La Maldicion de la Bruja Roja

Capítulo 25: Encuentro viejo


Sintió los rayos del sol posarse sobre su rosto empezando a despertarla, sentía como si solo hubieran pasado unas horas desde que se acostó a dormir, así que decidió taparse todo su cuerpo con la cobija para seguir durmiendo. Como eso no basto para despertarla comenzaron a sacudirla levemente, en respuesta Jayde les gruño molesta, solo para ser sacudida bruscamente hasta el punto que tuvo que despertarse. Abrió molesta los ojos encontrándose con la mirada impaciente de Scarlett, que al verla suspiro aliviada.

- Ya son la una de la tarde -le reclamo-. ¿Cuándo pensabas levantarte?

- ¿Tan tarde es? -murmuro somnolienta-. Dejame dormir otros minutos más.

Volvió a cubrir todo su cuerpo con la cobija blanca, Scarlett la destapo molesta y la miro con inquietud.

- ¡No puedes dormirte más tiempo! -sentenció seria-. Ya es muy tarde y todavía tenemos que ir a la casa de mis tíos…

Dejo de escuchar el resto de las palabras de Scarlett cuando escuchó que menciono a sus tíos fue como si todos los recuerdos de aquella madrugada volvieran a su memoria de un golpe, fue más efectivo que lanzarle una cubeta llena de agua. Se levantó rápidamente dispuesta a ir hacia su maleta y ponérselo lo primero que encontrará cuando Scarlett le mostró un vestido.

-Ya me encargué de buscar tu atuendo -mencionó tranquila-. Después de todo ¿soy tu dama de compañía? ¿no?

La ayudo a desvestirse dejándola en su ropa interior, Jayde no se sentía apenada, la habían visto miles de veces sus doncellas desnuda que ya no le daba pena que otra mujer la viera desnuda o semidesnuda. Scarlett le ayudo a ponerse un vestido ligero en comparación al del anterior día que tenía muchas capas y era pesado, le sorprendió que pudiera dormir con eso, pero había tantas cosas esa noche que no le asombraba que hubiera caído muerta a la cama.

Scarlett le apretó el corset sacándole el aire, primero se puso la blusa blanca con holanes de encaje de botones con cuello alto de encaje fruncido, las mangas eran fruncidas y el puño formado de varios volantes. Encima se puso una falda de color verde menta con un moño en la cintura, tenía un estampado en la parte inferior de unos ángeles encerrados en un ovalo hecho de flores de múltiples colores. Le hizo una coleta alta y al final le puso un pequeño sombrero de horquilla blanco de encaje con pequeñas flores amontonadas.  

- ¿Puedo peinarme así? -preguntó curiosa, al verse en el espejo terminada.

- ¿Desde cuándo te importa la opinión de los demás? -dijo sarcástica.

-No quiero parecer una pueblerina -mencionó-. Tu pareces más de clase noble que yo, y para mí eso es preocupante.

Scarlett llevaba un hermoso vestido de gasa de color violeta claro, el escote era cuadrado con un moño blanca en el centro, las mangas eran cortas con volantes, la falda era lisa, y en la parte del centro en forma un triángulo inverso era blanca con varias capas en forma de escalón. Su cabello lo tenía por primera vez suelto con una diadema violeta con dos grandes rosas juntas.  

- ¿Ya te enteraste de todo? -preguntó delicadamente, mientras se terminaba de arreglar el cabello-. ¿Sabes sobre…?

-Ya lo sé todo -respondió seria-. Cuando me desperté fue lo primero que vino a mi mente, Luka y Erika me explicaron lo que sucedió mientras yo yacía inconsciente -la miro confundida-. ¿Hace cuánto tiempo puedes ver a los fantasmas?

-Es un don que se ha transmitido de generación en generación en mi familia -le mintió-. Solo las mujeres somos las desgraciadas que heredan ese don, desde joven me han entrenado y lo primero que me enseñan es que debo de guardar el secreto, espero que puedas hacerlo.

Lo que menos quería era que se corriera un rumor acerca de “su don” y cuando la quisieran matar por “brujería” o porque según ellos “fue tocada por el diablo” cuando en realidad era un fantasma maldecido, sonrió al pensar las caras que pondrían cuando se dieran cuenta que no podía arder en la hoguera.

-Tu secreto está a salvo conmigo -le aseguro-. No pienso decirle a nadie.

-Me imagino que tienes muchas preguntas por resolver -supuso Jayde.

-Si, pero también sé que no es un buen momento -dijo comprensiva-. Tienes otras cosas que hacer -le hizo una pequeña reverencia-. Si me disculpa alteza, le diré a Erika que ha despertado y que le prepare su comida.

Jayde asintió agradecida, Scarlett le sonrió reconfortante y salió de la habitación, no tardó en aparecer delante de ella Flaviana.

-Qué bueno que apareces -dijo aliviada-. Hay algo que necesito darte.

No espero a que le respondiera, se fue directo a su maleta donde saco un pañuelo rojo, envuelto, lo desenvolvió sacando un collar de cuero con una bala aplastada amarrada a él, Flaviana al verlo la miro incrédula.

- ¿Cómo lo lograste…?

-Lo extraje antes de que vinieran -respondió orgullosa-. Lo que hace más poderoso a un fantasma es su talismán, en tu caso la arma que mato a quien tu más odiabas y guardabas rencor -se lo tendió-. Esto te ayudará a potenciar tu poder, con suerte lograrás ser visible un par de horas a lo mucho por día, deberás de tener cuidado a quien apareces.

Flaviana se quedó sin palabras, lo miro como si fuera el tesoro más sagrado que hubiera recibido. Jayde al verla conmocionada, se acercó a ella y le puso el collar sobre su cuello.

-Has hecho tanto por mí y sin conocerme me ayudaste cuando yo te pedí auxilio -dijo agradecida-. Y lo sigues haciendo todavía -se quedó sin habla por unos minutos-. Una vida no me alcanzaría para retribuirte lo que has hecho por mí, pero si puedo hacer algo por ti y es explicarte la situación de Vercelli.

Jayde la miro ansiosa, había buscado tanto las respuestas a sus preguntas que ahora que las tenía enfrente se sentía inquieta. Justo en ese momento entró Luka vestido tan elegantemente como siempre; lleva un chaleco de terciopelo blanco, un pantalón beige y encima un abrigo de lana de color azul marino con unas botas negras de cuero.




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