La magia primigenia

Epilogo

Nicolás se encontró en un lugar extraño, estaba lleno de espejos que no reflejaban, más bien mostraban mundos diferentes, los hombres de oro y plata apresaban a Kukulkán a una pared negra, tan negra como la noche misma.

Nicolás buscó a Ana en los espejos hasta que la encontró, ella miraba un espejo de mesa, en su rostro podía verse la tristeza, dejó el espejo y salió.

Los gemelos se acercaron y el joven les preguntó.

- ¿Por qué ella no puede venir?

Ellos respondieron con una simple frase.

-Ella existe para proteger la magia y aquí solo se volvería loca, es más dudo que alguna vez recuerde que fue aquí donde ella nació.

Los gemelos se alejaron hacia una cueva mientras discutían que hacer en otros mundos, jugaban a dioses o era su misión, la pregunta se perdió en un mar de ideas que no dejaban la mente de Nicolás, hasta que su mirada se centró en un espejo donde un muchacho sacaba unas piedras de un cajón, ese mundo estaba lleno de tecnología.

El gemelo de oro se acercó y le dijo.

-Es un mundo donde la magia casi muere por completo, y cuando eso pase no habrá como salvar ese universo.

Luego de escuchar esto Nicolás decidió que lo salvaría.




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