El espejo de plata de Jayde había cambiado de forma a una rectangular delante de sus ojos. Hace siglos que no había visto su exterior, acarició las rosas blancas hechas de mármol en la esquina izquierda del espejo, ahí observó una rosa hecha de rubí en el centro, la más grande y llamativa entre todas, era el pedazo de su alma atrapado en esa gema, acarició con melancolía la figura de una una mujer hecha de marmol blanco sentada en una pose pensativa, su cabello tenía una corona de pequeñas rosas y sus piernas se encontraban cubiertas por la misma plata que cubría el espejo. Miro a Scarlett con un semblante sombrió.
-Cuando me conociste -susurro-. ¿Ya conocías quien soy realmente? -esta asintió-. ¿Por qué accediste ayudarme?
-Al final somos dos renegadas -dijo taciturna-. Tampoco es que tuviera muchas opciones, ¿recuerdas? Escape de mi clan a escondidas y regresar a vivir con mis tios tampoco era una opción, no tenía nada que perder melinoe.
Luka la miro incredula, sus ojos se engrandecieron por el asombro.
- ¿Cómo?
-Soy una bruja -contestó seria-. Podemos percibir ciertas energias anormales, la suya la es.
- ¿Cómo que escapaste? -preguntó curiosa-. ¿No te hicieron la ceremonia de destierro?
- ¿Ceremonia de destierro? -murmuro Luka confundido.
-Es una ceremonia que hace el clan de una bruja cuando esta decide abandonar por propia voluntad su aquelarre o es desterrada por parte de este -explico Scarlett-. Te marcan a fuego vivo con un simbolo que significa que ya no perteneces al clan, no puedes volver a pisar el territorio de este y pierdes tu esencia, lo que antes hacía que pudieras identificarte como parte de este.
-Cada criatura en estos mundos sin importar de donde proceda tiene su propia esencia que hace que su alma sea unica -continuo Jayde-. Por ejemplo los edimmus tenía un olor fuerte a muerte y odio porque están muertos, pude descubrir a Urice por la esencia de su alma, por su olor a jengibre con un toque de limón. Sora en cambio huele a la brisa marina con saúco. Scarlett tiene un olor a eneldo con hierba recien cortada.
- ¿Incluso yo tengo olor?
-Tu hueles a coco mezclado con verbena -respondió pensativa-. Tu hermana tiene un olor a eucalipto con miel -la miro pensativa-. Por eso sigo detectando cierta esencia del clan rojo sobre ti.
-El enemigo de mi enemigo es mi amigo -dijo seria-. Creo que las dos podremos trabajar juntas, yo busco protección y estando contigo no se atreverán a tocarme.
-Me parece bien -accedió-. Pero si me vuelves a mentir no tendrás que preocuparte del clan rojo.
Scarlett asintió repetidas veces.
-Aclarado este asunto tenemos un problema que resolver -recordó Jayde-. Tenemos una bruja a nuestro equipo lo cual es bueno -la miro curiosa-. Por cierto que tipo de habilidad tienes.
-Prefiero por ahora no decirlo -murmuro-. No es algo que me guste decir…
-Mientras puedas hacer ayudarnos no me importa que habilidad tengas -le restó importancia.
Se acercó al espejo que estaba colgado en la pared, toco el cristal cerrando los ojos para concentrarse, visualizando la biblioteca, recordando aquellas veces en las que estuvo sola. Luka observó como el cristal comenzaba a temblar como si estuviera tocando el agua, una imagen borrosa empezó a formarse dentro del espejo, al aclararse solo se pudo ver una pequeña parte de una biblioteca antigua.
-Siganme -les ordeno.
Sin decir otra palabra se adentro al interior del espejo pudiendo entrar con facilidad, miro confundido a Scarlett, esta solo se limito a encogerse de hombros y se apresuro a seguirla. Luka miro con desconfianza el espejo, se debatió en si entrar o esperarlas, solo sabía que sea lo que lo esperaba en el interior del espejo no quería perderselo. Tomo una bocanada de aire y entro corriendo hacia el espejo. Por un segundo todo parecio negro, pero poco tiempo después delante de él estaba una gigantesca biblioteca que lo dejo sin aliento, sin poder creer lo que estaba presenciando.
La biblioteca del espejo era de estilo barroco, tiene el tamaño de una mansión completa, miles de libros debían de habitar en ese lugar, era tan majestuoso e inimaginable que simplemente no había palabras para describirlo. El piso era de azulejos blancos con brillos que parecían ser hechos de diamantes que les daba el aspecto como si fueran estrellas en un cielo blanco. Miro maravillado el techo, era lo más impresionante del lugar, era un mar infinito negro lleno de puras constelaciones que parecían tener vida propia. El techo era una combinación del cielo nocturno con unas nubes moradas. Volvió a poner su mirada entre los cientos de estantes que estaban pegados en la pared de la biblioteca, parecían simples hormigas en todo el lugar. La biblioteca tenía dos pisos de altura, pero era extremadamente larga, habia varias escaleras de diez metros recargadas a los estantes. En el centro se encontraban varias mesas hechas de caoba con cuatro sillas alcolchonadas cada una, estaban separadas por unos globos terraqueos. El olor a libros viejos mezclado con el olor a libros nuevos inundo sus fosas nasales, miro a Scarletta, estaba igual de impactada que ella, miraba todo maravillada y con curiosidad, en cambio Jayde lo miraba como sino fuera la gran cosa. Se le olvidaba que ella había estado aquí varios siglos, para ella ya debio de perder su encanto.