La Mafia Santori

Parte 2- Adiós Sicilia

Me desperté con la luz de la mañana y el olor a café recién hecho...

Mentira me desperté con Tressa y Lander saltando en la cama

-Ivy nos vamos a Cadifolnia- dijo Lander con su lengua de trapo

-Ya voy enanos, vamos a levantaros que me tengo que cambiar- ellos se fueron corriendo y jugando 

Me levanté a mi baño y me metí a la ducha, salí con la toalla envuelta en mi cuerpo, fui a mi armario y me puse ropa interior de encaje, cogí unos pantalones negros con estampado, un top negro y mis zapatillas nuevas, me agarré todo mi pelo en una coleta alta, cogí mis maletas y mi guitarra me la colgué a la espalda, bajé y ya estaban todos abajo para despedirnos, mi hermano se quedaría con algunos empleados y un chico nuevo al que tenía que enseñar y más tarde irán todos a Santa Mónica, aquí se quedará a cargo mi tío Alberto Santori, que viene de España, con mis primas Ginebra y Alice

-Ivy, vamos o no cogeremos el avión- me avisó mi padre

-Pero si vamos en avión privado

-Da igual date prisa- se fue corriendo por casa con las maletas

-Bueno hermanita, descansaré de tus locuras un mes- me abrazó mi hermano

-Me vas a echar de menos y lo sabes

-No creo, aprovecharé y me traeré a Lili a casa estos días- puso una mirada seductora

-No hace falta que me lo cuentes, solo no lo hagáis en mi cuarto- le amenacé el solo levantó las manos en forma de rendición

Le di un beso y me monté en mi coche con Jade, iba a echar de menos mi coche, nos salía más barato ya allí comprar uno nuevo que importarlo desde aquí, nosotras entramos en el aeropuerto, pasamos los controles y fuimos a nuestro avión, al rato llego mi padre con los terremotos, el avión despegó con rumbo a California, empecé a tocar la guitarra y a cantar, al llegar al aeropuerto aterrizamos y nos esperaban unos coches, metí mis cosas en uno y me monté atrás junto a Jade

El chófer iba conduciendo por mitad de la ciudad nos quedaríamos en la zona de Santa Mónica, en una urbanización construida por mi padre, con casas para todos, mi casa y otras tres compartían: gimnasio, jardín y algún espacio común más 

Al llegar a la urbanización, todas las casas eran muy lujosas dado que los empleados vivían aquí con sus familias, había niños y gente paseando, vi lo que sería la casa de mi padre al fondo, allí se guarda el dinero, en cada casa hay un arsenal de armas, por si acaso y al girar la calle vi nuestra casa, era preciosa sencilla con toques de madrera

- ¿Lo estás viendo no? - dijo Jade pegada al cristal del coche, bajamos corriendo y entramos en la casa, así serían las cosas, la que llegue primero a un cuarto se lo queda, ella se fue a un cuarto a la derecha y yo a la izquierda

Cuando entre sabía que sería mi cuarto perfecto, era grande, al entrar veías la cama a un lado a los pies de la cama se podía ver la puerta al baño, un armario enorme y un ventanal por donde entraba la luz y se podía ver la casa de al lado supongo será la de mi hermano, nada más entrar por la puerta veías un balcón por donde podía subirme al techo de la casa, tenía detalles rojos unas mesitas de noche a cada lado de la cama y un sitio donde poder dejar la guitarra, baje a por mis maletas y empecé a colocar toda la ropa y mis cosas, adoraba mi cuarto, fui a ver el de Jade, cuando entre estaba todo tirado y ella dormida en la cama

-Jade- la llame y me acerqué a la cama -Jade- la volví a llamar - ¡Alexa Jade Lioni! - la grité cerca de la cara

- ¡Estoy despierta! - gritó ella y se cayó al suelo, yo estallé en carcajadas

-Vamos a comprar las motos y los coches, de paso podemos dar una vuelta por la cuidad- se la iluminó la cara cuando la dije eso

-He dormido con la ropa puesta podemos irnos ya- se levantó y empezó a correr escaleras abajo iba detrás suyo, pero oí un ruido fuerte - ¡Estoy bien! - bajé corriendo y vi a Jade tirada en el suelo, se había caído 

-Eres una patosa ¿Lo llevas todo? - la ayudé a levantarse

-Si vamonos ya

[...]

-Solo dame la moto estúpido- rodé los ojos al dependiente  

-Pero nena son mucho para vosotras- odiaba a este tipo con toda mi alma

-Mira tú coge la puta tarjeta cóbranos y cállate- el dependiente cogió la tarjeta y nos cobró 

-Quiero ver como la arrancáis y os matáis, ahora digo que las saquen 

Salimos de la tienda con el chico, nos dio los papeles de propiedad y vimos nuestras preciosuras una Suzuki y la Kawasaki para mi obvio 

-Vamos nenas arrancarlas y marcharos- se río el dependiente

- ¿Como te llamas? - le preguntó Jade

-Chase- le dio una sonrisa coqueta y la guiño un ojo

-O cariño no me van los imbéciles, lo siento- le guiño el ojo- Vámonos 

Le quité la llave de la mano y le lancé las suyas a Jade, saltamos en las motos arrancamos y nos fuimos, por el retrovisor vimos la cara de sorpresa, los coches ya los compraríamos mañana, hoy era sábado y nos tocaba ir a bares y que la gente se enterara de las pelas y las carreras en el polígono abandonado, fuimos por las calles de los ángeles sin rumbo alguno, nuestra urbanización quedaba por la zona de Santa Mónica a las afueras, iba pegada a Jade hasta que me llamó al pinganillo 

- ¿Qué pasa?

-Ve hacia Hollywood yo me voy a Beverly Hills así lo haremos más rápido

-Vale no vemos luego en el centro de la ciudad, cenaremos todos juntos

-Vale- colgó y cogió la salida que decía Beverly Hills yo seguí todo recto por la carretera

A lo lejos ya vi el barrio de Hollywood según el contacto de mi padre tenía que ir a los bares de la zona baja así que me dirigí allí, aparqué la moto y le puse el seguro me aseguré de llevar mi navaja en el bolsillo, por si acaso y entre a un bar 

-Señorita creo que te has perdido- dijo un chico más o menos de unos 23 años 

-Me da que no me he perdido así que cállate- me senté en la barra 




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