Abrí mis ojos, mientras el despertador sonaba con ese ruido molesto a tan tempranas horas, miro a mi alrededor; no podía ser estaba de nuevo en mi casa, gire la vista hacia la cama, allí estaba ese vestido enorme blanco con destellos de luz, ese vestido de novia sobre la cama indicaba que había soñado todo, confundida llevo mi mano a mi pecho, sentí un dije, al mirarlo, estaba allí esa cadena de oro colgando ese dije colgando una D, lo aferre fuertemente, mis lágrimas comenzaron a rodar, no había sido un sueño y allí estaba la prueba de que todo había sido real.
Mi confusión aumentaba con el paso de los minutos toda las cosas vividas a su lado pasaron por mi cabeza, en instantes vi toda la historia de nuestro amor, todo lo vivido durante meses; todo era confuso, me preguntaba una y otra vez porque estaba de nuevo aquí, recordé ese instante donde David se había ido, donde lo había perdido para siempre, donde deseaba con tanta intensidad con ese dije en mis manos “el dije” me pregunte, lo observaba queriendo hallar respuestas en él, todo era tan confuso no podía distinguir la realidad de lo que no lo era pero ese dije era lo único verdadero q tenía en aquel momento, en el dije habían unas palabras que nunca había observado quizás porque solo prestaba atención a la frase que con grandes palabras decía allí, pero nuca había notado una pequeñas palabras, casi escondidas que poseía el dije “ desde el interior de tu alma se esconde tu deseo más preciado, tu más grande anhelo”.
¿Mi deseo más preciado? En ese momento que estaba David muriendo mi único deseo era que estuviera bien a cambio de lo que fuera quería que él no se fuera, ese era ¡Mi más grande anhelo! En ese instante entre confusión lo único que pude entender fue que ese era mi anhelo. Con el dije en aquel momento en mis manos era lo único que deseaba, pero porque no solo lo alivio que se levantara de esa cama bien, porque yo regrese como si todo lo que hubiese ocurrido fuera irreal fuese simplemente un sueño, nada tenía sentido en mi cabeza en lo que sucedía a mi alrededor solo habría alguien que pudiera darme respuestas y ese alguien seria ¡David!
Me levante de la silla, mire el vestido que se encontraba allí sobre la cama, allí había una carta, la abrí, era mi letra entonces yo la debí escribir, al revisarla estaba dirigida a Johan y estaba firmada por mí, y comencé a leerla:
Lamento mucho lo que tengo que decirte, jamás mi intención fue lastimarte o hacerte daño, realmente te amo, pero no lo suficiente para quedarme contigo, quiero caminar hacia el altar, pero he comprendido que no es contigo con quien deseo hacerlo, mis sueños y anhelos, no te incluyen; no quiero que me odies, solo quiero que seas feliz, y esa felicidad no la hallaras conmigo, nunca lo serás si estás conmigo ni yo lo seré estando a tu lado, mientras de mi alma no pueda arrancar un amor que no es el tuyo, no quiero pasar el resto de mi vida deseando ver a alguien más en tu lugar, perdóname pero lo mínimo que puedo hacer por quien me ofreció su lealtad, su amor y su vida es decirle la verdad, Perdón.
Elizabeth
Al terminar de leerla, no podía con mi asombro yo había escrito eso, yo le decía a Johan que no me casaría que no lo amaba, que amaba alguien más “David”.
Empezaron a mostrarse imágenes en mi mente, comenzaba a entender todo.
Semanas antes de mi boda, caminaba por la calle en medio del camino lo vi a él como siempre lo recordaba no lo dudo en lanzarse a saludarme, ese rencuentro fue sorpresivo jamás imagine volver a verlo, volver a sentir todo lo que creí muerto, por los segundos que lo vi despertó el amor que por tantos años yo intente olvidar, intente ocultar, pero que seguía vivo, intacto; pero esto no podía ser estaba a escasos días de casarme, pero era inminente que jamás logre sacarlo de mi corazón.
Luego de ese día nuestros encuentros se hicieron más frecuentes, con la excusa de que seriamos siempre buenos amigos, haciendo increíble cada momento a su lado así pasaban los días entre charlas, risas y salidas casuales.
Dos días antes de casarme, sentada al lado de David en un parque enorme ya caía la noche, el me colocó una hoja en mis manos, me pidió que la leyera, así que la abrí y comencé a leerla:
Elizabeth
Mis sueños son hermosos porque estás conmigo, aunque abro mis ojos y sigo aquí solo sin ti, pero en este sueño te miro y te digo que te amo , tú estás conmigo y todo es hermoso, la noche brilla más que nunca te refleja, te miro sonreír, me miras y siento tu corazón tan cerca del mío, te escucho decir te amo, luego te beso y duermo en tu pecho, pero no quiero despertar, porque te extrañaría y no quiero extrañar una caricia, no quiero extrañar un beso, solo quiero estar contigo así perfecto como en mi sueño, mirarte mientras duermes, yo podría pasar el resto de mi vida en este momento recostado cerca de ti sintiendo tu respiración, quiero vivir eternamente en este momento porque tú eres todo para mí, no hay nada que nos separa, la lluvia cae mientras en tus ojos se refleja la esperanza , en tus labios susurras tranquilidad de un futuro de amor entre tú y yo, mientras las estrellas son testigos de una promesa de amor que no está pacta con un juramentó, si no con una caricia de amor que sale del alma y queda grabada en mi piel, mientras en el silencio de la noche tiene una preciosa melodía que suena con la dulzura de tu voz, en este hermoso sueño donde tú siempre estas, te digo mil veces que te amo y tu escuchas, no cierro mis ojos para no dejar de verte mientras dura este momento, porque al final te separas de mí y despierto, solo quedo yo pero amándote más….
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Editado: 09.05.2019