La Maldicion de la Bruja Roja

Epilogo

Gracias a todos, por haber recurrido este camino en compañia de Jayde, que aunque fue algo largo jejeje, se mantuvieron como lectores fieles y eso se los agradezco. No deberán esperar mucho por la segunda partes, se los prometo. Con esto finaliza La Maldición de la Bruja Roja, pero todavía falta mucho por recorrer, así que estad atentos.

 

El gran día había llegado, la fiesta del carnaval de máscaras ha comenzado, desde la primera hora el palacio comenzó alistarse con todos los preparativos para tener todo listo cuando el sol cayera y abrieran sus puertas a sus invitados, llegarían de todas partes del reino de la nobleza, incluso llegarían invitados de la corte del Rey Víctor, el no vendría por asuntos importantes, pero se rumoreaba que los príncipes asistirían. Desde temprano se les ordenó levantarse para medirse los vestidos y hacerles los últimos ajustes, incluso Scarlett tenía su propio vestido al ser su dama y Nirelle al ser su doncella personal tendría uno, pero menos elegante como la mayoría de los sirvientes. Aun recordaba los gritos de la madre de Luka cuando llegaron al palacio, hace una semana, claro que se había abstenido de gritarle enfrente de ellos así que lo llevo a una habitación apartada y desquito su furia en él, lástima que las paredes no eran de plomo y pudieron escuchar sus gritos. Al final vino sonriente y cuando le platicaron del caso de Nirelle: una joven sirviente desamparada que acogió Jayde ya que le dio pena, aceptó con gusto que la convirtiera en su doncella personal. Desde entonces las tres han estado juntas en el palacio, incluso la acompañaba cuando tomaba el té con Faustine y su dama.

No tenía que hacer trabajos domésticos en el palacio ya que su único trabajo era servirle, lo cual la alivió. Nirelle ha sido más fuerte de lo que creía que era Jayde, la determinación de querer encontrar a su hermana era más grande que el dolor que le causaba la pérdida de su hermana mayor, tal vez se debía a que no quería perder otra hermana, pero, aun así, podía escuchar por las noches cuando pasaba a su habitación la escuchaba llorar tan bajo que apenas podía escucharla. A veces tenía que ir corriendo a su habitación por las noches para consolarla, sus gritos por las noches alcanzaban hasta su dormitorio. Tuvieron que excusarse de eso diciendo que ella había sufrido muchos traumas estando desamparada en la calle, Amalia lo comprendió, suponía que entre mujeres podíamos imaginar el sufrimiento de la otra. Nirelle a pesar de ser más grande que ellas, era muy inocente, parecía incluso menor que ellas, Jayde se escurría por las noches sin que nadie la viera, sabía el dolor que albergaba porque era el mismo que ella tenía latente en su corazón y también sabía lo desgarrador que podía ser no tener nadie a tu lado, el dolor comenzaba a consumirte, Jayde había tenido a Luka como su sostén ahora quería ser el Luka de Nirelle.

 

Para pasar desapercibida por su cabello con mechones morados tuvo que ponerse un espejismo para que lo notaran negro, pero aquellos que tuvieran su tercer ojo abierto podría verlo normal. Amadeo había estado visitándolos más seguido sobre todo porque quería una explicación de lo que estaba sucediendo y se la tuvieron que dar, ya que este conocía más el mundo sobrenatural de lo que esperaban, le explicaron que Jayde y Luka estaban unidos por una maldición, tuvieron que contarle de la situación de esta: que estaba muerta y viva temporalmente por un collar. Y al menos que lograran deshacer todo lo malo de Jayde no morirían al caer la séptima luna.

También le explicaron la situación que se encontraba pasando el reino, Amadeo menciono que había escuchado algo parecido en el submundo, muchos estaban preocupados por el caos que se podía desatar, pero Amadeo no sabía de qué caos hablaban hasta ahora. Claro que al saber que su mejor amigo estaba en peligro no dudo en unirse a ellos ofreciendo su ayuda, ayuda que Jayde no rechazo, ya que, a diferencia de Luka, Amadeo sabía perfectamente como utilizar su anillo lo cual les sería de gran ayuda. Claramente Luka se negó al principio pues no quería involucrar a su mejor amigo, pero este se rehusó a dejarlo solo, al final lo quedo de otra más que aceptar su ayuda. Su pequeño equipo tenía dos miembros nuevos.

Hacia siglos que Jayde no veía tanta gente ajetreada, no recordaba cuando fue su ultimo banquete o fiesta, estaba ansiosa porque se día sería su presentación ante toda la sociedad como la princesa Camelia, había tenido que aprenderse los nombres de los invitados, lo cual no fue gran cosa, esperaba no equivocarse ya que hace mucho tiempo dejo de ser una princesa. Durante esa semana antes de la fiesta había tenido que aprender varias danzas tradicionales italianas como el saltarello e incluso un baile nuevo que jamás había escuchado: el vals. Amalia había pagado a un instructor de baile para enseñarles, ya que ellos abrirían la fiesta con un baile, había tenido que soportar durante ese tiempo las pisadas de pie de Luka, era tan ágil como el arco, pero un pésimo bailarín. Había tenido que reprimir durante todo ese lapso sus risas, ahora que llegaba el día no podía evitar ponerse ansiosa.

Durante el desayuno el comedor fue el único lugar tranquilo del palacio incluso la cocina se encontraba ajetreada preparando todo tipo de comida, postres, pasteles. Los sirvientes le daban una última limpieza al palacio mientras que otros se encontraban poniendo las decoraciones o yendo a los jardines reales para decorarlos, Amalia quería que sus invitados encontraran todo en perfecto estado. Desde la mañana no había podido ver a Luka, se encontraba en unos asuntos con Amadeo, al menos podrían darse esa noche para disfrutar de su vida, para olvidarse de fantasmas, demonios y conspiraciones, serían por una noche normales. 




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