El maps de mi celular me indica que ya he llegado a mi destino, estaciono el auto alquilado frente a la casa, azul cielo, el jardín de enfrente parece estar muy bien cuidado, me pregunto quien se encargará de el. Me quedo en el auto alquilado que por suerte es de vidrios polarizados y no quito la vista de la puerta, estoy a un par de minutos de salir cuando esta se abre y veo salir a una rubia chica tomada de la mano de un hombre, lo reconozco inmediatamente por la foto de su expediente, James Carter tiene el cabello un poco mas oscuro que el de Emily, pero los ojos son los mismos. El abre la puerta del copiloto para que su chica suba, cierra e inmediatamente salen del estacionamiento y se pierden a la vuelta de la calle. Yo me quedo ahí sentado y me siento tentado a salir y tocar la puerta pero lo pienso mejor y quizás solo deba acercarme un poco a una de las ventanas solo para cerciorarme de que está bien, entonces la puerta se abre y Emily sale con una pijama negra y su pelo en un moño, con mechones saliéndose por todos lados, lleva una taza de supongo café en sus manos, o quizás sea té. Coloca la taza en una pequeña mesa del porch y toma una regadera, camina por todo el jardín regando cada una de las plantas, al terminar regresa por su taza y se sienta en los escalones de la entrada al porch admirando el resultado de su trabajo con el jardín, se ve orgullosa y hermosa y yo estoy completamente tranquilo al ver que esta bien.
Se queda unos minutos mas ahí pero su cara cambia, su mirada está perdida en algún punto fijo y se nota algo triste,
¿ Que pasará por tu mente Emily?
Ella limpia un par de lágrimas de su rostro, se levanta y camina hacia adentro.
Mi celular suena justo en el momento oportuno, cesando el impulso de salir y entrar a esa casa.
— ¿Cam, como estas?
— Dijiste que avisarías cuando ya llegaras a Houston.
— Si iba a llamarte, aterricé hace unas horas, pero debía hacer algo primero.
— Esta bien, ¿nos vemos para desayunar?
— Si, sabes he escuchado buenas reseñas de un lugar en Main Street, su nombre es Carter`s restaurant, te veo ahí.
Enciendo el auto y manejo hasta el restaurante de James Carter, por nada especial solo quiero conocer un poco más de las personas que rodean a Emily y saber que en realidad está bien, que nadie le hará daño nuevamente.
Cuando finalmente encuentro estacionamiento, camino al lado de las vías del tren buscado el edificio hasta que veo un pequeño rotulo de madera, empujo la puerta y justo al lado de ella, en una mesa junto a la ventana está Cam, le doy un abrazo y me siento frente a él.
— El hombre del momento, todos están hablando de ti.
— ya imagino que dirán.
Cam fue uno de mis compañeros, iniciamos juntos en la agencia, pero hace un par de años pidió su traslado a Houston debido al trabajo de su esposa. Mientras él me cuenta las habladurías en el departamento, yo inspecciono todo el lugar hasta que la chica rubia que vi en la mañana se acerca a nosotros para anotar nuestras ordenes. Es muy bonita, tiene ojos verdes y un pequeño lunar en su mejilla izquierda, en su camisa cuelga una pequeña placa donde está escrito; “Valery“ es bastante amable y hasta parece ser de carácter dulce. Mientras toma nuestras ordenes afuera en la ventana algo llama mi atención, una chica con el cabello castaño cobrizo y la mirada triste camina hacia la puerta del restaurante está se abre y Valery la saluda alegremente.
— ¡Emm, hoy estás aquí!
La escucho decir animadamente y entonces escucho su voz, esa que reconocería en cualquier lugar.
— Tengo algo que hacer a unas calles de aquí.
Valery se va con nuestras ordenes y con Emily hacia la cocina y yo suelto finalmente la respiración agradeciendo haberme sentado de espalda a la puerta. Cam está tan emocionado tratando de ponerme al día con todo lo de su vida que no se percata de nada, y yo trato de contestar lo mas que puedo a su conversación.
Unos diez minutos después Valery llega a nuestra mesa con los desayunos y Emily se sienta en la barra con un sándwich que devora rápidamente, noto que ha recuperado peso y se ve muy bonita de esa manera, hasta parece que se le intentan formar un hoyuelo en la mejilla derecha, lleva unos jeans azul casi negros que definitivamente le favorece a su espectacular trasero, una camisa gris con mangas hasta la mitad de sus brazos que parece ser bastante cálida y que aunque le queda holgada no disimula su figura y una bufanda rosa alrededor de su cuello, unos botines cafés, parece llevar muy poco maquillaje y su cabello ondulado va suelto por todos lados. Definitivamente si hoy fuera la primera vez que la viera, posaría mis ojos en ella como la primera vez que la miré en el Luxur con aquel vestido azul de escote profundo. Si todo no fuera tan complicado llevaría mi café a la barra y me sentaría junto a ella, le preguntaría su nombre y a que se dedica, conversaría con ella, le haría reír y le pediría su número para invitarla a una cita después. Pero la realidad es que todo es complicado, y yo no puedo ofrecerle lo que ella merece, no puedo ser ese hombre.
La veo saltar al suelo del taburete donde está sentada y camina hacia la salida, se despide de Valery muy animadamente, al parecer su humor a cambiado después de la comida. Sale y la observo caminar hacia el otro lado de la calle y entonces me doy cuenta de que Cam está en silencio.
— ¿No has escuchado nada de lo que te dije verdad?
— Perdón, en lo último me distraje.
– Me di cuenta, estabas embobado viendo a esa chica.
Se está riendo a carcajadas, y yo prefiero no contestar.
—¿ Por qué no que te levantaste y hablaste con ella?
— ¿Que? No, no es para tanto además estoy de paso ¿recuerdas?
— ¿Y eso cuando te detuvo antes? recuerdas cuando éramos estudiantes, todas las chicas babeaban por ti, “el chico de los bonitos ojos azules que habla italiano“ y tu les seguías el juego y luego cuando te aburrias las alejabas tan cortésmente, nunca supe como lo hacías.