Jackson Romanov
Cuando nos dan la señal Melany y yo entramos, para nuestra mala suerte llamamos la atención de todos en la sala, comienzan a murmurar cosas, muchos critican otros admiran.
—Lo que nos faltaba.— Habla mi compañera.
Nos sentamos y observamos el panorama, según el plan, Sam se va a tropezar haciendo que se mojen los documentos y que se ensucie el traje de Jonathan, así él tenga que ir al baño donde yo iría a noquearlo. Miro hacia la mesa donde él se encuentra y él se encuentra viendo la mesa en la que estoy, específicamente está viendo a Melany,dudo que la haya descubierto, me preocupo cuando veo que se queda viendo el brazalete de Melany.
—Joder.— digo tomando la mano de la castaña ocultándola.
—¿Qué sucede?— pregunta al ver mi acción.
— Jonathan no paraba de verlo.
—Mierda se me olvido quitármelo.— se quita la prenda.
— ¿Qué dice el brazalete?— tomo el brazalete mirando que dice.
—Семья, верность и власть— dice en Ruso.
Familia, lealtad y poder.
— Es el lema de la Bratva.— digo en un susurro.
— ¿Cómo carajos se te olvido quitártelo?— reclamo.
— No lo sé, su pongo que al estar entretenida se me pasó.
—Maldita sea, es que ¿Cómo diablos?— vuelvo a reprocharla.
— Discutir no nos llevará a nada Jackson.
Ignoro lo que dice y volteo a ver la mesa en donde se encuentra Jonathan, pero no lo encuentro.
— Mierda. Lo perdimos.— me levanto disimuladamente para ir donde Sam para preguntarle si lo ha visto.
Jonathan Laurent.
Cuando enfoco bien mi vista me doy cuenta de que es el lema de la mafia Rusa, talvez no sepa Ruso, pero es un lema y una escritura que todos los que nos dedicamos a esto conocemos, jamás me ha gustado algo que provenga de la bratva, pero esta vez agradezco a ese estúpido brazalete por existir.
Me levanto aprovechando que Melany está discutiendo con quién por seguro es Jackson para ir a un lugar aparte y llamar a mis nuevos aliados.
—Eliot. Procedan, Romanov y Melany están aquí con su equipo, necesito salir de aquí. —digo por el teléfono.
—Van para allá.— responde.
Trato de mantener la calma, ya que ¿qué es lo peor que puede pasar? Bueno... Me atrapa el equipo de Romanov, me llevan a su bodega de tortura, me quita la piel, las uñas, los ojos y las manos y si de milagro sigo vivo me echa sal, agua oxigenada y limón y si por obra de diablo sigo vivo me echa gasolina y me quema, pero nada, cosas pequeñas que pueden llegar a pasar.
Veo que la puerta en donde estoy está por ser abierta, pero una balacera detiene a la persona que está por hacerlo, no lo pienso dos veces para salir por la ventana, cuando salgo el lugar está lleno de patrullas, hago lo posible para que no me noten y poder salir ileso.
Melany Russo.
¿Cómo mierdas se me olvido quitarme ese brazalete? Ahora sí que lo arruine, teníamos a Jonathan ¿Pero qué hice? Lo jodí todo.
Jackson se levanta para ir a buscar a John, yo hago lo mismo, cuando estoy a punto de abrir una puerta se escuchan múltiples disparos, así que me devuelvo para afrontar la situación, me sorprendió al ver que el intercambio de balas no eran entre los italianos y la Bratva sino entre las bratva y la policía, en eso entendí todo lo que sucedía, Thom Ivanovich tiene contratos con la policía italiana, de seguro al John darse cuenta lo llamo y, por lo tanto, ahora mismo él debe de estar escapando.
— Jackson, voy a perseguir a Jonathan, no debe de estar tan lejos.— Él asiente y me pasa la llave del Lamborghini.
Salgo lo más rápido que pueda sin ser afectada por la balacera, piso el acelerador hasta el fondo, luego de unos minutos conduciendo veo el carro de John, lo sigo hasta un almacén, espero que él entre primero para que no sospeche, luego de un rato, entro dejando él lambo un poco distanciado.
Al entrar puedo ver que esto está algo abandonado, pero no presto atención a eso y sigo caminado, hasta que veo una luz en un pasillo, tomo mi arma, la recargo y me conduzco hacia el pasillo, entro por una puerta y me encuentro con una hermosa sala de juegos de tortura, cuando decido salir algo me golpea fuerte en la cabeza.
. . .
Abro mis ojos con gran pesar sintiendo un gran dolor en la parte baja de la cabeza y en mis muñecas, enfoco bien la vista y me doy cuenta en donde estoy, estoy amarrada al techo con los pies atados, trato de fosar, pero la soga no se rompe.
— Non ci proverei se fossi il tuo tesoro.— dice una voz qué odio reconocer.
Yo no intentaría eso si fuera tu preciosa.
—Thom Ivanovich, qué desagradable sorpresa.—suspiro.
— Antes pedias verme más seguido¿Qué pasa preciosa?— sonríe de lado.
—Sei un fottuto figlio di puttana, ti odio.
Eres un maldito hijo de puta, te odio.
— Qué pena, yo pensaba que aún me amabas dolcezza.— dice fingiendo tristeza.
— Suéltame antes de que sea tarde.— exijo.
— No creo que alguien se tome la molestia de rescatarte y además viva de aquí no sales, tenlo por seguro dolcezza.— sale sin decir otra palabra.
Busco la manera de soltarme , pero no veo nada que me ayude a cumplir mi meta, comienzo a buscar desesperadamente con que soltarme cuando la habitación se comienza a llenar de un gas que digamos que conozco muy bien, ese gas fue creado por mi abuelo para mantener a una persona drogada,anestesiada, mareada y consciente de dolor a la vez, trato de contener la respiración, pero fallo cuando mis pulmones exigen oxígeno.
. . .
Jackson Romanov.