Era obvio que lo decía por las brujas, en los comentarios de la página todos decían que ellas querían quedarse con todos los cuerpos de la tierra, así poder dominarla.
Había leído que esto ya había pasado, que hace muchos años se realizo una caza de brujas en todo el mundo y que muchas de ellas habían escapado a otros paises, que era imposible reconocerlas, ya que no eran como en los cuentos, parecian personas normales, pero que aún así, ellas perdieron. Siempre pense que era mentira, nunca había escuchado sobre esto en otros países, pero ahora tenía muchas pruebas para pensar lo contrario.
Ya eran las tres pasadas y me había olvidado de terminar de comer mis famosos fideos. Fui a la cocina arriesgandome a despertar a Má. Camine despacio, de puntas de pie hacia el microondas.
Cuando levante el pie sentí que la media estaba mojada, seguro se me habia volcado un poco de jugo cuando llevaba el plato a la pieza.
No deje que hiciera el tercer pitido, era arriesgarme mucho, fui dándome vuelta lentamente, tratando de no quemarme con el plato y cuando comienzo a pisar la madera del comedor, veo manchas en el piso, de la medida de mi pie, tenían un color oscuro.
Cuando me acerque pude ver aquello que habia sentido al principio, haciendo que me quede perplejo, asqueado seguí el rastro, y pude ver como un gran charco de sangre salía del baño.
La luz se prendió de repente, y la puerta se abrió un poco y pude ver una sombra en el piso.
–Má?– dije un poco bajito, tal vez estaba sonámbula.
No respondió.
–Paso algo?– era obvio que algo habia pasado, no saldria sangre del baño porque sí.
Y empuje la puerta con el pie teniendo miedo de lo que me podía encontrar allí dentro, esta se abrió completamente y la vi.
La nada misma.
No había nadie.
Pero que lo si habia era una gran catarata de sangre saliendo del lavamanos.
Que estaba pasando?
Saque todas las toallas que estaban a mi alcance, y las tire sobre todo el piso, algunas blancas, se impregnaron de ese color rojizo al instante.
Como le explicaria a Má, que a las tres de la mañana, se me ocurrió comer, y que, como pasa en muchas casas, una catarata de sangre salía del baño?
Intente cerrar las canillas, ya un poco paranoico, no era normal que la puerta se halla abierto sola, y menos esto. Parecía una película de terror, era demasiado extraño, y turbio a la vez
El espejo grande que se encontraba frente al lavamano me permitió ver como la puerta detras mío se cerraba. Eso no era lo que me asustaba. Lo que si lo hacia era no ver a nadie del otro lado de la puerta.
Me di vuelta, rapido, asustado, con la esperanza de que Má estuviera del otro lado, o que el ventanal del comedor estuviera abierto y la brisa era la causante de esto, pero esta se cerro de golpe, sin que yo pudiera evitar quedarme encerrado.
El pánico y el miedo me empezaban a recorrer las venas, me quede quieto frente al espejo, tal vez pensando que con el fuerte golpe ella se levantara y me salvara de esta, pero lo único que visualice fue que alguien estaba atrás mío, alguien, o mejor dicho una mujer, la cual no era la que yo quería, esta estaba vestida de blanco, su pelo despeinado no me permitía ver su rostro, pero podía asegurar que era alguien mayor que yo.
Cuando me di vuelta, lentamente, y como en cualquier película de terror no estaba.
Y ahora tenía miedo de volver a ver hacia el espejo, porque una parte de mi sabia que seguramente estaría detrás mío, mirándome con una sonrisa en su cara y con sus uñas filosas apoyadas en mi hombro.
Pero aún así me di vuelta y lo único que podía ver era un fondo negro, con dos pequeñas luces al final, parecian velas.
Velas que luego se convirtieron en las mismísimas llamas del infierno.
No entendía que estaba pasando.Y ahora que se suponía que tenia que hacer?
Escuche la voz masculina de alguien, una voz gruesa, estaba seguro que no lo conocía, pero este aún así me llamaba y me decía que no haga lo que pensaria en un futuro, lo que mi mente me pedía que haga, su tono de voz sonaba preocupado Esto ya se estaba descontrolando...acaso era el mismo diablo? o tan solo era mi mente obsesionada con este tema?
–Bruno son las tres de la mañana, y por mas que mañana no tengas clases, no quiere decir que te vas a levantar tarde.– La escuche somnolienta. Sentí un gran alivio al escuchar la majestuosa voz de alguien que si conocía.
Sentí como abría la puerta, y en ese momento todo desaparecio.
–Me querés explicar porque tiraste todas las toallas al suelo?–dijo con una expresión de enojo que hasta el mismo diablo le temeria.
–Nada Má, me patine y me agarre de lo primero que pude– le dije con la cara pálida, sentía que tenía la presión treinta metros bajo tierra.
No podia contarle lo que había visto no me creería, y tal vez piense que este loco, y la realidad era que ni yo creía lo que había visto.
Sali del baño, y fui directo a la pieza, había dejado el plato con comida en la cocina, de igual modo ya no tenía hambre tampoco.
Cuando entre, todo estaba oscuro, las cortinas estaban cerradas, lo que no permitía que entrara mucha luz, decidí abrirlas y vi sobre el escritorio las hojas en las que hace un rato estaba escribiendo todo sobre la declaración.
Las agarre y las guarde en el cajón, tenia miedo y no sabía por qué, seguro que me estaba haciendo la cabeza por tanto leer sobre esto y no quería terminar loco como ellos.
Me acosté en la cama, sin taparme, hasta que un escalofrío me inundó, y sentí una pequeña brisa moviendo mi pelo, sudado por los nervios, mientras que un ruido provocó que el pie que tenía colgando, subiera inmediatamente a la cama. Pude sentir que el ruido provenía de abajo de mi cama, era claro que esto ya era algo de mi imaginación, sabía que la mano con largas uñas que salían de abajo y se apoyaban al costado de mis pies eran solo parte de mi imaginación, al igual que el ruido de sus garras rasguñando el piso de madera.
Trate de distraerme, pero lo único que sé me pasaba por la cabeza era la misma persona que había visto en el baño vestida de blanco.
Solo que esta vez, salía de abajo de mi cama.