Jayde se paseó por los pasillos como si nada, Luka camino nerviosamente a su lado, todo lo contrario, a ella que parecía tan natural y despreocupada. Llegaron en el vestíbulo donde se encontraban varias doncellas haciendo la limpieza, Jayde ni se inmuto paso caminando lentamente sin perder su porte elegante. Luka sintió en aquel momento que su corazón iba a desfallecer, pero entonces observó lo imposible, las doncellas ni siquiera sintieron su presencia seguían haciendo su trabajo sin distraerse, era como si Jayde fuera un fantasma para ellos, fue cuando comprendió lo que estaba sucediendo. Luka la siguió sigilosamente y en cambio de ella si se dieron cuenta de su presencia, interrumpieron lo que estaban haciendo y se formaron para hacerle una reverencia al mismo tiempo.
-Buenos días excelencia -saludaron al unisonó.
Jayde lo esperaba impacientemente en el umbral en la puerta donde a su lado también lo estaba esperando Ángelo su mayordomo, seguramente ya había enviado con éxito la carta hacia Roma. Les sonrió educadamente a las doncellas como respuesta, se dirigió hacia donde estaba Ángelo.
-Buenos días su excelencia -saludo cortésmente-. Me es debido informarle que ya mandé a pedir el pastel que me pidió requerir en honor a su hermana la princesa Faustine, solo que me dijeron que debía de traer uno de los ingredientes desde Roma ya que ahí se obtienen los mejores y solo lo mejor se merece nuestra amada princesa.
-Gracias Ángelo sabía que podía contar contigo -dijo serio-. ¿Te dijeron si iba a estar listo antes del regreso de mi hermana?
-Va a llegar justo a tiempo.
-Tendré que molestarte unos minutos -informo Luka-. Pero me ha llegado la noticia de que mi prometida Camelia ha llegado a la estación de Turín y me pidió personalmente recogerla así que haz que preparen el carruaje y que las doncellas preparen una de las habitaciones para recibirla inmediatamente.
-Como usted ordene excelencia.
Salió inmediatamente corriendo hacia los establos donde debía de pedirle al capataz que alistará los caballos y después al cochero que alistará el carruaje.
- ¿Qué fue eso? -preguntó Jayde con curiosidad-. Pareciera como si te tratara de decir un mensaje secreto.
-Nada relevante -respondió tajante.
Jayde no insistió más al saber que era un tema privado de Luka, esperaron al menos media hora para que trajeran el carruaje. Al momento de verlo sintió como cada poro de su cuerpo se emocionaba al ver otra vez uno de esos. Ángelo se aproximó rápidamente para abrirle la puerta a Luka, este tuvo que quedarse parado mientras le sonreía para dejar que Jayde se subiera primero al carruaje, su mayordomo lo miro extraño, pero como siempre prefería callar. Una vez que se subieron al carruaje le indico al cochero que podían irse. Jayde se removió en su asiento emocionada observando el interior del carruaje detalladamente.
- ¿Cómo hiciste eso? -preguntó curioso.
- ¿Hacer qué? -dijo distraída, después reacciono a lo que le preguntaba-. ¿Hablas acerca de porque no me vieron? -Luka asintió-. Bueno niño lindo soy una fantasma, pertenezco a lo que llamamos el mundo de tinieblas, en donde lo sobrenatural existe, pero oculto de la visión de los terrenales como en tu caso.
-Pero yo puedo verte exactamente.
-Porque tú eres un terrenal muy diferente -le explico-. Estas unido a una parte del mundo de tinieblas, o sea a mí, una melínoe -se señaló-. Por eso puedes percibir ciertas cosas que no cualquier terrenal podría, desconozco hasta que cierto punto nuestra unión llega, sé que te hace especial porque puedes ver a través de ese velo que separa lo sobrenatural con lo natural, pero no sé si hayas heredado ciertas habilidades mías que te hagan un terrenal extraordinario.
- ¿Qué habilidades?
-Puedes ser más resistente, tus reflejos pueden ser mejorados y tener mayor fuerza o rapidez que un humano cualquiera -dijo pensativa, evaluó a Luka con la mirada-. Pero hasta ahora solo luces como un humano normal sin ninguna de esas habilidades excepcionales.
-Solo que puedo ver tu mundo.
-Exacto, también hay otros como tú que pueden ser capaces de ver a través de ese velo que tienen lo que llamamos el tercer ojo -continuo Jayde-. Humanos han nacido con ese don debido a que tienen un poco de magia en su genética o sufrieron un traumatismo relacionado con mi mundo que les abrió su tercer ojo: el de percepción -se encogió de hombros-. Hay muchas maneras en que tu tercer ojo puede abrirse, pero para tu suerte ninguno de tus empleados lo tiene, así que te puedes enorgullecer de ser el único fenómeno en tu palacio.
-Gracias eso me tranquiliza tanto -ironizo.
-Respondiendo a tu pregunta yo tengo la habilidad de poder aparecerme y desaparecer de la vista de los terrenales -contestó aburrida-. Cuando mi collar este resplandeciendo eso te puede indicar que eres el único en verme y cuando no tiene ninguna luz significa que puedo ser vista -Luka asintió comprendiendo-. ¿Alguna otra pregunta?
Ni siquiera espero a que Luka le respondiera, abrió la cortina que cubría la ventana observando el exterior asombrada. Su rostro hablaba por si sola, sus ojos brillaban de la emoción, se notaba fascinada admirando las calles de Turín, todo el camino estuvo sonriente y se emocionaba incluso con hasta el más mínimo detalle. Así que cuando llegaron al parque le indico al cochero que se detuviera, lo cual desconcertó a Jayde, quien se preguntaba porque había parado a la mitad del camino que estaba disfrutando. Luka abrió la puerta del carruaje y le indicio a Jayde que se salida lo cual hizo a regañadientes.