Soñaba que me estaban persiguiendo, se oían pisadas fuertes y gruñidos, corría sin destino alguno solo veía una habitación enorme sin salida, hasta que escuche la voz de una niña que me decía con dulzura y simpatía “¿Porque no has vuelto a jugar conmigo? Ya olvidaste que te salve la vida aquella vez, que tú me cuidabas y eras la única persona que me quería, ¡Juega conmigo! ¡Ya me aburrí de estar aquí
encerrada! Desperté de golpe, estaba frio y aterrorizado, había visto una niña peli roja, con ojos cafés, sonrisa perfecta y un vestido morado, pero, lo que me llamo la atención es que apenas lograba ver en el sueño, y ella cambiaba de edad o de estatura, la verdad solo lo tome como una pesadilla, no iba a dejar que eso me arruinara el día, me aliste, desayune y antes de salir me topé con Laura, mi hermana como siempre algo entrometida, me hizo bastantes preguntas, pero, me deshice de ella y fui al refugio.
Caminaba por el bosque con dirección hacia el refugio y eran las 7:00 am, sin embargo, escuche risas, las voces eran conocidas, me dirigí siguiendo el sonido y vi a María con Carlos caminando juntos mientras hablaban y se hacían cariñitos, yo me quede estático esperando a que se adelantaran, mientras esperaba Valeria se topó conmigo. Valeria: Que hay compañero investigador ¿Cómo estas hoy?
La verdad en ese momento no quería distraerme del plan, así que le dije que estaba de lujo, le pedí que se esforzara por concentrarse, ya que ella era muy
alegre y esto provocaría que hubiera discusiones en el equipo porque Carlos era muy “Estricto” con los planes, caminamos y llegamos juntos a la cabaña. Cuando entre con Valeria, María ya estaba ahí con Carlos, al sentir nuestra presencia ella se lanzó hacia mi preguntándome porque había llegado con Valeria “Ja sinceramente me enfurecieron sus celos absurdos, ella estaba con Carlos y no me lo había dicho, ¿qué le daba el derecho a entrometerse en mi vida?” No le quise hacer el reclamo de su relación con Carlos así que la ignoré y me senté a esperar a los demás. La cabaña era rustica, no muy grande, pero, acogedora, teníamos muebles, comida y decoraciones de las preferencias de cada uno, el comedor estaba afuera nos gustaba estar al aire libre, era un bonito lugar.
Cuando ya estábamos todos reunidos, repasamos el plan varias veces hasta que lo sabíamos de memoria. Castro: Muy bien muchachos ahora que sabemos el plan de memoria porque no hacemos algo grupal, ¿Qué les parece?
Carolina: Ay si, hagamos un circulo y pongamos nuestras manos en el centro.
Valeria: Me parece bien
María: La verdad yo no quiero tocar la mano de cierta perra que no respeta lo que es ajeno.
Valeria: ¿Qué?
Camilo: Saben muchachos, la verdad yo tampoco quiero tocar las manos sucias que ya pasaron por cierto cuerpo y que se dedican a cultivar.
Carlos: ¿Cómo? A que te refieres
Camilo: Yo solo digo amigo, no dañemos el ambiente y más bien pongamos el plan en marcha.
Carlos: No espera, no voy a permitir que te burles de mí.
Camilo: ¿A caso mencione tu nombre? Car-los.
Carlos se aventó sobre mí y empezamos a pelear, lo que no sabía es que mi padre estuvo en el ejército y me había enseñado como defenderme, entonces
simplemente le di unos golpes al desgraciado, después nos separaron.
Miguel: ¿Qué pasa? Yo estaba apostando por Camilo.
Valeria: Gente ya, no estamos para peleas, hay que concentrarnos en el plan.
Castro: Si, pongamos en marcha el plan, no olviden el positivismo y mis historias, recuerdan aquella vez cuando…
Miguel: Ya cállate Castro, a nadie le importan tus estúpidas historias, hablas demasiado, además siempre dices cosas que no tienen sentido.
Castro: Lo dice el imbécil que se cree el más apuesto del pueblo y les tiene miedo a los insectos a todos y cada uno de ellos.
Miguel: ¡Como te atreves!, eso no es verdad.
Castro: ¿No es verdad? Siempre te tengo que esperar cuando vamos a venir al refugio porque si ves una hormiga te da un infarto.
Miguel: ¡Ven aquí hablador insensato!
Carolina: Noooo, ya por favor, no olviden el plan
Carlos: ¿El plan? El estúpido plan que este diseño por la historia que le conto su abuelo, esta viejo, no significa que sea verdad, dense cuenta, es una pérdida de tiempo.
Valeria: Bueno, pues yo si le creo, y estoy dispuesta a ayudarlo, así que si no tienes algo mejor que hacer es mejor que te vayas.
María: A ti que te importa, no es asunto tuyo, siempre te metes en cosas que no te incumben, como con Camilo.
Valeria: Para tu información, no estoy con él, pero, ¿Por qué no nos cuentas de tu aventura con Carlos? Siii, con todas esas indirectas entre ustedes, y los llegue a ver besándose, como si se amaran, ahora dime ¿quién es la perra?
María: ¿Perra? Te enseñare quien es la perra.
Valeria: Ven enséñame, primero te parto los dientes.
María: yo te romperé otra cosa.
Valeria: Claro creo que ya lo hiciste, rompiste el corazón de Camilo.
María: ¿Y a quien rayos le importa el corazón de…
Todos quedamos en silencio, la verdad me sentía satisfecho con la situación, de una u otra forma ella había admitido lo de Carlos e incluso que yo ya ni le
importaba.
María: Camilo, yo… yo no
Camilo: Tranquila, ya queda muy en claro lo que aquí pasa, lo mejor es que cancelemos tanto el plan como nuestra relación, yo me largo de aquí, ya fueron
suficientes trapitos al sol.
María: ¿A dónde vas? Espera
Carlos: Déjalo que se vaya, más bien también salgamos de aquí.
Miguel: Carolina amor, vámonos a casa, las cosas no están yendo bien por aquí.
Carolina: Pero y ¿El plan?
Miguel: El plan no funciona si no está quien lo creo y lo dirige.
Castro: ¿Pero a donde van? Muchachos vuelvan, no dejemos que nuestras diferencias nos separen, ¿Valeria?
Valeria: Castro, se acabó, ve a casa.
Castro: No te vayas espera… ay, y yo que había hecho un regalo para todos ustedes, mejor lo tiro a la basura.
Todos habían salido de ahí, ninguno quiso cruzar miradas ni caminos, después que se dijeran verdades en la cara nadie quería saber de nadie, ni yo, estaba triste y desvelado, pase así tres noches, y todo por no poner las estúpidas manos en el centro, sin saberlo, esto más adelante nos salvaría la vida, al igual que la foto que nos hizo Castro, que, por cierto, aún conservo.