La Leyenda De Los Busgos: Valor y Dolor

Capítulo 5: Sucesos En La Noche.

Isabel se encontraba tumbada en la cama arropada parcialmente ya que, a apenas unos pocos centímetros, se encontraba Orfelina que, lejos de no incomodar el sueño de princesa, roncaba y se movía llevándose consigo gran parte de la sábana, además, no dejaban de oírse ruidos en el pasillo de alguna persona caminando de un lado a otro haciendo crujir la madera. Esos ruidos, sumados a la preocupación de Isabel por su padre hacían que la chica no consiguiera pegar ojo. Cientos de pensamientos pasaban por su cabeza y ninguno de ellos era precisamente bueno, entre ellos sobresalía el de pensar que ocurriría si los soldados de Ernesto lograban entrar al castillo, ¿cuánto tiempo podría ella ocultarse? ¿Cuánto tiempo sobreviviría? Todos esos pensamientos empezaban a agobiarla de tal manera que las lágrimas empezaron a salir mientras ella intentaba no hacer ningún sonido para no despertar a su ruidosa compañera. De repente alguien picó a la puerta, lo que despertó a Orfelina. 

  • ¡¡AY, YO NO ESTABA ROBANDO COMIDA!!- Gritó Orfelina pensando que se trataría de la cocinera.

Isabel se tapaba la cara para que la doncella no pudiese ver sus lágrimas mientras Orfelina se lamentaba diciendo “Ay, vaya, ya no voy a poder dormir, ya me han despertado y no voy a poder dormir, luego me dolerá la cabeza…”

Isabel, una vez logró secarse las lágrimas y al ver que su compañera no tenía intención de dejar de quejarse y levantarse, se puso en pie y se dirigió hacia la puerta y la abrió, pero no logró ver a nadie tras ella. 

  • ¿Hola? - Dijo la princesa mientras miraba de un lugar a otro del pasillo y allí la vio; una mujer vestida con un camisón blanco y un pelo negro como el carbón tapándole la cara situada al fondo del pasillo. 

 

Mientras tanto Orfelina, aún en la cama, comenzaba a gritarle a la persona que había picado sin siquiera verla. 

 

  • ¿Quién te dice que he sido yo y no Isabel?- Decía Orfelina echándole la culpa a la princesa convencida de que la persona que había picado era la cocinera cabreada.
  • Ahora vuelvo - Dijo Isabel mientras se dirigía a aquella mujer sin quitarle la vista de encima. - ¿Habéis picado vos?- Preguntaba la princesa sin obtener respuesta alguna. 

 

La mujer no parecía moverse y la poca luz del pasillo no hacía sino aumentar la curiosidad de Isabel por verle la cara. Cuando ya se encontraba a apenas tres metros de distancia oyó como la puerta de la posada se abría y, entre gritos, Pelayo acompañado de Guillermo alertaba a la inocente chica. 

  • ¡¡ALÉJATE DE ELLA!!

Isabel giró la cabeza en dirección contraria a la mujer centrando su atención en el supuesto mago. 

  • ¿Qué pasa?- Tras esa pregunta Isabel volvió a girar la cabeza sólo para asegurarse de que la mujer no se había movido pero sí lo había hecho, ahora los tres metros que las separaban se habían convertido en 10 centímetros, encontrado su cara justo en frente de la suya, viendo su pálido rostro más blanco que la leche y sus ojos negros sin ni un gramo de color blanco en ellos. 

 

En un rápido movimiento ese extraño ser agarró con sus dos manos el cuello de la princesa mientras apretaba y gritaba con una voz desgarradora. Isabel agarró los brazos de la mujer en un intento por separarla pero no sirvió de nada. La princesa abría la boca en un intento desesperado  por introducir aire en sus pulmones pero era inútil. 

Guillermo estaba parado con rostro serio a la par que tenso al otro lado del pasillo detrás de Pelayo. El mago, con rostro serio, sacó polvo amarillo de un pequeño saco que tenía en el bolsillo, lo colocó en sus manos las que cerró con fuerza y a continuación estiró en dirección a la mujer abriéndolas completamente sin separar la parte trasera de las manos entre ellas. Una fuerte luz salió de sus manos con tanta potencia que iluminó todo el pasillo haciendo que La Negra soltase a Isabel mientras se tapaba los ojos. Guillermo miró a la princesa y, desesperadamente gritó “CORRE”, Isabel corrió hacia ellos tan rápido como podía y los tres se encerraron en la habitación donde Orfelina se encontraba. 

 

  • ¿Qué ha sido eso? Decía una extrañada Orfelina que sólo había visto una luz cegadora entrar en su habitación. 
  • Polvo de luz, se encuentra fácilmente en El Bosque De La Vida, cuando recibe mucha presión produce una reacción química que da cantidad de luz durante unos segundos. Un truquito fácil de realizar.- Pelayo explicaba sus actos ante la atónita mirada de Guillermo e Isabel que sólo querían saber qué hacer ahora. 
  • A ver, muchacho, ¿Decidme quién demonios era esa mujer?- Preguntaba cabreada la princesa poniéndose a pocos centímetros del mago.
  • Veréis, ella era Cecilia, una mujer que hace unos meses estaba embarazada. -Contaba Pelayo mientras se sentaba en la cama- yo coincidí aquí con ella ya que me hospedaba para descansar en mi largo trayecto. Ella estaba sola, nadie la acompañaba. Aquella noche  comenzó a dar a luz en su habitación, se oían desgarradores sonidos y fui a ver qué pasaba, ella había perdido mucha sangre y el bebé estaba muerto.
  • Ay, ¡¡IGUAL!!- Decía Orfelina horrorizada.
  •  Decidí usar parte de mis conocimientos para que ella no corriese la misma suerte que su hijo.- Continuó explicando el mago-. Endurecí su piel y su alma con procedimientos que están muy mal vistos en el mundo de la hechicería y la cosa se salió de control, ya no es ella, ahora sólo las funciones básicas de su cerebro están funcionando. Desde entonces me refugio en esa casa con la intención de enmendar mi error.- El trío escuchaba impresionado a Pelayo que, mientras hablaba abría una pequeña libreta con escritos en su interior -Su piel blanca muestra que se ha endurecido y además parece poder ver mejor que nosotros en la oscuridad, como un gato, pero la luz quema su delicada piel.
  • Yo no me estoy enterando. Guillermo, ¿tú sabes que pasa? - Decía Orfelina confundida como de costumbre. 



#17145 en Fantasía
#23584 en Otros
#3121 en Aventura

En el texto hay: fantasia, humor, aventura

Editado: 06.04.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.