La MaldiciÓn De Cristalino

Conociendo un príncipe del infierno

Divagábamos por Cristalino, ni una sola palabra decíamos, en el ambiente se oían gritos, quejido y hacia mucho frio, también había neblina, pero, esta tenía un olor a azufre, sin mencionar la gelatina y su capullo de donde salía, estábamos cansados, estresados, asustados y sobre todo pensativos, no teníamos un plan, si Janna es un espíritu, ¿Por qué simplemente no la llamábamos? Lo intentamos, pero, al parecer ella no estaba en este mundo, y nosotros estábamos a punto de conocer a sus amigos. Llegamos a la cafetería, nos sentamos para comer algo y descansar un poco, yo verifiqué que todos estuvieran bien y les pedí que descansaran, yo haría guardia en caso de que un condenado entrara, entonces, cerré las entradas y salidas de la cafetería, solo deje una abierta y me senté con mi linterna enfrente de esta, cuando escuchaba un ruido, encendía la linterna y observaba que era lo que pudiera estar pasando, sin embargo, los condenados, el capullo de gelatina y Janna, no eran los únicos que habitaban en ese lugar. Me había quedado dormido, de repente escuché un gruñido, y abrí los ojos  
rápidamente, vi pasar una criatura extraña, pero, terrorífica, esta parecía un lobo con cola de serpiente que arrojo fuego, un hombre con cabeza de cuervo y dientes de perro o simplemente un hombre con cabeza de cuervo, no lo sé, me sorprendí, mi reacción fue ir a ver que era, sin embargo, cuando me puse enfrente de la entrada, está bajo la compuerta y quedamos atrapados, me pareció raro que con el ruido brusco que produjo la compuerta no incomodara a mis amigos, estos parecían dormir como bebes, me volví a sentar deduciendo que era mi imaginación por  estar cansado, o tal vez era Janna otra vez en mi cabeza, me quede dormido otra vez y cuando escuche el mismo ruido desperté, detrás mío, al fondo, se abría una entrada, tome mi linterna, mi cuchillo Bowie y fui a ver que estaba pasando. 
Salí de la cafetería y cuando avancé un poco, la compuerta se cerró, quedé afuera de la cafetería, al menos los demás estarían bien, yo por lo menos, tenía que esperar a que ellos despertaran y me abrieran, o hacer lo que hice en ese momento, Ilumine alrededor, solo veía maquinarias y tubos que goteaban la gelatina asquerosa, esta se acercaba cuando uno se ponía a un metro de ella. Las luces de emergencia parpadeaban y note al fondo un cuadro, cuando me acerque lo compare con el que vi antes de entrar a Cristalino y pude notar que se parecían,  
busque en donde se ubicaba la sala de mando y fui ahí, en el camino me topé con tres condenados, apague mi linterna y trate de pasar desapercibido, sin embargo, todo estaba muy oscuro, y el pasillo por donde pasaba no era muy ancho, termine chocando con uno y este me agarro de un hombro, mi reacción fue cortarle la garganta, cuando lo hice este callo, pero, la gelatina lentamente estaba volviendo  
a unirse a él y poco a poco se fue levantando, y yo corrí, me perseguían los tres, llegue de nuevo a la sala del supervisor y subí de nuevo al observador, cerré la  
puerta y quedaron por fuera los condenados. Por suerte había un camino alternativo para llegar al puesto de mando, pero, era la compuerta del principio del lado izquierdo, esta no abría porque estaba sellada, entonces sabía que no tenía a donde ir me senté para respirar un poco, cuando sin imaginarlo escuche el ruido de una compuerta abriéndose, me asuste pensando que era la que me protegía de los condenados, sin embargo, el sonido venia del comienzo, cuando me dirigí ahí, estaba abierta la compuerta que al principio estaba cerrada, solo tenía que entrar, caminar por el pasillo y luego girar a la derecha para llegar a la sala de mando, y posiblemente encender todas las luces, cuando iba a entrar escuche de nuevo el gruñido y una brisa con olor a sangre, estaba caliente, parecía vapor, gire  
despacio y vi a la criatura, confirme su aspecto y realmente era como la describí, un lobo con cola de serpiente que arroja fuego, recordé las enseñanzas bíblicas del colegio y por alguna razón sabia su nombre, Amon, el encargado de mantener la vitalidad de la ira en los seres humanos.

