Talvez pienses que soy estúpido,
quizás es el deseo de querer protegerme,
te escondes detrás de un armario,
mientras torrentes de sangre se derraman,
con lágrimas que se deslizan y
se fusionan con la lástima.
Fragmentas mi alma en pedazos,
colocas tus masacradas manos en mis mejillas,
sonríes cínicamente,
dices que me sigues amando,
yo tan solo te abrazo.
Mi torrente de lágrimas,
se fusiona con tu mar de sangre.
¿Sueles mentirme de esta manera tan cruel?
dices que no lo volverás a hacer,
pero, te encuentro cada noche,
hecho un ovillo llorando incasablemente,
intento comprenderte,
intento ser fuerte.
De la noche a la mañana,
se vuelve una rutina,
pasar la puerta que da
a tu habitación,
abrazarte y llorar en tus hombros.
Hay días donde todo vuelve a ser lo mismo,
mañanas donde sonríes y luego colapsas,
tu sollozo cada vez se vuelve más débil,
tu alegría más resonante.
Intento evitar tu dolor,
quiero que sonrías y vuelvas donde antes,
que vueles de tu nido y llegues tan alto.
Quizá sea tan inocente
pero, comprendo que esto
es el marcar rápido de un reloj
que se queda sin tiempo.
Poema XXIV: "El marcar de un reloj"
4 oct 2018. 01:28hrs.