Tres horas en el viaje de regreso con sólo una pausa para comer ya con Eros despierto, hace transcurrir rápido el tiempo hasta su objetivo.
Cabo se mantiene en pie sin cambios bruscos, aún así los Abisales llegarán pronto ahí en busca del destinado ejecutante del barón muerte —Ire a dar aviso al capitán de navío— musita Braulio tras descender rápidamente hacia el sureste de la ciudad.
Se dirigen al oeste para descansar en la casa del mercader, ahí Mike le explica a Eros todo lo que habían dialogado con la acojonante criatura.
Dos horas después el afable comerciante ingresa en el establecimiento con un hombre de galones plateados una barba y pelo castaño —El capitán Obedian nos guiará en nuestro viaje por el Terráneo— inmediatamente de capitán a capitán se saludan con aprecio y todos se disponen a salir del lugar hacía el puerto.
Se tardaron un tercio de hora en llegar al puerto de Cabo Incasto un malecón repleto de Carabelas y Galeones de la cual descargan cardumenes de peces, alquitrán , hierro y cobre.
Nadie parece hablar sobre las cenizas rojizas ,y aparentemente según las fuentes procedentes de mercaderes de Puerto Plata, no hay grandes afecciones, sólo un par de meteoritos cayeron en su área y destruyeron algunas viviendas.
movilizándose hacía la barcaza donde una decena de hombres suben mercancía para exportar al país de Antares.
Una vez ascienden a esta embarcación la tripulación decide soltar las amarras que sujetan el buque a uno de los cinco muelles, en la cubierta Braulio indica al capitán del navío que cruzarán por la Fosa de Rahab para ahorrarse dos horas de viaje.
Pese a ser un barco mediano debido a que solo cargan frutas y cereales, las apacibles aguas de este mar permiten viajar en este caso unas millas más hasta Puerto Atarraya en dónde seguirán su destino.
El oficial les señala dos escaleras que descienden bajo cubierta, la izquierda a la taberna, y la derecha hacia los tres camarotes de cinco camas que se encuentran en un oscuro pasillo.
Además comparten espacio con el trigo, el producto de mayor cultivo en las afueras de Cabo debido a la fuerte demanda. La madera húmeda y moho dominan las paredes internas del buque.
Eros sigue en silencio y se enclaustra en el lugar, Braulio decide colaborar a los marinos en la popa y Aarón va a la taberna.
Aarón intentando escapar de sus pensamientos se toma tres jarras de cerveza y dialoga con algunos marineros sobre sus experiencias en alta mar.
Un inactivo Mike simplemente observa por la proa aquella bonanza del cuerpo de agua, piensa en cuál es el destino de sus compañeros y si continuar como aliado de sus antiguos enemigos.
Reducido número de palabras hay entre estos, lo más probable es que Goulan les haya comido la lengua...
Saltando de sus camarotes por fuertes golpes todos son alertados al amanecer evacuando a la cubierta, subiendo celeramente las escaleras y todo parece estar bien excepto por la susodicha fosa.
Hundirse en este temible lugar sería la perdición, todos los presentes murmullan acerca de su profundidad que oscila entre 2000 o 3000 pies, y sus leyendas. Obedian único en vigilia guía al barco sin escamarse, aún y así parece ser una travesía cruzarlo.
—Capitán, venga acá— comunica Obedian cuando ya recorrieron un cuarto de la fosa _¿Usted ha escuchado sobre los hijos de Rahab?— Su respuesta es negativa, ante esto el marinero da la orden de alistarse a los tripulantes que con arpones y ballestas toman lugar en la proa.
Braulio se acerca a esta sólo observando su puntiagudo espolón que surca el mar —Yo no veo nada— le expresa a los presentes. Al parecer Mike es el único que le impacta una fosa debajo del barco por la cual navega esa pequeña y endeble embarcación.
—¡Nos Atacan!— Grita uno de los marineros al ver como su compañero es llevado al mar por una criatura, a la cubierta de proa cinco criaturas ascienden para atacar a los catorce restantes.
Aarón se dirige hacía su todavía aturdido aprendiz —¡Eros! Ya de una vez regresa muchacho.— El príncipe parece estar confundido y absorto en sus pensamientos desde que Goulan usó las cenizas de fuego.
El capitán lo bofetea sin lograr nada, sin tener éxito este mismo desenfunda su espada y corre en socorro de Braulio que lucha solo contra un anfibio.
Una vez este a encuentra a su lado en batalla contra esta criatura de 9 pies le manifiesta a este —Si llegamos a Atarraya tendremos que buscar a alguien para el problema de Eros— el mercader simplemente continúa peleando con el ser.
Media mañana y la batalla prosigue sin detenerse, tres de esas criaturas siguen en pie y sólo la mitad de los marineros.
Un color índigo, nueve pies, piel escamosa y ojos anfibios figuran en la fisionomía de los seres. Uno de estos intenta agujerear la nave pero Mike vacía su cargador como a el más le gusta, un marinero asalta a este y forcejea con la criatura
Otra criatura va en su ayuda y toma al marinero por la espalda y lo arroja al mar, Aarón toma lugar en la batalla y penetra a este con su espada en el vientre, al caer habla en un idioma entendible —¡Vamos hunde el barco, para nuestra madre!— Antes de volverse a otro ser este había completado su misión.
Obedian se dirige hacía la escala donde se halla una lancha, Aarón le da un golpe mortal a su víctima y con celeridad va en busca del siguiente, sin presentirlo su último compañero lo apresa...
—¿Una batalla equitativa no?— le grita el capitán a su contendiente —La vida no es justo— Una voz procedente de atrás de la criatura apresante, la cual se desploma trás un desagradable sonido metálico atravesando carne —¿Como lo sabes?, si no lo estás.—
Aarón se vuelve a este para ver con sorpresa a su aprendiz —Yo lucharé con este Señor— enuncia Eros anterior a lanzarse a su presa.
Braulio le pide a los dos marineros restantes que vayan en busca de suministros y lo asciendan a las lanchas, posteriormente este toma a un herido y lo carga hacía la lancha.
Editado: 20.03.2020