Su pregunta fue respondida cuando Jayde sonrió victoriosa al sacar entre ese montón de ropa una caja pequeña aterciopelada, el regalo de Urice, más bien de otra bruja que se lo dio por medio de esta para él. Luka la miro confundido, pues no entendía porque buscaba eso con tanto desespero, hasta que esta sacado el anillo azul de su estuche y se acercó a él dispuesta a ponérselo, cuando este retrocedió.
- No pienso ponérmelo -dictamino Luka-. No quiero usar el regalo de una bruja.
- Es para protección -insistió, intentó acercarse nuevamente a él, pero volvió alejarse de ella-. ¡Luka! ¡Esto no es un maldito juego! -señalo la ventana-. En cuanto salgas de este lugar cualquier edimmu puede poseerte y no podría darme cuenta -señalo el anillo-. Esto no es un regalo cualquiera, es uno de los doce tesoros sagrados dados por los dioses a la humanidad y te dieron la oportunidad de usarlo -se masajeo su sien alterada-. ¡Y tú quieres rechazarlo! ¡Estas demente!
-Lo lamento -dijo renuente-. Pero no confió en una bruja que me maldijo, va en contra de mi moralidad.
- Confía en mi entonces -dijo desesperada, captando la atención de Luka, sus ojos le imploraban que la escuchará-. No lo veas como un regalo sino como una bendición, ¿sabes cuanta gente mataría por obtener esto? Todo el mundo sobrenatural -mostrándole el anillo-. Tú mismo viste la expresión de Orfeo cuando le mostré el anillo, es muy importante, no solo te protegerá contra posesiones sino te servirá como un arma. Fue el anillo de la Diosa Diana conocida por los griegos como Artemisa, la Diosa de la Caza y la Luna.
-Sabes que yo no creo en dioses paganos…
-No te pido que creas en ellos -dijo exasperada-. Cree en mi -le miro con ojos suplicantes-. No podré estar siempre para protegerte, esto te protegerá por mi cuando yo no esté cerca -Luka se quedó quieto mientras Jayde se acercaba hacia él-. Así evitarás que me vuelva loca de la preocupación -tomó su mano, se miraron fijamente-. Una vez que te lo pongas significará que lo aceptarás como su portador y entonces no podrás deshacerte de él hasta que mueras o el anillo decida que ya no eres un portador apto -Luka no supo que decir, solo la miraba intensamente-. No quiero obligarte…
-Está bien -repuso calmado, sin dejar de verla-. Confió en ti.
-Gracias -susurro, deslizo el anillo en su dedo índice-. Este anillo le perteneció a la casa de Gonzaga, duques de Mantua, si estuvo en su posesión y ahora en la tuya puedo suponer que el ducado ya no existe.
-Estas en lo correcto -confirmo Luka-. Hay pocos ducados comparados a los anteriores que existían -le miro confundido-. Por cierto ¿Cómo sabes sobre los antiguos ducados de Italia?
-No sé mucho en realidad -dijo sincera-. Solo se a quien le fue otorgado cada anillo -le restó importancia-. Vamos a bajar deben de estar esperándonos.
Jayde al ver aquel banquete que prepararon para ella no pudo evitar mirar aquello con impaciencia, veía a Erika ir y venir con varios platos, solo esperaba a que dejara todos los platos que tenían planeado servirle para empezar a degustarlos cada uno. Luka pudo notar la fascinación de Jayde que para nada trataba de disimular, los huéspedes que pasaban se quedaban sorprendidos y comenzaban a murmurar que invitado especial debían de ser para recibir semejante festín. Mariela solo se reía al ver la cara de Jayde, aun lado se encontraba Flaviana que al igual que su madre se estaba riendo de ella. Scarlett se sentó a un lado de Jayde, se mostraba serena, pero por dentro se moría de ganas de probar todo. Luka se aclaró la garganta llamando su atención:
-No tenía que molestarse señora Mariela…
-Para nada -le acortó encantada-. Para mí es un placer poder retribuirles todo lo que han hecho por mí.
-Si Luka -concordó Jayde-. Deja que la mujer no retribuya con comida ¡no te estés quejando!
-No lo hacía -se defendió-. Solo le decía a la señora Mariela que no debía de tomarse tantas molestias.
-Tiene razón Luka -comentó Erika, llegando con el último de los platos-. Jayde podría vaciar una alacena de comida por si sola y nos dejaría en bancarrota -puso el plato en la mesa junto con el resto-. Alimentar a esta mujer es como alimentar a un ejército, nunca daríamos basto.
-Que graciosa -murmuro Jayde.
Al resto les pareció divertido rompiendo en carcajadas, incluso Scarlett no pudo evitar reírse, pero no le tomó importancia. En cuanto sus ojos observaron el manjar que tenía delante de ella, el resto dejo de importarle, ni siquiera sabía por empezar, entonces Erika le sirvió el primer plato: eran varios pedazos de carne de ternera encima tenía crema de leche con un toque de alcaparras. Se preguntó Jayde porque le habían servido el plato más pequeño de todos, estaba a punto de quejarse, cuando Luka hablo primero:
-No sé cómo lo hagan en Baviera, pero aquí en Italia el menú tradicional consiste de al menos cuatro platillos: antipasto, primo piatto, secondo piatto y dolce -le explico-. El l´antipasto consiste en un pequeño aperitivo antes de comer los demás platos, para abrir el hambre, esto es el vitel toné.
-Lord Luka nos habló que usted lady Jayde que es extranjera y apenas acaba de llegar a Italia -comentó Mariela-. Así que quisimos prepararle el vitel toné, es un platillo que solo se prepara en Navidad, pero hicimos una excepción debido a usted, el vitel toné de Erika -hizo un gesto de satisfacción pegando sus dedos juntados a sus labios y luego despegándolos-. Esta para chuparse los dedos, quedará tan encantada que soñará con su platillo todas las noches, no podrá olvidarse de su sabor…