La isla de los dioses

3.3

Shanna descansaba apoyada en unas rocas, en su regazo tenía a un pariente de poca edad, no era raro entre los tritones, que mientras alguno estaba cazando, alguien cercano cuidase de los hijos mientras tanto. El niño se entretenía con una cría de tortuga y unas conchas. Los sorprendió Itshar, el cual apareció visiblemente agitado, el niño tritón le sonrió sin asustarse pues ya no conocía de más veces.

          -¿Ha pasado algo, has vuelto a ver a aquel centauro salvaje?

          -No, es algo mucho más grave, ¡he descubierto de quien es aquella nave que cruzó la isla hace meses!

          -¿De verdad has podido ver gente de la otra parte del mundo?

          -Sí, estaba en la Cala blanca y era igual a nosotros, es decir, a los “seres del aire”. Estaba metido en el agua y se dirigió a mí en otra lengua.

          -¿Y qué hiciste?

          -Lo estuve observando jugar en el agua como un niño, parecía disfrutar mucho allí, hacía mucho ruido… Pero lo que más me extrañó, era que en su espalda no tenía alas. Era un hombre, un hombre que no volaba, ¿no crees que es muy raro esto?

          -En cierto modo es comprensible, si no puede volar, por eso es dueño de un artefacto para surcar los cielos. Debe de ser muy inteligente para crear lo que me explicaste. - éste se quedó pensativo:

          - Sí, creo que si… aunque pareció asustarse al verme volar y eso no concuerda. Si saben volar con sus máquinas…

          -Yo sí lo entiendo, para ti y los de tu especie es normal el tener alas y volar como las aves, como para los nuestros lo es tener cola y nadar a grandes profundidades bajo el mar. Creo que lo que le extrañó a ese ser, no fue que pudieses volar, sino que tuvieras alas como los pájaros. Yo también te tuve miedo la primera vez, ¿recuerdas?

          -Supongo que tienes razón… ¡ah! También encontré unos extraños ropajes cerca de donde se bañaba, primero no supe lo que era, pero por lógica supe que le servían para cubrirse la piel.

          -Es verdad, vosotros los alados también usáis lo que llamáis ropa para cubriros… ¿Por qué lo hacéis? - este se encogió de hombros:

          -No lo sé, desde siempre lo hemos hecho así, la verdad es que resulta útil por la noche cuando sopla viento y refresca, además confeccionamos bolsas para llevar los alimentos.

          -¿Dónde está ahora? Ese ser quiero decir…

          -Lo dejé allí, no vi que resultara un peligro.

          -Espero que nunca nos descubran, por lo que explicas, no le temen al agua, y si saben nadar, les sería fácil encontrar nuestros poblados.

          - Creo que no tienen branquias como vosotros… no me fije bien y sin cola y sin poder respirar bajo el agua, no creo que lo tengan fácil para llegar tan lejos.

          - ¿Crees que habrá más como él? Bueno, gracias por avisarnos, lo comunicaré a los nuestros, estaremos vigilando por si aparecen más.

          Itshar se fue con la determinación de hablar con el anciano que los había reunido en la playa, aquella vez que oyeron el sonido del artefacto volador, le avisaría de lo que había descubierto hoy, debían tomar precauciones.



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En el texto hay: mitologia, romance, genetica

Editado: 14.10.2024

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