—asiento—mírame—alzo la cabeza—solo será un tiempo... ok.



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En el texto hay: bullying, romance juvenil, romances

Editado: 02.03.2019

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