Así pasaron un par de semanas y las ganas de verlo y abrazarlos se fueron profundizando dentro de mí, lo extrañaba mucho.
Salí a distraerme con las chicas en varias oportunidades y llegábamos a casa bien entrada la noche, casi no dormíamos, solo quería estar agotada para no pensar en nada, un sábado acompañé a Silvana a recoger unas especies que necesitaba analizar y el mal tiempo nos alcanzó cuando estábamos bien alejadas de la ciudad. Llegamos al apartamento empapadas, destilábamos agua por todas partes, realmente fue una tormenta impredecible y decidimos regresar de todas todas porque sería mucho peor si nos sorprendía la noche tan lejos de casa.
Recuerdo que me di una ducha caliente, dejé la ropa tirada en el piso y solo pensé en acostarme en mi cama, esa noche no pude dormir, temblaba de frio y sentía que mi cabeza iba a explotar; solo pensé en como estaría Silvana, me levanté y me dirigí hasta su cuarto, dormía como si nada, la rocé para tocar su frente y se despertó, al rozar mi mano notó que tenía mucha fiebre, se levantó de inmediato y me preparó uno de sus famosos té y me abrigó junto a ella. Ambas nos quedamos profundamente dormidas.
No se si estaba soñando pero de pronto sentí que alguien me movía y trataba de desvestirme, abrí los ojos y vi que Silvana y María Isabel intentaban cambiar mi pijama la cual estaba empapada, al mismo tiempo frotaban mi espalda y mis pies con un paño húmedo y me pedían que no me durmiera de nuevo, necesitaban que comiera algo; estaba muy, muy débil y la fiebre no cedía.
Recuerdo que Silvana me despertaba cada tanto para que tomara ciertos medicamentos y no podría precisarlos pero estoy segura que también sentí una voz masculina que no dejaba de dar sugerencias y recomendaciones, realmente creo que deliraba por la fiebre ya que era imposible que escuchara una voz masculina en el apartamento.
Poco a poco comencé a sentirme mejor y ya podía incorporarme en la cama, habían pasado muchos días. Silvana se encargó de notificar en mi trabajo sobre mi indisposición y oficialmente tuve una licencia por Reposo de unos quince días aproximadamente.
Días después me enteré que prácticamente estuve a las puertas de un cuadro de neumonía, pero gracias a Dios y a los cuidados de las chicas no empeoró, aunque si era cierto que había un hombre en casa, era David quien al ver que no acudía al trabajo se angustió y se presentó en el apartamento, siendo de mucha ayuda para las muchachas.
Todos esos días mi querido David estuvo a mi lado, en su rostro se notaba su desesperación y descontento por mi estado de salud, cada tanto me reprochaba por mi imprudencia al no protegerme debidamente.
Superado estos momentos regresé a mis labores habituales pero aún tuve que cumplir un tratamiento por muchos días más y David se aseguraba de recordármelo.
Como si no hubiese ocurrido nada entre nosotros regresamos a la normalidad, no fueron necesarias aclaratorias ni disculpas aunque si sentí un afán en el de protegerme continuamente, nuestra relación continuó donde la habíamos dejado y ambos cedimos un poco y acordamos retomar el tema del matrimonio mucho más adelante aunque yo esperaba que realmente se le olvidara.
La empresa para la que ambos trabajábamos fue negociada casi en su totalidad y adquirida por unos inversionistas extranjeros y la primera decisión que tomaron fue separar la parte operativa, transporte y vigilancia de la parte administrativa, así que adquirieron una nueva sede al Este de la ciudad.
Para muchos incluyéndome fue bastante cuesta arriba el traslado ya que la sede quedaba bien alejada y era super complicado el sistema de transporte. A David y a mí se nos complicaba vernos por las tardes al terminar nuestra jornada.
Para David el hecho de no poder reunirnos por las tardes lo agobió mucho, pasaban tres o cuatro días sin vernos, solo hablábamos por teléfono y compartíamos algunos fines de semana.
Un día en el que estábamos plenamente dichosos volvió a recordarme su petición de matrimonio
── Ely dime que te impide aceptarme
── Tú vives sola sin tu familia
── Nos amamos
── Yo quiero estar a tu lado por siempre
── Forjemos nuestro propio hogar y nuestra familia
Y yo pensé…. Vaya argumentos
Le pedí que me concediera unos días para pensarlo detenidamente….. y sí lo pensé….. y lo pensé…. Mi madre va a matarme por esto.
Al cabo de varios días le dije a David que sí, que lo hiciéramos; su rostro se iluminó de tal manera que creo que rejuveneció 10 años, estaba feliz, radiante, orgulloso.
Con esta decisión vinieron otras igual de difíciles por ejemplo uno de los dos debía retirarse de la Empresa donde trabajábamos ya que en sus normas internas no permitían familiares dentro de la misma, así que yo tomé la decisión de marcharme.
También como darle la noticia a mi madre sin causarle una impresión que afectara su menguada salud, decisión que dejé para el final, se lo participaría cuando ya estuviésemos a un par de días de los acontecimientos y fuera una decisión irreversible.
La familia de David se podría decir que se mostraron muy escépticos, ni aprobaban ni desaprobaban nuestro matrimonio, ellos siempre sugerían que David tomaba muchas decisiones apasionadamente, al calor del momento sin detenerse a analizarlas y ponían como ejemplo su fallido matrimonio y no podía negar que a mí también me entraba mucho temor, pero el gusanito de la sensatez en mi cabeza me decía que no todo tenía que volver a ocurrir de la misma manera y que no todos son fracasos en la vida de las personas.