La lágrima de una flor

La cenicienta y el misterio de una bella chica.

 Andrés le dice: “Caramba, señorita ese resumen sí que fue interesante”, ella se ríe y le dice: “A ti te parece interesante todo lo que te rodea”, ella repentinamente sintió preocupación y le pregunta la hora a Andrés y él le responde: “Son las… 11:45 pm ¿Por qué te interesa la hora?”, a lo que ella responde rápidamente: “¡Tengo que ir, ya es muy tarde!”, al decir esto ella se va corriendo del lugar.

   Andrés quedo sorprendido y la sigue, él le grita y le dice: “¡Claudia, espera! ¿Por qué siempre te vas a esta hora? Es como si fueras la cenicientas”, ella se detiene y le dice: “Debes conformarte con saber que es muy tarde para mí, pero no te preocupes nos veremos mañana en este mismo lugar y a la misma hora”, y sigue su rumbo mientras que Andrés se dice a sí mismo: “Esta chica es demasiado peculiar”, luego de esto Andrés se marcho a casa.

  Llegada la mañana realizo su acostumbrada rutina, pasaban las horas y se acercaba la noche, Andrés se estuvo encontrando con Claudia durante una semana en el mismo lugar, a la misma hora; ella ya conocía “todo” sobre Andrés, pero él no conocía mucho sobre ella. 

  Una mañana en su acostumbrado trabajo se acerca hacia a Andrés un hombre desconocido y le invita un café a cambió de platicar, Andrés acepta y se marchan a una cafetería, al estar en la cafetería comienzan a platicar mientras toman un poco de café.

  Él desconocido hombre le pregunta a Andrés: “¿Cómo se llama?”, Andrés sorprendido y confundido le responde: “¿A qué te refieres?”, el desconocido le responde: “La chica con la compartes todas las noches”, Andrés le responde con las siguientes palabras: “¡Ah! Ahora si logro comprendo, ella se llama Claudia; ¿Pero cómo es que usted sabe que yo comparto mis noches con ella?”, a lo que el desconocido responde después de un silencio: “Lo sé porqué trabajo en ese restaurante”.

   Andrés sorprendido le responde: “Ahora que te observo bien noto... que es verdad, eres el mesero, pero aún tengo una duda ¿Cómo es que llegaste a mi empresa y para que me localizaste? ¿Acaso fue solo para tomar café?, el desconocido le responde: “No ha sido casualidad, señor. Yo trabajo en su empresa de día y por la noche trabajo de mesero en aquel restaurante, me llamo Pedro”, Andrés se sentía un poco decepcionado de sí mismo por no haber notado que este hombre trabajaba para él y le dice: “Disculpa que no haya notado que trabajas para mí, es que a veces no presto atención al personal que labora conmigo”, Pedro se ríe y le dice: “No se preocupe por eso, de hecho hay algo de lo que sí debería preocuparse".

   Andrés lo observo y le pregunta: “¿Sobre qué estás hablando?”, Pedro le dice: “Hablo sobre la chica llamada Claudia”, Andrés le responde: “¿Y que se supone que debería preocuparme de ella?”, Pedro deja salir una risa falsa y le dice: “Amigo mío, eres muy inocente para preocuparte con estas cosas, pero… ¿te has preguntado por qué se marcha a la misma hora todas las noches y hacía dónde se dirige?”, Andrés sorprendido e intrigado le dice: “En realidad si me he hecho esas preguntas pero...¿Cómo se supone que les encuentre la respuestas?”.

   Pedro le responde rápidamente y con total seguridad: “Es muy simple mi estimado amigo, cuando se marche debes seguirla y ver hasta dónde llega así sabrás si lo que dice es verdad o es mentira”, Andrés estuvo pensativo por unos minutos y luego le dice: “¡Tienes mucha razón, voy a intentarlo!”, luego que dijo esto ambos se marcharon a sus labores, Andrés paso todo el día pensativo hasta que por fin llego la noche, se preparo para encontrarse con Claudia.

   Andrés estaba muy ansioso por saber que ocultaba Claudia, cuando ella llego al restaurante él quedo perplejo por ver lo hermosa que ella estaba, Claudia se acerca a Andrés y lo saluda, pero él se encontraba sin palabras por ver tanta belleza junta, ella lo observa y le pregunta: “¿Acaso los ratones te comieron la lengua? ¿O acaso estoy tan fea que te asuste y deje sin palabras?”, él reacciona rápidamente y le responde: “¡No, no! ¡Es todo lo contrario, estas tan hermosa que se me enredan las palabras y no puedo describir tu inmensa belleza!”, Claudia se sonroja y le dice: “¡Caramba! ¡Supongo que eso se lo dices a todas!", luego que ella dice esto deja salir una carcajada y Andrés no pierde la oportunidad de responder y le dice: “¡Tienes razón, eso se lo digo a todas!”, ella se siente decepcionada y furiosa con Andrés y le pregunta: “¿A todas?”, a lo que él responde: “¡Si, a todas les digo que tu belleza hace que se me enreden las palabras!”.

 Claudia se sonroja mucho más que antes y queda sin palabras, luego toma asiento y le dice: “Eres tan...lindo ¿Cómo puedes ser tan romántico conmigo?”, Andrés se ríe y le responde: “Yo no soy romántico, solo dejo que sea mi corazón el que hable contigo”, en ese preciso instante aparece Pedro y los interrumpe diciendo: “Disculpen que les interrumpa su plática pero...¿Qué desean ordenar para cenar esta noche?”, Andrés y Claudia responden al unísono: “Lo mismo de siempre”.

   Mientras pasaba la noche Andrés estaba atento a la hora de partida de Claudia, llegada las 10:00pm,  “aún te quedan dos horas disponibles con este humilde servidor” dijo Andrés, siguieron pasando las horas y se acercaba la hora de despedirse, el reloj marco las 11:45pm y Claudia le dice a Andrés las siguientes palabras: “¡ Bueno, mi fiel y hermoso caballero llego la hora de despedirme, me encantaría quedarme pero no puedo!”, Andrés ansioso le responde: “No se preocupe, éste fiel y humilde servidor respeta sus decisiones y las apoyo, me conformo con poder verla unas horas, así alimenta los sentimientos de mi corazón!”. Claudia se coloca de pie y se marcha del lugar, en ese preciso instante Andrés se marchar del lugar y comienza a seguirla guardando distancia, la estuvo siguiendo durante diez minutos aproximadamente, cuando de repente Claudia se detiene en frente de un callejón, ella observo hacía todos sus alrededores para asegurarse que nadie la estaba observando y luego de asegurarse que “nadie” la estaba observando siguió su rumbo por el callejón, cuando Claudia se adentro hacía el callejón Andrés continúa su persecución, pero tal vez no debía haberlo hecho. Andrés se detuvo en frente del callejón y quedo perplejo por lo que “vio” allí.




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