La Madrastra De Los Foissard

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- ¿Estas bien? -Charlie se acerco a su hermana, su madre se había ido hace una hora, el se había quedado a acompañarla. Su hermana estaba tratando de pensar en todo lo que estaba pasando y él estaba preocupado de que la situación la sobrepasara, Aurora siempre había sido muy delicada en esas situaciones a pesar de que siempre había sido una persona bastante animada

-Si, lo estoy- Suspiro y se puso de pie. Había tomado la decisión de renunciar a la herencia así que debía empacar sus cosas- ¿Podrías pasar mañana por mí?

Charlie desconocía el tema del que hablo con el abogado, pero seguramente era algo relacionado con la herencia. Le costaba pensar que su hermana fuera a rechazarlo, ella siempre había sido alguien bastante… ambiciosa, claro que en el buen sentido.

- ¿Sí? -Ella asintió sin mirarlo- Esta bien- Se acerco a su hermana y beso su mejilla en manera de despedida- Te veo mañana- Sin más, Charlie abandono al casa de la familia Foissard.

Aurora quedo sola en la sala de la gran casa, era pasado de la una de la madrugada y supuso que los niños iban a estar dormidos ya, no había llorado desde que estaba en el hospital con Fernando agonizando, después de eso, había estado tan ocupada entre arreglando todo lo del funeral y hablar con las maestras de los chicos que no tuvo tiempo para llorar. Ahora estaba sola pero no sentía el corazón roto

No, no estaba enamorada de Fernando ¿Le gusto en algún momento? Quisa sí. Pero lo que le gusto mas fue el poder y el dinero que tenía, la seguridad de estar estable económicamente, como no lo había estado en su infancia, Fernando había sido un marido, se preocupaba por ella y cumplía con todas sus obligaciones como esposo ¿Entonces por qué no podía llorar su muerte?

¿Era por que él ya no iba a llegar con una invitación para ir a comer por las noches? ¿Era por qué ya no iba a regresar todos los días para hablar con ella de los problemas del trabajo mientras preparaban la cena? ¿Era por que ya no iba a estar unida a él todas las noches? ¿No podía llorar por que ya no se levantaría a las 2 de la mañana para llevarlo de regreso a la cama? ¿Por qué ya no la acompañaría a beber hasta la madrugada y luego la llevaría al cuarto?

No podía llorar por él

¿Por qué el dolor de haberlo perdido era tanto que no podía expresarlo?

Vio las cenizas sobre la chimenea, frente al cuadro de Fernando y quiso destrozarlo. Quería romperlo, gritarle y desquitarse ¿Por qué no? Se iría en la mañana y nada le podrían hacer. Sentada en el sofá se imagino a si misma destrozando el cuadro, regando las cenizas y gritando, no le importaba que creyeran que estaba loca. Quería sacar todo, asi que se puso de pie con intención de destrozar el recuerdo de Fernando, pero inmediatamente cayó al suelo

No tenía ni una pizca de fuerza en las rodillas. Apretó la alfombra en sus manos enojada

Los recuerdos comenzaron a golpear su mente de poco a poco. Como conoció a Fernando en una reunión con su padrastro, sus ojos azules opacados por la tristeza, su cabello ya canoso negro, su piel canela y su sonrisa brillante. No, no se había enamorado. Tampoco se enamoro en el viaje de negocios que hizo con su familia y él fue un invitado y fue con sus hijos; no, no se enamoro cuando el la ayudo con un sujeto que la acosaba en el bar; no, no se enamoro cuando el le sonrió por primera vez a solas, pero su corazón se acelero esa vez; no, no se enamoro cuando él le platico de su no tan reciente enviudes, pero sintió bastante empatía por él

No, no se había enamorado aun cuando habían tenido relaciones sexuales ese mismo viaje; pero desde ese momento su corazón se aceleraba en pensar en él

Sabía de sus hijos, los conocía por las reuniones, niños que eran bastante… serios, niños con un aura depresivo por la muerte de su madre. Aun así, comenzó a salir con Fernando un año después de la muerte de su esposa, y se casaron casi de inmediato para durar un año casados y luego él la dejara

No los dejes solos

La voz de Fernando taladraba su cabeza y hacía que tuviera punzadas, se sujetó la cabeza, apretándola, tratando de amortiguar el dolor.

- ¿Aurora? -Quiso gritar, pero la voz infantil de Elaine llamo su atención, ahogo el grito en su garganta y miro a la niña, que se asomaba por el umbral de la puerta con su bata de fresas- ¿Estas bien? -Pregunto tallándose los ojos. Aurora trago saliva y sonrió a la niña

- Por supuesto ¿No deberías estar dormida? -Quiso levantarse, pero no tenía fuerza en las rodillas. La casa estaba a oscuras pero las luces de la cocina hacían que aun pudiera distinguir cosas- ¿Te sientes mal? ¿Tiene fiebre? -La niña camino hacia ella y se sentó a su lado, abrazándola

- No puedo dormir- Aurora puso su mano en la frente de la niña y la sintió inusualmente caliente ¿Fiebre? Era lo más probable- Estas llorando- Aurora pensó que era una pregunta, hasta que las manos infantiles de Elaine se pasaron por sus mejillas y se dio cuenta que, efectivamente, había estado llorando

-Ah, no me había dado cuenta- Murmuro cerrando los ojos y pasándose la mano por la cara, sintiendo las lagrimas calientes en su cara, se sorbio la nariz. Ni siquiera se había dado cuenta que no podía ni respirar bien. Elaine le dio una servilleta que había tomado de la entrada a la sala- Gracias, corazón- Recibió la servilleta y se sorbio la nariz para luego dejar el papel usado a un lado. Elaine se abrazó a ella y se acomodó en su pecho

-La casa se siente sola- Dijo la niña con la voz pesada, tenía bastante sueño, pero no podía dormir

-Si, la casa se siente sola- Coincidió Aurora acariciando el brazo de la niña. Tenía la mirada en la chimenea apagada incapaz de levantar mas la mirad ay encontrarse con el retrato de Fernando, que ahora sentía la veía a los ojos esperando una respuesta de su parte

- ¿Nos vas a dejar solos? -Pregunto después de un largo rato de silencio- ¿Te vas a ir? -Pregunto con su corazón estrujándose, cerro los ojos temerosa de la respuesta. Su tía se había acercado a ellos cuando Aurora fue por las cenizas de su padre, le había dicho que se mudarían con ellos un día después del funeral, que Aurora los iba a abandonar y los iba a dejar en la calle, pero Elaine le tenía miedo a su tía Victoria. Le tenía miedo por sus gritos y las amenazas que siempre le gritaba a su papá y no quería ir con ella



#1821 en Otros

En el texto hay: humor, familia, madrastra

Editado: 20.12.2020

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