Me he dado cuenta que cada quien vive el infierno que quiere vivir.
Es lamentable pero así es, aveces creemos que no merecemos algo mejor. Nos resignamos a llevar un vida gris, a ser plenamente infelices, a dar todo a cambio de muy poco.
Vamos por la vida llenos de problemas sin resolver, con la mente angustiada y el corazón frustrado. Pero no hacemos nada para quitarnos la venda de los ojos.
Hasta que llega alguien que le da un giro a tu vida y te la pone de cabeza, lamentablemente es tanto el miedo a experimentarlo que cómodamente tratas de alejarte y poner distancia. Inútilmente piensas que no mereces ser feliz, que esa persona llegó tarde a tu vida y renuncias a ella con tanta facilidad. Te limitas a soñar con esa persona en el silencio de tu soledad, aunque eso te produzca un profundo dolor en el alma.
Y la pregunta es: ¿Vale la pena vivir así?
Un día de estos voy hacer mi maleta, que Diablos, voy a salir huyendo a una cabaña, en una playa solitaria a encontrarme conmigo misma. No me va importar que me llamen mala, porque sere honesta conmigo misma y quizás llegue a sentirme viva por primera vez en mi vida. No se trata de vivir por qué toca, se trata de vivir para ser feliz y posiblemente no sea él, el amor de mi vida como yo creo, pero quizás sí lo más parecido a la felicidad.
"Hoy tienes una vida normal y mañana conoces el amor de tu vida en el momento menos indicado."
—Srenite—