La actitud de Enzo y Sara se había vuelto más cercana.
Ayer cuando salí del baño junto a Sara, esta no se despegó de mi en toda la tarde. Ella no hablaba mucho pero me alegraba sentir su apoyo.
Creo que hasta Gloria de dio cuenta que algo estaba mal, por lo que me medio obligo a ayudarla a soplar las velas porque ella estaba demasiado mayor para soplar todas las que había puesto Hugo en la tarta, en el proceso de todo esto no pararon de hacerme reír.
Suspiré mientras cogía el móvil y lo apagaba ya que el avión estaba a punto de aterrizar.
La verdad es que tenia cierto respeto hacia los aviones, pero en último momento mi madre me llamo muy emocionada de que no tenía que estar cuatro horas conduciendo que me había comprado un billete que estaba en oferta y que la había salido súper barato.
De un momento a otro una pregunta me abordó.
¿Enzo se lo habrá dicho a Hugo? Qué tontería si Hugo nos vio en su piso, aunque eso en realidad tampoco quería decir nada.Además no me dijo nada en el cumpleaños de Gloria ni siquiera una indirecta. Raro.
Menos mal que vengo también a ver a Laura.
Pero no la puedo contar mis problemas amorosos, la he venido a ayudar con Borja. La conversación sobre Enzo tendrá que posponerse hasta que sepa exactamente qué ha pasado con Borja.
Y hasta que lo solucionemos. Apoyé mi cabeza en el respaldo cerrando los ojos, ojalá Lisa estuviese aquí, me ayudaría a solucionar todo. El problema con Borja, el problema con Enzo.
Y bueno si estuviese aquí no tendría que haber nadie para ayudarme con el tema de que la echo tanto de menos que duele demasiado. Es como si parte de mi corazón estuviese en llamas y cada vez que pensaba “si Lisa estuviese aquí…” las llamas se expandían un poco más. Esperaba que antes de que las llamas lo consumiesen consiguiese agua.
O un extintor.
Una vez fuera del avión y habiendo cogido mi maleta Laura me esperaba junto al resto del mundo en la zona de llegadas.
Con mis padres pasaría solo el fin de semana. Les expliqué que Laura y Borja no lo estaban pasando muy bien.
Ellos lo entendieron y me aseguraron que tendría que venir de nuevo otros días con más calma y sin problemas de por medio.
Salí corriendo y cuando estaba al lado de Laura solté la maleta para abrazara fuerte. Ella me devolvió el abrazo.
-¿Borja?-
-Nos espera en casa.-Dijo rompiendo el abrazo.-Venga vamos.-Dijo dándome un pequeño empujón amistoso. Yo me di la vuelta cogí la maleta y nos dirigimos hacia la salida del aeropuerto.
Nos subimos al coche y no hablamos, ella conducía mientras yo miraba por la ventana. Empezó a sonar una canción yo no la conocía pero ella se la sabia de memoria. Y empezó a gritar a todo pulmón la letra.
-¿Y esto?-Dije.-Pero si no sabe cantar.-
-Cállate, que tú no lo entiendes. Es uno de los mejores cantantes de la historia.-
-Si tú lo dices.-Dije riéndome. Ella simplemente rodo los ojos y me ignoró mientras apoyaba la cabeza en su mano y bajaba la ventanilla haciendo que el viento moviese su pelo.
Solo llevaba unos meses fuera de casa y ya se me hacia raro no haber tenido estas escenas durante ese periodo de tiempo.
-¿Alguna novedad con lo de Enzo?-Preguntó después de un rato la mire de reojo, preguntándome si seria de mala amiga empezar a hablarla de todo eso.
-No.-Respondí simplemente. Ella no insistió aunque estaba claro que había algo más.
Pero teníamos cosas más importantes por las que preocuparnos, como el hecho por el que a Borja le han metido una paliza. A saber en qué lío se habrá metido.
No puedo evitar sentirme mal al saber cómo se han quedado las cosas con todos. Por dejarlos con todo el problema sin resolver, aunque en realidad yo no tuviese nada que ver con sus problemas.
Menos con el de Enzo aunque él no haya manifestado en ningún momento que haya un problema, Hugo tampoco volvió a comentar nada al respecto. Y no sé que es más preocupante.
Que Hugo se esté guardando su opinión por cualquier motivo no me daba buena espina.
Laura aparcó el coche frente al edificio viejo donde se encontraba su apartamento. Nos bajamos del coche y nos dirigimos a la entrada.
Como era un edificio viejo no había ascensor así que subimos los cinco pisos andando.
-Has perdido práctica.-Dijo cuando habíamos llegado tan solo al tercer piso y estaba agotada.
-Cállate.-Dije parando un momento.
-Por agua serás muy rápida pero por tierra…-Negó con la cabeza mientras seguíamos subiendo.-Desde que te fuiste no has tenido que subir cinco pisos a pie ¿no?-Dijo con un poco de tono recriminatorio en su tono.
No respondí ya que ya habíamos llegado a su casa, abrió la puerta y entramos.
Borja estaba sentado en el sofá viendo la televisión dando golpecitos al mando.
-Hola enano.-Dijo Laura.
-Se le han acabado las pilas al mando.-Dijo sin levantar la mirada. Laura rodo los ojos.
-Te he traído una sorpresa.-
-¿Unas pilas?-Preguntó mientras levantaba la cabeza. Cuando me vio se levantó y me dio un abrazo, yo escondí la cara en su pecho. Borja a pesar de tener tan solo quince años, ya había pasado tanto mi altura como la de Laura.
Les había extrañado mucho.
Borja tiró de su hermana para que se uniese al abrazo y acabamos los tres abrazados por unos minutos, se sentía bien estar aquí.
Rompí el abrazo mirando hacia su cara comprobando que tenía golpes, cogí su barbilla y moví su cabeza hacia los lados analizándolos.
Suspiré.
-Tengo que hacer unos recados.-Dijo Laura mientras cogía su bolso.-Te quedas con Noa.-Ya me lo había comentado Laura por teléfono, y quedaríamos en que por la noche estaría en casa y pasaríamos el resto de la semana juntas.
-¿Solo la has traído para que sea mi niñera?-Dijo algo enfadado Borja.
-No quiero que te metas en líos.-Se encogió de hombros.-Mama vendrá en un rato.-Su madre no me caía muy bien, bueno ni siquiera le caía bien a Laura que era su hija. Borja se seguía intentando aferrar a ella como podía pero ya estaba Laura ahí para darle un toque de realidad, y ya estaba yo ahí también para suavizar las palabras que soltaba Laura.