* * * * * * * * * * * * * * * CAPÍTULO 25 - LA DISTANCIA * * * * * * * * * * * * * * *
ELENA:
Cuando llegamos al estado de California donde se habían reubicado a mis padres. Los mismos soldados que nos sacaron de ahí, por nuestras supuestas desapariciones; le repusieron los daños emocionales dándole a mi padre un trabajo estable y un departamento cerca de mi universidad, y pagaron la universidad de mi hermana.
Mi madre estaba más que satisfecha, ni siquiera preguntó el lugar donde habíamos estado. Los convencieron de no presentar la policía la denuncia, ni ante los periodistas; y nuestros padres nos amenazaron a nosotras.
Ambas esperamos que aquellos oficiales dejaran el departamento, para poder hablar con tranquilidad.
—¿Quiénes son?— preguntó Camila dejando su vista pegada a la puerta.
—No lo sé — Respondí con sinceridad.
—¿Por qué siento que nos están haciendo callar con algo de dinero?— Adjudicó ella levantándose de la cama, para chequear la hoja de papel que había puesto en el escritorio.
En ella había un cheque engrapado con una beca cubierta por una empresa misteriosa; justo para la universidad que se había estado preparando.
—No lo necesito, solo quiero volver a sentirme libre. Sin esas miradas, sin que tenga que fingir cada día para que no sea excluida. Solo quiero irme lejos de este lugar, hacia allí — indicó por la ventana con lágrimas
—Pero es tu sueño, con esto podrás estudiar sin que aquellas personas se burlen. Has tratado de esforzarte en las condiciones que teníamos; ahora ya no necesitarás hacer doble esfuerzo, tendrás las mismas oportunidades que cualquiera. —Comenté sujetándola
Pero yo estaba aún más destrozada. ¿Quiénes eran ellos? ¿Por qué justo interrumpieron cuando…? ¿Y James? ¿Estaría bien?
Cada vez que mencionaba su nombre sentía un vacío, y tampoco me podía comunicar con él.
Tenía que ser positiva, seguramente él estaría también pasando un momento complicado. Casi aquellos oficiales terminaron agrediendo, ya que no quería dejarme subir al avión. Terry fue el que más se puso sentimental, y en lugar de ser tan serió y algo amargado; cambió completamente.
Quería creer que no era por mi hermana, pero todo indicaba que sí.
Por otro lado a mí me habían reubicado al igual que a la chica de ese lugar, Dani; para realizar prácticas dentro de la universidad.
Mañana empezaría mi ronda y no podía protestar, me sentía de nuevo encarcelada a seguir esta rutina.
* * * * * * * * * *
La mañana siguiente resultó todo con normalidad, Dani pensó que había me había ido por descanso médico y por eso se alargó mis días de descanso. Ambas atendimos a todos los pacientes que llegaron a consulta médica dentro de la universidad.
—Adelante — Comenté al sentir unos pasos en la alfombra.
Dani se había ido a comprar unas papas enlatadas
—¿En qué le puedo atender? —Dije volteando…
—Elena— Mi nombre salió de su boca.
JAMES:
¿Quiénes eran esos soldados?
Yo y Terry lo teníamos bien en claro cuando vimos sus uniformes. Eran del consejo de protección de lobos. Una unidad superior, que intervienen en asuntos externos que afectan nuestra reputación; financiada por mi padre y mi madre, como los mayores inversionistas.
Siempre trataban de manejarlo todo, como cuando los vecinos que conocían a mi hermana denunciaron un asesinato.
No pudimos hacer justicia justamente por eso, ni siquiera se anunciaron en periódicos o como denuncia policial.
Para colmo ahora tenía una restricción hacia ella.
La distancia impedía que me comunicara o supiera de su estado. Al igual que cuando no la conocía. Terry por otro lado no apoyaba a tratar de recuperarme, estaba en pésimas condiciones.
Si no supiera la razón pensaría que sería una exageración. Pero él me había contado todo lo que había sucedido con Camila, la hermana de Elena.
Al parecer ellos habían avanzado su lazo mucho más rápido que yo y Elena. A pesar de que al inicio Camila lo detestaba.
Estaba pensando en métodos para que fueran parte de la manada sin tener que convertirlas. Ya que el procedimiento era bastante peligroso, sin embargo el más utilizado.
Seguía enfadado con Rita, pero en realidad lo que había sucedido era un procedimiento legal. Si hubiera empeorado puede que los organismos del estado humano hubieran intervenido. Quizás hasta puede ser relevado de mi puesto, por incapacidad.
Mi abuela pidió retirarse por la complejidad del asunto, y le dije que volviera a la casa en el centro del bosque.
Mientras me llegó una idea de suplantar identidades. No había hecho muchos favores, pero aquellas dos personas me debían un secreto.
Rápidamente los convoqué.
Con mi gente acorde que trabajaría a distancia al igual que Terry.
Ambos subimos al avión; rumbo a California.