Sabes me hubiese gustado tener las mismas preocupaciones de todo adolescentes como estar a la moda, salir a fiestas o quién me invitaría al baile de graduación, pero no, la vida había decidido darme una mala jugada desde los 2 años cuando todo comenzó.
Nunca me gustó que me tuvieran lastima, mis padres siempre me decían que debería de luchar pero ya estaba cansada, no quería, hasta que llegaste tú.