Déjame sentir tus brazos apretando mi pecho,
Eso brazos que se han convertido en mi abrigo,
No me alejes de ese calor que me produce escalofríos,
Júrame que te quedaras conmigo.
P. F. CANYUL
Había pasado una noche horrorosa pasar desapercibido era imposible con la cantidad de demonios que estaban en los alrededores, tuve que deshacerme de muchos antes de que alguien importante supiera que estaba en esta zona.
Me sentía bastante débil y no había conseguido ni un illiums, busque por cada maldito rincón y no había encontrado otra piedra, esto iba a ser más difícil de lo que había pensado, si quería mantener a la chica viva tenía que sacarla de este lugar antes de que todo se fuera al infierno.
ya había amanecido, me encontraba fuera de su casa me trasporté adentro y vi a kelpie saqueando su cocina, demonios necesitaba paciencia para no convertir en añicos a mi único ayudante.
— Estas acabando con mi paciencia. — gruñí, kelpie salto asustado.
Ni siquiera había notado mi presencia ¿desde cuándo se había vuelto tan descuidado?
— Por qué no estas con la chica. —
— Ella está tomando un baño amo. — me dijo mientras se alejaba del refrigerador lentamente, al parecer apenas había logrado agarrar un poco de queso antes de que yo apareciera.
— Y decidiste que era buena idea hurgar en su comida. — se veía avergonzado, agacho la cabeza y se arrodillo a mi lado esperando su castigo.
— No voy a castigarte, pero tienes que ser más cuidadoso ella no vive sola y su padre se volverá loco si escucha ruidos en su cocina, por lo menos esconde tus garras y trata de verte más humano. — le dije alborotando su cabello.
— Si amo. — brinco mientras sujetaba mi brazo con anticipación.
— Cuando la chica confié en nosotros le pediré bocadillos para ti. — le dije tratando de sonar neutral, jamás admitiría que yo también esperaba comer todo tipo de comida humana.
— No pude encontrar ni una piedra con los escritos, tendrás que buscar tu por el día y yo lo hare por las noches, tenemos que sacarla de esta barrera antes de muera así que apresúrate y encuéntralas.
— Si amo. — aplaudió entusiasmado mientras desaparecía.
Ahora solo me quedaba subir y ver como se encontraba la chica, esto estaba tardando mucho, también estaba la opción de intimidarla y obligarla a obedecer mis órdenes.
“No, no debo ser impaciente tampoco era un ser repugnante como Belial, yo era más inteligente y por los rumores que había escuchado nadie jamás pudo obtener los poderes que veían con la sangre de las descendientes, todas ellas murieron y ni un demonio pudo tener los beneficios aun si todos estaban atraídos a ellas”.
Aparecí en la alfombra antes de que ella saliera de la ducha se veía más relajada y sus mejillas estabas sonrojadas por el vapor, me miro dándome una pequeña sonrisa.
— Supongo que vas a seguirme a todos lados. — murmuró mientras me veía bajar detrás de ella.
— Solo tengo salchichas, cuando terminen las clases puedo ir por jamón. —
— Está bien, puedes quedarte cerca y prometo ayudarte si necesitas algo. — siguió hablando.
—Woof— dije en señal de que la entendía, por fin mis planes estaban saliendo bien iba a asegurarme de no molestarla hasta tener su completa confianza.
— Te llamare Alin, creo que necesitas un nombre, si no te gusta pensare en otro más adecuado. — balbuceo mientras me veía de reojo.
— Woof — volví a decirle, no me importaba la manera en que me llamara mientras obtuviera lo que necesitaba ella no necesitaba saber mi nombre real.
Al llegar a su colegio pude ver que su cuerpo se ponía rígido, este lugar no le gustaba y se mantenía mirando a su espalda cada 5 segundos, las personas al rededor la miraban con repugnancia, ella trataba de ignorar a todos fingiendo que no notaba las miradas despectivas.
Me acomode bajo su asiento mi presencia ya no la incomodaba ella me miro un momento antes de que alguien se aclarara la garganta y mirara hacia arriba, un tipo con una sonrisa boba se acercaba lentamente.
— Buenos días, ¿Te encuentras bien? —
— Estoy bien, gracias. — le dijo ella sin mirarlo
— Ten, no sé si tus heridas ya sanaron quería dártelo antes, pero huías cada que me acercaba. — él le ofrecía una bolsa.
— Esto no es necesario. — le dijo mientras trataba de alejar la bolsa, el chico se veía decepcionado.
— Bueno si no lo necesitas puedes tirarlo. — se marchó con los hombros caídos, este chico estaba interesado en mi objetivo, no iba a permitir que nadie se interpusiera en mis planes, si se volvía demasiado molesto estaba la opción de deshacerme de él, todos lo miraban como si le hubiera salido dos cabezas.
Lance un bufido por lo absurdo de esta situación, jamás entendería a los humanos.
Por un momento quise salir de este lugar, era demasiado aburrido escuchar sus cuchicheos y todos estos cretinos habían logrado que mi chica se sintiera más incómoda no paraba de moverse en todo momento.
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Editado: 20.11.2021