La luz de Lamia

Capitulo 5




































 


 

—¡Fuego!
 


 

—¡Chris, levántate ahora!, ¡vamos!
 


 

Estoy perdidamente hundido en la bruma del sueño, despertar me resulta una de las tareas más difíciles y pesadas por realizar. Me siento bastante abrumado, que, incluso, me cuesta percibir lo que pasa conmigo mismo en estos momentos.
 


 

Hago uso de todas mis fuerzas para poder abrir los ojos y tomar el control de mí, pero aún me siento muy desorientado. No es la pereza ni el cansancio lo que me reprime, no entiendo por qué me cuesta tanto regresar al aquí, pero ya empiezo a ser un poco consciente, cuando escucho unos gritos afuera de la carpa en donde me encontraba dormido. 
 


 

— ¡Maldita sea! ¡¿DÓNDE ESTÁ MARCUS?!
 


 

Eso me trae de vuelta al aquí, en pocos segundos reconozco que se trata de mi primo Josh, gritándole a alguien muy alterado y también ha sonado muy desesperado.
 


 


La alarma dentro de mí amenaza con accionarse, pues la temprana ansiedad comienza a consumirme sin que pueda evitarlo. Aún así trato de relajarme con varias respiraciones profundas, antes de atreverme hacer cualquier cosa. No quiero exponerme a otro ataque si me dejo llevar así por los nervios, ahora no es el momento... Así que, adormilado, intento incorporarme pero la desesperación provoca que mis movimientos sean torpes y desordenados. Estoy temblando, el pánico está comenzando a invadirme y los miles de pensamientos fatídicos que se crean dentro de mi cabeza, me impiden más el lograr un avance. 
 


 

<<¡Trata de controlarlo por una puta vez en tu vida! ¡Vamos!>>
 


 

Los chicos no dejan de gritar y eso sólo provoca que mi pánico crezca. Trabajo deprisa, vistiéndome con una chaqueta y unas botas, pero mis manos no dejan de moverse con torpeza mientras lo hago.
 


 

—¡No contesta nadie, Josh!
 


 

Aarón aparece en mi campo de visión cuando salgo de mi carpa. Tiene un celular pegado a su oreja y no deja de tocarse la cabeza con mero nerviosismo.
 


 

—¿Pero qué demoni...?— Las palabras mueren en mi boca, ante lo que encuentro después frente a mis ojos...
 


 

Una enorme nube de humo oscura proviene del otro lado del bosque, justo en la dirección en la que se habían ido Dalia, Rebeca y Elizabeth el día de ayer. Se nota con más claridad ya que ha amanecido y la luz del día resalta mejor la dramática escena del fuego consumiendo cierta parte del recinto.
 


 

Niego débilmente con la cabeza, porque ahora no puedo reaccionar, y tampoco puedo dejar de temblar.
 


 

<<¡No, no, no! ¡NO!>>
 


 

El pánico y la angustia se juntan en mi pecho, amenazando con sacar a mi corazón disparado por los fuertes latidos en los que ahora lo hacen saltar. Trago grueso y pensamientos de catástrofe no se hacen esperar para presentarse dentro de mi cabeza. No puedo moverme, no puedo asimilar aún lo que veo. Mis ojos sólo se mantienen enfocados en aquél infierno que ha empezado a consumir sin piedad, a todo lo que encuentra a su paso.
 


 

—¡Debemos irnos ahora!— grita Josh, devolviéndome bruscamente al aquí.
 


 

Mi mirada se aleja de la escena y cuando lo encaro, lo encuentro muy asustado, moviéndose de un lado a otro.
 


 

—¡¿Cómo podemos irnos sin ellos?!, ¡tenemos que cerciorarnos primero de que no quede nadie ahí! — mi voz  apenas se logra a entender por el nerviosismo que me invade.
 


 

—Qui-quizás lograron salir antes...— Aarón suena igual de asustado que yo, jamás creí verlo así—. Tal vez e-ellos no estén ahí, tal vez...—
 


 

Niego y él se detiene.
 


 

—Yo no me iré sin antes comprobarlo.
 


 

—¡Pero si no están ahí, nosotros seremos los que quedaremos atrapados!
 


 

Mis manos se empuñan a mis costados, las respiraciones profundas no me están ayudando mucho a calmar a la revolución que se ha desatado dentro de mí, pero me digo a mí mismo que ahora no es el momento para dejarme vencer, necesito mantenerme fuerte. Tengo que hacerlo por ellos.
 


 

Podría tener razón Josh, quizás las chicas hayan tenido oportunidad de escapar y ruego al cielo por que haya sido asi, pero aún creo que debemos ir a investigar primero que no estén ahí. No tenemos nada seguro.
 


 

—Josh...
 


 

—De todos modos correremos riesgo si los encontramos.
 


 

La desesperación mezclada con ira comienza a llenarme de pies a cabeza. No puedo creer que esté comportándose así. No puedo creer que sea capaz de dejar a sus propios amigos. Comprendo que esté asustado, pero no podemos rendirnos así. No cuando, posiblemente, haya vidas en peligro.
 


 

—¡Deja de pensar así y mejor actuemos de una puta vez!
 


 

Sólo lo veo apretar su mandíbula y después le da una mirada a la escena. Estoy comenzando a impacientarme, y más porque él aun no decide qué hacer.
 


 

Después Aarón llama mi atención cuando suspira con frustración.
 


 

—¡Ya digan qué hacemos!, ¡mierda, Josh!, ¡mira ahí, no tenemos mucho tiempo!— el chico de ojos grises y cabello negro ya luce más alterado que antes, pero Josh sólo nos mira sin ningún destello de aprobación en sus ojos.
 


 

—¡Entiendan, nos mataremos si vamos ahí!, ¡el maldito fuego está arrasando con ese lugar! ¡Si no nos movemos nos va a calcinar aquí! ¡no puedo arriesgarte así, Chris, entiende!
 



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En el texto hay: misterio, demonios, amor

Editado: 15.03.2023

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