La Leyenda de Isthar #3. La Batalla por la Tierra

PARTE XXII: EL RETORNO DE LOS EXILIADOS (CAPÍTULO III)

Marcus

Nos presentamos, mi esposa Tana, que bien me suena eso de mi esposa Tana, y yo ante la Gran Canciller, algo gordísimo se cuece porque en la estación espacial hay una actividad frenética, aparte de estar en situación de máxima alerta.

Isthar: “Necesito que todo el mundo esté listo. Dentro de unos milímetros de rotación iremos hacia el planeta Tierra. Y allí recibiremos a la Emperatriz Helanka…”, veo como se le escapa un suspiro.

Capitana: “Es su esposa.”, me dice Tana antes de que diga alguna de las mías.

Isthar: “Teniente Marcus su misión será escoltar a la nave Imperial que trae a la Emperatriz, necesito que esté al cien por cien. No quiero que haya fallos… ya estuve una vez a punto de perderla y no quiero una segunda…”, dijo esto último con un tono triste.

Capitana: “Se hará según sus deseos Gran Canciller.”, mi mujer tan formal.

Nos dirigimos hacia nuestras habitaciones en completo silencio, sospecho que Tana me querrá decir algo sobre lo último que ha dicho Isthar, realmente me gusta ese nombre más que Ana, cuando veo a mi pequeño Matías vestido como su madre.

Marcus: “¡Qué guapo!

Capitana: “Va a estar conmigo escoltando a la Emperatriz y a la Gran Canciller.

Marcus: “Vaya responsabilidad Matías. Debes hacerlo muy bien para que mamá esté orgullosa de ti.”, veo que pone su pose más aguerrida provocando que tanto Tana como yo nos riamos abiertamente.

Me dirigí hacia nuestros hangares, ya había alertado a mis pilotos, he adoptado la costumbre de Robert de hablar con ellos, en plan informal, antes de salir a luchar o, como ahora, a escoltar.

Marcus: “Bueno chicos, vengo de hablar con nuestra mandamás…

Capitana: “¡TENIENTE MARCUS!”, lo que me faltaba.

Marcus: “Si no he dicho nada malo cariño…

Capitana: “Es NUESTRA GRAN CANCILLER y debes tratarla con respeto y actuando según las normas… que para eso están.”, prudentemente esperé a que se fuera y un piloto, quantum para más INRI, vigiló para que no me pillara de nuevo.

Marcus: “Bueno por dónde iba, he estado recibiendo órdenes de nuestra mandamás y tenemos la misión de acompañar a la mandamás de todo este tinglado que tenéis montado los Quantums… por lo tanto quiero que vuestros láseres estén impolutos, las ametralladoras engrasadas y las naves relucientes… ¡Ah! Se me olvidaba tenemos que acompañarla hasta el planeta Tierra y entraremos con ellos… mi queridísima esposa nos vigilará desde un transporte Imperial así que tonterías las justas…

P. Quantum: “Nos debes ya un par de cervezas, prometiste una en cuanto te casases con la Capitana y otra por los intereses…

La suerte que tengo que la gente que está conmigo ha comprendido mi manera de ser tan estrambótica que tengo, prefiero mil veces verlos reír, aunque con algunos no sé si están riendo o se están relamiendo con mi cuerpo serrano, porque lo serio está allá afuera. Tanto Robert como yo hemos logrado algo que ni siquiera el estirado de Claudio es capaz de comprender, ser los líderes de escuadrones formados, en su gran mayoría, por tropas alienígenas bueno también está Laute, aunque a otro nivel más impactante ya que se ha emparentado con la familia dirigente de un mundo extraño, para nosotros. Tras un poco de cachondeo vamos saliendo y dirigiéndonos al punto de encuentro con la nave imperial, cuando mi querida esposa habla por nuestros intercomunicadores.

Capitana: “¡ATENCIÓN FUERZA ÁGUILA! Van a tener el honor de escoltar a su Alteza Imperial la Emperatriz Helanka hasta el planeta Tierra. Su cometido dista mucho de ser sencillo, aunque ahora mismo contamos con el apoyo del Imperio Tezca es preferible que si alguno de esos indeseables piratas hace su aparición su misión será la de salvaguardar la vida de nuestra amada Emperatriz… la Gran Canciller vio como el hermano de la Emperatriz intentó matarla y culpar a los humanos, ahora os quiero en máxima intensidad.

Marcus: “Bueno chicos, ya habéis oído a Tana. NO QUIERO A NADIE DUERMIENDO LA SIESTA, activar los sistemas de comunicación con los replicantes, y las armas listas. En cuanto la nave imperial aparezca usaremos la formación Águila para escoltarla hasta la Tierra.




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