El agua salada se expandía hasta el infinito por la superficie cuando todos los estudiantes con uniformes de diferentes escuelas estaban haciendo fila en la entrada del edificio. No fue hasta que el fuerte sonido de una bocina de barco sonó que las puertas se abrieron, a la par que estas se movían lentamente podía notarse como una rampa metálica se desplegaba acompañada de unos tensores para evitar que alguien cayera al agua salada. Una vez que el puente se conectó al barco de transporte público los estudiantes comenzaron a caminar a su interior.
Con mis ojos en la rampa caminé rodeada de todos los demás para subirme, solo que a mitad de camino en el puente me encontré con alguien. Se trataba de mi compañero y mejor amigo quien estaba charlando junto a su otro amigo. Sin perder tiempo la velocidad de mis pies aumentó hasta que estuve detrás de él sin que se percatara, tomé impulso y salté para abrazarlo del cuello y colgarme de él. –Hola Gregory.
Este último reaccionó con sorpresa y con su mano agarró mi brazo que estaba alrededor de su cuello como si quisiera evitar que me fuera a caer al suelo, o peor, al agua salada debajo del puente. –Hola Luchi –respondió a mi saludo.
–¿Qué tal Alan? –También saludé al amigo de mi amigo. Ambos somos muy buenos amigos de Gregory, aunque entre nosotros no hay mucha relación, con suerte nos caemos bien y eso es suficiente.
El problema fue que al girar mi cabeza para verlo todo el sol me dio en la cara lo que me cegó por un momento, el paisaje era similar a una pintura. El sol estaba saliendo por el horizonte, en vez de calles, carreteras o alguna zona de tierra firme todo estaba cubierto por agua, un océano que se expandía sin fronteras producto de una catástrofe antigua; aunque de entre aquella lona azul brotaban grandes edificios metálicos.
–Buenos días Lucia, estoy bien ¿y tú?
–Demasiado ansiosa por supuesto –contesté sin poder evitar contener mi emoción–. No puedo entender como tú no estás igual.
Los tres ingresamos al barco de transporte público y buscamos unos lugares para sentarnos, detrás de nosotros la puerta se cerró y el puente metálico volvió a guardarse en la entrada del edificio. A la par que nos sentábamos la bocina del barco sonó una vez más indicando su partida.
–Claro que estoy emocionado, pero tampoco voy a actuar como ustedes dos. Greg no prestó atención a clases y tampoco hizo la tarea en todo el día. –Alan sonaba como un policía enumerando los crimines de un malhechor, aunque estaba justificado. Era peligroso para la vida de cualquier estudiante si su promedio descendía por debajo de 7.
En su defensa mi mejor amigo se rascó un lugar atrás de la cabeza. –Es que hoy sale la gran actualización de Leyenda Mitológica, simplemente no puedo pensar en otra cosa.
–Yo he leído muchas posibles filtraciones del contenido que van a agregar al videojuego, no puedo esperar a ver que tanto será real o no –dije dejando salir todavía más mi emoción.
De repente mi compañero y mejor amigo de mi amigo se quedó sorprendido, como si recordara algo de golpe. –Hablando de eso, me olvidé de dejar descargando la actualización.
–Con tu computadora potente y buen servicio de WIFI no creo que tarde mucho igual –al decir esas palabras Gregory sonaba un poco celoso de su amigo, pero no eran del tipo de celos tóxicos sino de los buenos, de que estar feliz de que tú amigo tenga cosas buenas, aunque te gustaría tenerlas a ti también.
–Es verdad –acoté–. Si tu equipo anda lento solo vas a ser peso muertos en las misiones del clan.
–Tú también podrías tener una PC igual que la mía. –Alan frunció el ceño–. ¿Qué tal van tus ahorros? –le preguntó al chico sentado a su lado.
Fue en ese momento que mi amigo separó su vista de nosotros para mirar avergonzado por la ventana los edificios que salían de las profundidades del océano que lo inundó todo. –Pues…están en cero de momento.
–¡Pero si la última vez estaban en cuatro dígitos! y todavía te faltaba la mitad. –Algo irritado y decepcionado mi compañero se rascó los ojos–. ¿Otra vez te gastaste todo en el juego?
–Fue inevitable Alan, era algo de suma importancia. Tienes que entenderlo. –Intentaba justificarse Gregory tirando del uniforme de su amigo–. Si no hubiera sido por eso, nuestro clan todavía seguiría recuperándose de la invasión del otro día.
Nuestra sociedad a veces era demasiado dura, comparado con los registros históricos estamos muchísimo más avanzados tecnológica y científicamente a las sociedades del pasado. Pero esas mismas sociedades del pasado poseían algo que nosotros no, tierra firme, césped verde, montañas y arboles naturales; el precio de nuestro desarrollo fue perder todo eso. Todo el mundo se tiño de azul y los rascacielos donde se aglomeraban las personas se levantaron de las profundidades de las antiguas ciudades hundidas.
No había espacio para todos como antes, si uno quiere sobrevivir tiene que ser útil para la sociedad. Pero el estrés y daño psicológico que podía causar eso era peor que morir ahogado, por ese motivo se desarrollaron los videojuegos de realidad virtual entre otras cosas. Cuatro horas al día podíamos escapar del agobiante mundo de agua salada y relajarnos.
De entre todos esos juegos Leyenda Mitológica era el más popular, un MMORPG de fantasía que mezclaba todas las culturas y mitologías del pasado en un solo mundo virtual. Es un juego excelente, y lo jugaba con mi mejor amigo y su amigo, también conocí a muchas otras buenas personas dentro, aunque nunca vi sus rostros. Y la noticia más grande de todas fue que hoy saldría una nueva gran actualización secreta que la empresa desarrolladora se estuvo guardando por muchos meses.
Antes de poder seguir con la conversación la bocina del barco de transporte público sonó una vez más y el proceso se repitió, las puertas del edificio residencial se abrieron mientras un puente metálico se conectaba al barco. Algunos estudiantes comenzaron a bajar, incluyéndome. –Avísenme cuando entren al juego –les dije a los dos antes de despedirme y bajarme del barco, ellos viven en un edificio residencial diferente al mío.
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Editado: 07.09.2023