Ya con el equipo formado y dispuestos a hallar respuestas, nos pusimos a pensar por donde comenzar.
Castro: Yo creo que debemos preguntar a todas las personas del pueblo.
Miguel: Vaya como no se me había ocurrido, ¡eres un pensador tan creativo!
Castro: Jajaja lo sé, ¿entonces empezamos por ahí muchachos?
Miguel: Imbécil fue sarcasmo, si empezamos por ahí podrían sospechar de nuestra investigación.
Camilo: Saben los dos tienen razón, por un lado, si empezamos a preguntar a todos esto llamaría la atención de las personas del pueblo.
Valeria: Ja con lo chismosos que son, hasta en la ciudad se darían cuenta.
Camilo: Exacto, pero, si en vez de eso ¿nos separamos? Por una parte, unos
podrían preguntar de forma discreta por los lares de la entrada al pueblo, mientras los demás, buscamos en la alcaldía información.
María: ¿Cuáles serán los equipos?
Camilo: Por un lado, irán Carolina, Miguel, Castro y tu
Valeria: entonces el otro equipo seria mi persona, tú y Carlos
Camilo: Exacto, muy bien esto será lo que haremos. Ustedes irán a la entrada del pueblo, por la comisaría de policía, en los barrios y en las esquinas, preguntarán sobre el fundador y si tenía una hija, esto desviara la atención de las personas hacia ustedes.
Carlos: ¿Y nosotros que haremos sabelotodo?
María: JAJAJA sabelotodo.
Camilo: Tu campesino, montaras guardia en la entrada de la alcaldía mientras Valeria y yo buscamos la manera de entrar a la oficina del alcalde.
Valeria: JAJAJA campesino… ¿Y porque entraremos ahí?
Camilo: Me imagino que estarán los archivos de todos los alcaldes que han pasado por el puesto hasta la actualidad, y antes de esos alcaldes, estaba el fundador.
María: ¿Pero porque tienen que ir ustedes? De más Castro les servirá mejor que a nosotros, y Carlos es mejor para hablar con la gente, lo conoce todo el pueblo.
Camilo: Correcto mi amor, como lo conoce todo el pueblo, esto causaría que el chisme se esparza por todo Santa Janna más rápido, llegando a sus padres y provocando que Cristalino se eche a perder.
Carolina: Es un gran plan, entonces ¿cuando comenzamos?
Mañana a primera hora, el plan Cristalino se pondrá en marcha. En ese momento el plan estaba montado solo había que ejecutarlo, pero, había una preocupación secundaria en mí, María, verla más simpática de lo normal, más abierta y amable con Carlos, lo que sentía no eran celos, era inquietud. Yo me enamore de María cuando la vi por primera vez, ella estaba en el parque sentada en una banca, yo me acerque a hablarle y desde entonces empezó una buena relación, la trataba con afecto, respeto, tolerancia y sobre todo mucho amor, ella
era muy cariñosa conmigo e incluso en un arranque mío, le pregunte si se quería casar conmigo y me dijo que si, vivimos muchas aventuras juntos, sin embargo, ella empezó a cambiar, acercándose más a Carlos y casi olvidándome, yo sabía que tenía que ser directo con ella para que recibiera lo mismo, la verdad, que me dijera lo que sentía por Carlos y que terminara conmigo. Cuando regresaba a casa, recordé que me tocaba poner las luces, las cuales
servían para alejar los animales del bosque, aunque no lo crean la idea se le ocurrió a Castro, él quería hacer un faro para que nosotros supiéramos llegar al
refugio, pero, como siempre se combinaron ideas y un día que llegamos en la mañana, encontramos un venado dentro de la casa. Ese día era mi turno de
activarlas, lo había olvidado, porque pensaba en lo de María, así que di la vuelta y me dirigí al refugio, al girar en una esquina, los vi, Carlos disfrutando de María, se veían tan alegres, ellos se besaban, acariciándose mutuamente, Carlos pasaba su mano por todo el cuerpo de María, mordiéndose los labios bruscamente, la verdad en ese momento todo quedo más que claro, no quise dañarles el momento así que tome otro camino y llegue al refugio, active las luces y antes de salir se cayó del techo un cuadro, era una foto de todos nosotros, me causo gracia y Castro había escrito por detrás “Los 7 exploradores” Sabía que iba a ser un regalo para mañana, así que la puse con cinta otra vez en su lugar, no se por qué se le ocurrió ese escondite, pero, parecía que se había esforzado en decorar el cuadro, cerré la
puerta y volví a casa.