Es una noche larga,
conduces a traves de la oscuridad,
es el verde jade
el que no deja desviarme,
tu sonrisa tan decidida es tan imperativa,
no quisiera estar con alguien más en este auto...
Me llevas a casa,
atraviesas la foresta,
evades la gran ciudad de ensueño,
sé que no debería estar pasando pero,
sé que no lo estoy imaginando.
Porque el toque de tu piel se siente tan real,
el roce de tus labios es algo tan celestial,
conduces y conduces a máxima velocidad,
derrapas sobre el asfalto y vuelves a acelerar.
Porque estando en el asiento del copitloto lo entiendo:
eres el Pablo Neruda que necesitan mis poemas,
la melodia que conquista a mis rimas.
Es medianoche:
el viaje es sumamente inacabable
pero, con tu esencia siento que estoy en el paraíso,
todo está bien, si estoy contigo.
Así vamos poco a poco:
él mantiene sus ojos en la carretera,
yo me duermo lentamente hasta caer inconsciente.
Me carga hasta su habitación,
siento la delicadeza de sus labios despertándome,
la noche es tan áspera pero,
él me calienta con sus brazos.
No necesito de nadie más, si él está conmigo.
La premura de la noche es enternecedor,
intento tan solo regresar a casa,
pero, es demasiado tarde.
Me he perdido en la sensación de sus manos,
y su entrecortada respiración,
mis ojos se cierran y se dejan ceñir por este amor.
Poema II: "Premura"
17 jun 2018. 22:39hrs