Encerrados en la sala en la que Janna nos dejó, nos pusimos a pensar en nuestras vidas, yo creía que todo había acabado, mi loca aventura había destruido Santa Janna, me sentía mal, fui egoísta, pensé tanto en este plan, me dejé llevar por una historia, y todo esto lo realicé olvidándome de los demás, de mi alrededor, del daño que las decisiones propias pueden hacer a las personas que queremos, y esto, tendría una grave consecuencia, pues casi pierdo a mis amigos por una criatura horrorosa y un demonio quien estaba detrás de todo.
Castro: Ahora, estamos aquí esperando, pero ¿Exactamente que esperamos?
Camilo: Castro la verdad no sé, tal vez esperamos a que vuelva y nos asesine, o que nos condene en el infierno por toda la eternidad, o que nos torture, o que venga y juegue con nosotros o que…
Miguel: Ya cálmate, cálmate, solo hay que esperarla.
Camilo: ¿Quieres que me calme? No escuchas esos estruendos, si es capaz con esas criaturas, nosotros no seriamos un problema, no sé ustedes, pero, yo me largo.
Castro: Camilo, se paciente, mira te contare algo, es para reflexionar…
Camilo: Cállate, no quiero tus historias o anécdotas, solo me quiero ir.
Carlos: ¿Por qué? Si querías entrar aquí, ahora te quieres ir.
Camilo: Exacto, quería, pero, hablaba de mí, ahora todos ustedes están aquí, y Santa Janna destruido, si tan solo se hubieran quedado del otro lado, pero no…
Valeria: Pero no, tuve que correr, ¿Verdad? Yo siempre te he apoyado, pero, ahora quieres estar solo, y ¿Nos culpas?
Camilo: Solo digo que esto hubiera terminado rápido si no estuvieran aquí, y no salió así, por ello, ustedes y las personas de Santa Janna están en peligro, gracias a mí, le hice daño a los que quiero.
Carolina: ¡Ey!, no te desanimes, saldremos de esta, nadie tiene la culpa, a excepción del fundador, podremos con esto, además, Janna no está ayudando, tal vez no sea tan mala después de todo.
María: Vamos, seguro que nuestras familias están bien.
-Entrando por la puerta- Janna: No, de echo ellos están en peligro, se han liberado algunos males, y las personas haya tienen miedo.
En ese momento me di cuenta de algo.
Camilo: Tengo una duda Janna.
Janna: ¿Que duda amigo?
Camilo: ¿Quién es quién?
Janna: ¿Cómo?
Camilo: ¿Por qué ahora eres lo más parecido a un ángel y tienes esa voz, pero, en otras ocasiones te he visto más demoniaca, ¿Eres la misma persona?
Janna: ¿Demoniaca? Yo no puedo cambiar mi aspecto.
Camilo: ¿Y la niña?
Janna: ¿Cual niña?
Valeria: Te hemos visto de niña.
Janna: Eso es imposible.
Castro: Oye, Janna, ¿Tu nos abriste la compuerta?
Janna: Si, yo estaba afuera observándolos.
Camilo: ¿Tu puedes cambiar la realidad?
Janna: ¿A qué te refieres?
Camilo: Cuando venía hacia acá te oía en mi cabeza, luego en el ambiente, y por ultimo me tomaste de la mano en la compuerta.
Janna: Todo eso es cierto, a excepción de algo, yo no puedo transformarme en niña y tampoco te tome de la mano.
Camilo: Entonces, no eres la única con poder en este lugar, hay alguien más, se parece a ti, ¿No te has dado cuenta?
Janna: ¿Alguien más? ¿A qué te refieres? Hay muchas criaturas aquí.
Camilo: Me refiero a que tal vez no seas la única alma atrapada en este lugar, ¿Has recorrido todo el lugar?Janna: Si, este lugar es enorme, he dado vueltas por aquí en años y sé que no puede haber alguien con la descripción que me das. Yo empecé como una niña, a medida que paso el tiempo fui ganando poder y crecí, no me quede como una niña, pero, cuando me quede dormida, tenía malos ratos, sentía que alguien estaba en mi cabeza, pero, tal vez era yo misma, puesto que mis pesadillas eran de cosas que solo yo conocía.
Camilo: Entonces debe haber alguien que se hace pasar por ti.
-Sentándose en el suelo- Janna: Es imposible, acabo de vencer a la gran mayoría de engendros que estaban aquí.
-Abriendo la puerta- Camilo: Si, pero, tal vez este engendro no sea de vencer, si no, de pensar.
Salí de la sala y me dirigía al comedor, pensaba en lo que hablé con Janna, ¿Cómo era posible eso Entonces ¿Quién fue la que me tomo de la mano? No lo sabía, sin embargo, no tarde mucho en descubrirlo, los demás estaban pensando en que hacer, Janna les dijo “Quédense aquí, es el lugar más seguro, yo iré a
buscarlo” No estaban de acuerdo, todos tenían que ir a buscarme, pero, nadie bajo de las montañas, porque cuando iba a salir por la compuerta, esta se bajó,
estaba haciendo mucho frío, no sé porque ni como ese clima, pensé que era Janna, tratando de convencerme para quedarme, sin embargo, era alguien más. Puse la cabeza contra la compuerta y cerré los ojos, de repente escuche la voz de Janna, pero, la voz era distinta, la misma que escuche cuando me dirigía hacia este lugar, sabía que no era Janna, aun así, tenía curiosidad de saber quién era
este engendro que ocultaba su verdadera apariencia, la voz se acercaba más y más, hasta oírla en mi oído izquierdo, gire mi cabeza en esa dirección, y vi al
engendro que se hacía pasar por Janna, de hecho, este tenía su apariencia, era Janna de pequeña, con su lindo cabello brilloso, su vestido morado, sonrisa
perfecta, y la dulzura que resaltaba con solo mirarla, me miraba fijamente.
-recostando la cabeza contra la compuerta- Engendro: ¿A dónde vas? No te quedaste mucho tiempo.
Yo iba a seguirle el juego, si no, tal vez me haría daño.
Camilo: Quiero volver a casa, extraño a mi familia.
Engendro: Pero, aquí es tu casa, conmigo y a mi lado.
Camilo: Lo siento, pero, ni si quiera hemos jugado, ni hablado, me has tenido encerrado y escapando de las criaturas de este lugar.
-dando saltos pequeños- Engendro: Juguemos, juguemos, yo te protejo de las criaturas si tu juegas conmigo.
Camilo: Ya me salvaste, ¿Lo recuerdas? ¿Fue hace poco?
Engendro: Claro, ves, te dije que te protegería.
Camilo: Si, claro, obvio que lo sé, mi pregunta es ¿Cómo se llama la criatura de la que me salvaste?