La llave

Capítulo 5

Había sido una pesadilla aterradora, pero no la pesadilla de siempre.

Esta vez podía recordar casi todo, con mucho más detalle; en su memoria habían quedado varias imágenes de su reflejo y esa expresión en su rostro, llena de terror. Al igual que los años anteriores había despertado a esa hora exacta; su número favorito era el tres, por eso le parecía tan extraño el despertar precisamente con una suma.

Durante todo el día anduvo como desconectada del mundo y la gente, desconfiada y temerosa, como si no hubiera despertado. Y así al día siguiente, y el día siguiente, y el siguiente; diario teniendo esa pesadilla.

—¿En qué piensas? —preguntó Alexa con un trozo de pan en su boca—. Te veo desconcentrada desde el lunes, ¿no deberías estar feliz por ser un año mayor?

—¿Debería? —Alexandra miró su emparedado sintiéndose extraña.

—Pues yo lo estoy. —Sonrió Alexa volviendo a su comida—. En poco tiempo será mi fiesta de quince años. Vendrás, ¿cierto?

Asintió con una suave sonrisa, preguntándose porque su amiga se emocionaba tanto por ser mayor. Alexa la miró confundida; normalmente Alexandra era callada pero sonreía más.

—¿Pasa algo malo?

Alexandra no sabía qué responder.

Desde el domingo intentaba recordar sus viejas pesadillas, sabiendo que era de importancia, y al mismo tiempo, sintiendo un gran temor. Tampoco podía dejar de pensar en la nueva pesadilla, lo que había visto y sentido. No podía dejar de pensar en que no había despertado, en que seguía dentro de aquella habitación blanca y jamás despertaría.

¿Qué pasaría si no despertaba nunca?

Alexa la miró fijamente sin obtener respuesta inmediata; le preocupaba un poco que algo la estuviera afectando tanto.

—Yo…

—¡Ya llegué!, y traje golosinas. —Una chica de cabello largo y negro, con un cuerpo regordete; se acercó a ellas mostrando un paquete de dulces.

—Hazle espacio a Andrea. —Alexandra lo hizo luego de un extraño empujón de su amiga. Andrea ocupó el espacio en medio de ellas.

—Ummm…

—Oh, —exclamó Alexa— Andrea va a estar en el receso junto a nosotras desde ahora. —Andrea la saludó con un movimiento de cabeza—. ¿No te molesta, cierto?

—No, no… —sonrió Alexandra con desgano.

—¡Genial!

A partir de ahí se hizo invisible.



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En el texto hay: vampiros, magia, fantasia y aventura

Editado: 27.06.2018

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