Cada cosa tiene su belleza, pero no todos pueden verla.
A Wolfram no le cabía duda que aquel joven en la posada era Charlie y se maldijo así mismo porque la había tratado de ladrona. Otra vez.
―Wolfram―lo llamó Uriel aparte para que solo su hermano lo escuchara.
―Personalmente me encargué de registrar cada una de las habitaciones de los criados, de los invitados y las nuestras; esas perlas no están por ningún lado―continuó.
―Uriel cuando tú bailaste con ella ¿Se las viste?
―Si te soy sincero hermano, no. No se las vi
―Entonces las pudo haber perdido antes
―O…―Uriel miró profundamente a su hermano mayor―puede estar mintiendo
―¿Cómo va a estar mintiendo Uriel? ¿Por qué todos piensan mal de ella? Está bien que no quieran que me case, pero no tienen por qué juzgarla
Su hermano menor no le respondió.
―Lo que debemos hacer es requisar a todos y acabar con este maldito baile de una buena vez―sentenció Wolfram y salió disparado.
Él personalmente se había encargado de requisarlos a todos los hombres del salón y su madre a las mujeres.
Nerissa llegó donde estaba Georgia y Charlie.
―Siguen ustedes―le informó a estas y Georgia echó chispas por los ojos.
―¡Es increíble que también nosotras! ―exclamó―honestamente tengo un montón de perlas, que me diga cuál le gusta y se la doy
―Entiende que esas son especiales Georgia―le dijo Charlie
O Charlie no lo había reconocido o simplemente era una estupenda actriz.
Pero él tenía que aceptar que si ella no le decía quién era, tampoco la habría reconocido. Es simplemente otra persona. Su piel estaba demasiado bronceada y había perdido la palidez que la caracterizaba, su cabello estaba corto y lo llevaba suelto; no podía concebir como es que pudo hacerse algo así, sus brazos estaban tonificados y sus manos llenas de cayos, al no llevar guantes pudo percatarse de eso. Sus ojos grises con matices plateados seguían siendo los mismos, pero con la mirada más opaca. Él se preguntaba dónde había quedado una de las mejores institutrices de Inglaterra, Charlie había trabajado incluso para la corona, tenía una educación intachable y era una devoradora de libros. Aunque la incógnita que tenía era por qué estaba vestida de hombre en aquella posada.
Horas antes Jonathan le había insistido en que lo acompañara a la fogata, ya que tenía trabajo muy importante que hacer allí. Este consistía en distraer a las concursantes en el bosque para que no se acercaran al sacrificio y lo arrastró consigo. Cuando Wolfram se dispuso a hacer su cometido, visualizó en aquel oscuro bosque a una chica que caminaba por allí, pensó varias veces en abordarla, pero John le había dicho que ellas esperaban que lo hicieran y lo hizo. Posterior a eso recibió una patada en los testículos, el golpe fue tan fuerte que no pudo articular palabra alguna.
Ahora se encontraba con su antigua amiga caminando por toda la plaza viendo la boda de la mujer y el sacrificio. Honestamente, no podía asimilar hasta qué punto las mujeres estaban tan desesperadas como para someterse a esa burla.
Era la primera vez que Wolfram se sentía tan tonto, no sabía cómo hablarle o qué decir. John y Victoria hablaban sin parar, en cambio él y Charlie compartían un incómodo silencio. Eso nunca había sucedido en el pasado.
―Discul…
―Oye…
Ambos hablaron a la vez y ella sonrió pero él no.
―Tú primero―dijo ella
―No por favor, usted primero
―Bueno… ¿Por qué tienes esa expresión tan seria?
―¿Disculpe?
Ella se echó a reír―Eres más serio que una pared
―¿Qué una pared?
―Sí ¿No las has visto? Son serias
Él no pudo argumentar nada ante eso.
―Entonces, eres de Londres ¿No? ―quiso saber ella
―No, soy de Hampshire
―¿En serio? Yo también