la luciérnaga a la que nunca se la apagó la luz

Capítulo 23

Me incorporé de golpe en la cama, con el corazón latiendo a mil.

Tenía una mala sensación, una solitaria lágrima rodó por mi mejilla.

Bufé sin saber qué hacer. Miré a mi alrededor en realidad no estaba en una cama sino en el sofá del piso de Enzo.

Sara estaba tumbada en el lado contrario del mismo sofá en el que estaba yo y Enzo y Hugo estaban en unos colchones en el suelo.

-¿Está todo bien?-Dijo Sara desde el otro lado del sofá. Yo negué con la cabeza, ella se levanto tratando de no pisar a los chicos y empezó a dirigirse a la cocina haciéndome un gesto para que fuese con ella.

Una vez allí, cogió un vaso y lo relleno de agua dándomelo, supongo que para que me tranquilizase ya que mi respiración era irregular a causa de las lágrimas que corrían por mis mejillas.

-¿Has tenido una pesadilla?-

-No lo recuerdo. La verdad.-Suspiré sin apartar la mirada de mi vaso de agua.-Simplemente es que tengo un mal presentimiento.-

-Eso es una mierda.-Dijo después de unos minutos charlando sobre lo mal que me sentía.-Pero no creo que mirar fijamente al vaso sea la solución, venga vamos a intentar volver a dormir. Ya verás cómo mañana es un buen día.-

Por la mañana me levanté y vi que Hugo y Sara estaban dormidos, Así que sin hacer ruido me dirigí hacia la cocina, ya que tenía hambre.

Al llegar me encontré a Enzo desayunando.

Yo, después de darle los buenos días,  me hice un café.

-Ya veo que estamos en el punto en el que hay tanta confianza que coges las cosas como si fuese tu casa.-Me quede paralizada y le miré supongo que con algo de susto por lo que rápidamente contestó.-Lo decía en broma.-Y me hizo un gesto como diciendo que siguiese tomando mi café. Y eso hice, tomé un pequeño sorbo. Todo esto lo hizo con una sonrisa mientras tomaba su propio café. Por un momento me quede muy sorprendida debido a que pocas veces escuchaba a Enzo decir algo en broma tan relajado.

Además notaba como el estomago se me retorcía ya que esa mala sensación no se me había ido.

-¿Estás bien?-

-Sí, tranquilo.-Dije. Ninguno volvió a hablar hasta que terminamos nuestro desayuno.

-Tenemos  que ir a trabajar a la cafetería. ¿Vienes no?-

-Claro.-Después de un rato ya estábamos entrando en la cafetería.

Vamos a la barra donde esta Gloria. Yo me siento y Enzo pasa al otro lado para buscar el pequeño delantal anudado a la cintura que llevan, Sara fue al baño. Y Hugo se fue a la salita.

-Noa Díaz ¿Por qué soy la ultima en enterarme de que ha habido algo entre Enzo y tú?-Dijo y yo no sé muy bien porque me sonroje.

-No lo sé, no había salido el tema.-

-Me lo tendrías que haber contado.-Dijo sonriendo.-No me ha hecho gracia que me lo dijese Hugo en vez de uno de vosotros.-

-Lo siento.-

-La verdad me encantan los cotilleos, soy mayor pero para esto soy como una adolescente todavía.-Yo reí ante lo que Gloria decía..

En ese momento un hombre entro por la puerta de traje.

-¿Puedes ir a buscar unos papeles? están en una carpeta azul en el cajón del escritorio de mi despacho.-

-Claro.-Y cuando llegué al despacho empecé a buscar los papeles con la mirada, había varios cajones en el escritorio, abrí uno y no estaba, en el siguiente tampoco, ni en el siguiente.

 Pero encontré algo que me dejo paralizada. Una foto en la que estaban Bruno y Lisa.

Bruno el asesino de mi hermana. La  foto estaba enmarcada, y había otro marco en el que se encontraba una foto de Hugo, Sara, Enzo y Bruno juntos, se me cortó la respiración.

Escuché como la puerta se abría.

Deje rápidamente los marcos y abrí el ultimo cajón consiguiendo los papeles.

-¿Los has encontrado ya?-

-Si.-Dije yo levantándolos en alto y poniendo una sonrisa en mi cara,  bastante forzada él me mira fijamente pero no me dice nada.

Una vez llegamos a la barra yo le doy los papeles a Gloria y me vuelvo a sentar en un taburete de la barra.

Necesitaba salir de allí pero no quería levantar sospechas yéndome de repente, además de que no tenía mi coche aquí.

Le mandé un mensaje rápido a Blanca diciendo que me llamase.

Enzo se sentó a mi lado, y yo le sonreí falsamente. Me tensé cuando me miró extrañamente, yo le intentaba evitar la mirada. Sentía que si le miraba me derrumbaría.

 En ese momento mi móvil sonó.

-¿Hola?-

-Blanca  está en la ducha.- Yo miré a Enzo que me miraba esperando una explicación.

-¿Pero, que pasa Blanca?-

-¿Qué dices?-

-Oh, claro ¿entonces me vienes a buscar?-Esperaba que Diego lo pillase necesitaba salir de aquí y no tenia coche.

-Noa no estoy entendiendo nada.-

-De a cuerdo te estaré esperando en diez minutos fuera de la cafetería para ir a casa.-

Y colgué.

-Blanca necesita mi ayuda. -Prácticamente susurré.

-¿Estás bien?-Dijo mirándome con el ceño fruncido.

-Si.-Aunque mi respuesta no pareció convencerle.

En ese momento entro Hugo y supongo que notaria la tensión que había porque rápidamente hizo de las suyas.

-Chicos, sabíais que pensé que Noa estaba muerta pero después se movió. Creo que estaba dormida, las tortugas son muy extrañas.- Bueno se puede decir que no lo intento, creo que bajo presión no le salían las cosas bien. Yo en lo único que pensaba era en esas fotos. ¿Me habían estado mintiendo todo el rato? ¿De qué conocían a Bruno?

Después de unos minutos mi móvil sonó yo lo cogí y en la pantalla aparecía perfectamente el nombre de Diego y un mensaje con solo un estoy fuera.

Tenía el móvil a plena vista, así que estaba prácticamente segura de que ellos lo habían visto y sabían que les había mentido.

Sin embargo no me detuvieron.

-Me tengo que marchar.-Y salí de ahí a toda prisa iba tan despistada que no me di cuenta cuando me choqué contra alguien.



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En el texto hay: misterio, amor de hermanas, amistad amigos

Editado: 20.04.2021

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