Amon: ¿A dónde vas? 
-Con vos temblorosa, pero, de pie firme- Camilo: Tengo que volver con mis amigos. 
Amon: ¿Enserio? 
Camilo: Si, al parecer gracias a ti quede por fuera de la cafetería. 
El empezó a pasearse por todo el lugar, con su apariencia tétrica. 
Amon: No, gracias a mi volverás a tu hogar, no te preocupes por tus amigos, ellos estarán bien, yo los cuidare, tu vete tranquilo. 
Camilo: No hare eso Amon, yo los metí aquí, yo los sacare. 
Amon: ¿Enserio? ¿Por qué? 
Camilo: Porque son mis amigos. 
Amon: Déjame ver ¿Un amigo te quita a tu chica? ¿Un amigo te oculta cosas? ¿Un amigo no es capaz de decirte lo que siente? ¿Los amigos pelean entre sí?  
¿Que no ves? Ellos no son tus amigos, mira lo que te han hecho, ódialos, ellos simplemente se aprovechan, la concepción humana es tan rara, deben convivir  
entre sí mismos y buscar una comunidad con quien convivir, pero, aun así, ellos mismos se hacen daño e insisten en perdonarse y estar siempre rodeados de  
personas, se integran tanto que se olvidan de cuidarse de sí mismos y terminan ayudando a los demás a que te hagan daño con las decisiones que toman.  
Baje la cabeza y escuche como se abría la compuerta C enfrente de mí. 
Amon: Eres libre, sal y sigue haciendo amigos y finge que no los odias, ningún ser humano puede vivir sin odiar. 
Camilo: Sabes… Tienes razón.

Amon: ¿Vas a irte? 
Camilo: No, ningún ser humano puede vivir sin odiar, pero, si podemos perdonar, tolerar, y vivir con lo que nos ha hecho daño, se llama, superar el pasado, porque entre el amor y el odio solo hay un paso para cruzar del uno al otro y nosotros los seres humanos caminamos entre estos dos así sobrevivimos entre nosotros, odiando a quienes amamos y amando a quienes odiamos, un enemigo puede ser un amigo, algo que tu no ves, porque solo eres un engendro que ejerce mal, ahora si me disculpas, tengo que ir al centro de mando. 
Vi por última vez la luz del sol, mientras bajaba la compuerta, vi a Amon a los ojos mientras este se desvanecía, tal vez para volver al infierno. Caminaba por el pasillo y di vuelta a la derecha llegué a la sala de mando, buscaba instrucciones para saber cómo encender las luces, cuando abrí un armario cayo un condenado sobre mí, en el forcejeo con este hasta lograr levantarme y entre los golpes, los empujones, termine lanzándolo contra un generador, cuando el condenado cayó encima de este, soltó chispa y termino por electrificarse, tomaba aire y tenía el  
corazón agitado, al parecer estaba muerto, cuando puse la mano cerca de la gelatina, esta no se movió ¿La electricidad destruía a los condenados? No lo  
sabía, lo que me tenía pensativo era ¿Por qué funcionaba el generador? El día que ocurrió el fallo en este lugar dijeron que se había inundado todo, pero, aun así, funcionaban los generadores ¿Realmente fueron los generadores lo que causo el fallo? ¿Cristalino realmente se inundó? No lo sabía, encontré un manual que me decía como encender la planta, seguí todos los pasos y antes de bajar la última palanca, cerré los ojos, suspire y baje la palanca, mantuve los ojos cerrados mientras escuchaba los mecanismos funcionado, de repente escuche sonidos de construcción y trabajadores hablando, me pareció raro, cuando abrí los ojos me lleve una sorpresa, no estaba en Cristalino, estaba en una construcción ¿me había llevado Janna a otra visión?



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En el texto hay: misterio, suspenso, traición.

Editado: 07.08.2020

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