La Maldicion de la Bruja Roja

Capitulo 37: Confesiones

Antonella se marchó junto con su esposo hacia el estudio, la única que no le tomo importancia a su presencia fue Sora, seguía comiendo su cena tranquilamente sin comentar nada. Todo lo contrario, a Jayde quien se moría por inundar de preguntas a Scarlett, fue la misma Sora que rompió el silencio.

-Su llegada nos va a perjudicar -dijo seria-. Los edimmus ya debieron de haber sentido su presencia, se van a preparar para atacar con todas sus fuerzas esta noche, pobre de aquellos que se metan en su camino para culminar su venganza -le dio un sorbo a su taza de vino-. Debemos de proteger la hacienda para que no entren, si sobrevivimos esta noche para mañana dejarán de existir.

Jayde se acercó a Sora analizándola con la mirada.

-Que criatura tan peculiar eres -menciono fascinada-. No eres una gitana cualquiera, tu descendencia fue alterada, ¿Quién de tus ancestros se metió con un Alerit? Me pregunto cómo alguien que no es de su raza puede tener sus habilidades.

-Yarazeth -respondió seria, desconcertando a Jayde-. Ella es mi antepasada, fue quien creo el sello de Malek, se dio cuenta que mezclando ciertos símbolos alquímicos se podían sellar a los espíritus en algún objeto…

- ¿No podemos hacer eso con los edimmus? -preguntó Luka-. ¿Sellarlos?

-No es tan simple como parece -explico Sora-. El sello de Malek sirve para sellar cualquier tipo de energía demoniaca o espíritus que estén en algún objeto, tendríamos que encerrar a doce edimmus en diferentes objetos y luego hacer doce sellos al mismo tiempo, no podría.

-La única manera es darles ese banquete -repuso Jayde, miro a Sora curiosa-. ¿Entonces fue en ese momento en que tu sangre mitad druida se mezcló con la antigua raza Alerit? -Sora asintió-. ¿Eres la única de tu familia?

-Eso fue hace varios siglos -explico-. El linaje de los Alerit se fue perdiendo con el tiempo y volvió aparecer conmigo, soy la última que queda del linaje antecesor de los Guardianes.

-Que interesante -dijo impresionada-. Eso te hace una de las criaturas más poderosas de este mundo -bostezó aburrida-. Me quedaría platicando todo el día con los amoríos de tu familia, pero tengo que escuchar una pelea ajena de los tíos de Scarlett -miro a esta- ¿Quieres venir?

Scarlett resoplo resignada, rodo los ojos blancos, se paró de la mesa terminando de cenar.

-No tengo otra opción -respondió resignada-. No me gustaría dejarte toda la diversión de meterte en los asuntos de mi familia.

Luka se iba a parar dispuesta a acompañarlas cuando Jayde lo paro en seco.

- ¿No has escuchado que el chisme solo es de mujeres? -preguntó sarcástica.

-Me siento excluido.

-Tú y Sora tienen que proteger la casa -les ordeno-. Busquen una bolsa de sal y hagan un círculo alrededor de toda la hacienda, cuando el circulo de sal este hecho, pon tu campo de fuerza.

Se marcharon antes de que Luka pudiera contestar, María ni siquiera trató de detenerlas, sabía que era inútil. Scarlett y Jayde subieron escaleras arriba, se dejó guiar por esta, sabiendo donde quedaba el estudio de su tío. Con tan solo cruzar el pasillo escucharon los gritos provenir del estudio, pudo identificar la voz de Antonella:

- ¡Tienes que hacerlo! -se escuchó-. Es la única cosa con la que puedes apaciguar a esas cosas.

- Me niego a regar mi dinero con la servidumbre -se negó-. Se que estás alterado por los Russo…

- ¡No es solo eso! ¡Es tu maldita terquedad!

-Si te pudieras calmar -le suplico-. Puedes alterar al bebe.

- ¿Ahora si te importa nuestro hijo? -ironizo-. Te recuerdo que te fuiste dejándonos en una hacienda maldita.

- ¡Tu misma me lo pediste! -exclamo desesperado, se notaba en su voz que trataba de calmarse-. Fui a buscar al obispo para que viniera a bendecir la hacienda…

- ¿Qué dijo?

-Los traidores a la iglesia que apoyaron al usurpador del trono de Italia no merecen compasión -relató sus palabras-. Al parecer no piensan ayudarnos.

-Vaya entonces tu viaje salió bien -dijo sarcástica, Scarlett se sorprendió al ver lo feroz que podría llegar a ser.

-Al menos hice algo -farfullo-. Dime ¿tú que has hecho? ¿Bordar bonitos trajes?

Scarlett y Jayde tuvieron que ahogar un grito de sorpresa, había sido un duro golpe para Antonella, pegaron más sus oídos a la puerta del estudio. Aquello bastó para enfurecerla.

-No puedo creer que hayas dicho eso -dijo ofendida-. En cambio, de ti querido yo llame para ayuda y ha funcionado, sino fuera por ellos probablemente habrías encontrado mi cuerpo fallecido.

-Entonces por eso se encuentra aquí nuestra encantadora sobrina -repuso molesta, Jayde tuvo que reprimir una risa recibiendo un leve golpe por parte de esta-. No era necesario llamarla a ella.

-No seas mal agradecido -le recrimino-. Ella trajo a unos amigos para visitar la hacienda, resulta grato que una de sus amigos es vidente, fue una visita oportuna -su voz dejo de ser contundente-. Yo llame a la gitana…

- ¿Ahora crees en gitanas, videntes, espíritus? -ironizo con voz dura-. Me sorprende que no hayas llamado al sacerdote para quemarlas por paganas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.